De los tomates a la Virgen, lo que sabemos de los tres meses de Urdangarin en Brieva
El marido de la infanta Cristina cumple condena en Brieva en un secretismo inaudito que la prensa ha tratado de desenmarañar. Solo hay imágenes de las visitas de la familia Urdangarin
La última imagen que existe de Iñaki Urdangarin es del lunes 18 de junio en el aeropuerto de Barajas. Cargado con una escueta mochila, semblante serio y caminar rápido, el marido de la infanta Cristina entraba en un coche camino de la prisión de Brieva, Ávila, donde lleva tres meses encarcelado en el más absoluto secretismo.
Nadie le ha visto y nadie sabe nada. Ante esta situación, son numerosas las cosas que se han contado de sus 90 días preso. ¿Qué sabemos a ciencia cierta?
Si necesitamos imágenes para confirmar la información, podemos decir que ha sido la familia Urdangarin la que con sus gestos ha dejado claro que su hermano está ingresado en Brieva. Porque se ha llegado a decir que no, que está en Ginebra, que está escondido en una casa, que vive en el Caribe… No hay nada que confirme estas especulaciones; al contrario, es fácil rebatir cada una de ellas. Incluso el Gobierno ha confirmado que el cuñado del Rey está ingresado en prisión.
Visitas 'publicitadas'
Lo que sí sabemos es que Mikel, Clara, Ana y Laura, cuatro de los seis hermanos de Urdangarin, han entrado en la prisión en horario de visita. También ha estado allí Lucas Gui, sobrino de Iñaki y gran amigo. Hay imágenes de todos.
No hay imágenes de la madre, Claire Liebaert, ni de su mujer, Cristina de Borbón, ni de sus hijos. Ni menos, claro está, de la reina Sofía, como se había informado. Hay fotografías de Ana y su marido, junto con Laura y su marido, a las puertas de prisión. También las hay de Mikel, de Clara y del sobrino Lucas. Nada más.
El abogado de Urdangarin ha confirmado en ocasiones alguna de las informaciones que se han publicado, así como Instituciones Penitenciarias. A veces, sin un desmentido, la información queda oficiosamente confirmada. Como la devoción de Urdangarin por la Virgen Blanca, patrona de Vitoria, cuya imagen tiene en su mesita de noche, tal y como adelantó Pilar Eyre en la revista 'Lecturas'. Es algo que el exduque no puede confirmar, está claro, y que solo pueden saber algunos funcionarios que están cerca de él.
En coche hasta el patio
Son dos funcionarios quienes custodian la prisión día y noche, tal y como contaron a Vanitatis fuentes de la prisión. Las mismas que explicaron que Urdangarin llegó en coche hasta dentro de la cárcel para que nadie le viera, algo que pudo hacer, según confirmó El Confidencial, porque Brieva tiene aparcamiento dentro, lo que permite a todos los reclusos y familiares aparcar para entrar. No es extraño, pues, que la imagen de la infanta Cristina no se vaya a producir nunca, aunque sepamos que visita regularmente a su marido, algo que adelantó 'El País' la primera vez.
Como tampoco es extraño que no se pueda confirmar de manera oficial que el recluso más famoso de España tiene un pequeño huerto en el que cultiva tomates, según contó 'El Español'. Al parecer, en el pequeño patio que tiene a su disposición había herramientas de jardinería que ahora ha reciclado para hacer crecer alguna hortaliza en maceteros.
Sin compartir espacios
Lo que sí se ha confirmado, de manera oficiosa, es que Urdangarin hace deporte, menos del que le gustaría, y que le han facilitado una bicicleta estática. Al escoger una cárcel de mujeres, no puede salir a las zonas comunes, como la capilla, el comedor o el gimnasio, tal y como han confirmado a Vanitatis fuentes oficiales.
Otra cuestión que levantó polvareda en su momento fue su relación con la fe. A los pocos días de estar ingresado, muchos medios entrevistaron a Sor Carmen Blázquez, una monja que aseguraba ser la asesora espiritual del exduque. “Lo va a pasar muy mal”, decía convencida. A los pocos días se supo que Blázquez estaba ‘jubilada’ y que no tenía trato con Urdangarin.
La religión, no obstante, ha estado muy presente en su vida en los últimos años (recuerden la imagen de la familia en el Vaticano, algo que publicó 'LOC'). En su momento, el exduque necesitó ayuda profesional para adaptarse a los “cambios brutales” que hubo en su vida. Y concienciarse de lo que se avecinaba. Lo suelen decir amigos suyos, muchos sorprendidos de que finalmente ingresara en prisión. Vanitatis ha hablado con su círculo y ha confirmado este extremo, así como el fervor religioso de Urdangarin.
La tensión se reactivará en Navidad
Han pasado solo tres meses y la variedad informativa ya da para varios libros. Si lo que la familia esperaba es que bajara la tensión y nadie hablara de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, por ahora no se ha producido. Se acerca el otoño y con él las siguientes vacaciones. Navidades será otro momento en el que todos queramos saber qué pasa con el matrimonio que puso en jaque a la monarquía española. Que nadie espere ver a la hermana del Rey y su marido comiéndose el pavo en la prisión de Brieva. Hay límites.
La última imagen que existe de Iñaki Urdangarin es del lunes 18 de junio en el aeropuerto de Barajas. Cargado con una escueta mochila, semblante serio y caminar rápido, el marido de la infanta Cristina entraba en un coche camino de la prisión de Brieva, Ávila, donde lleva tres meses encarcelado en el más absoluto secretismo.