Del alzador de Leonor a Letizia emocionada: las anécdotas del debut de la princesa

Leonor de Borbón ha protagonizado su primera intervención pública con la lectura del artículo 1 de la Constitución española. Se ha hablado de la importancia institucional del acto, por cuanto se trata de un paso más de la Princesa de Asturias en la construcción de su imagen como heredera. Pero además ha sido un acto plagado de emotividad. La de unos padres absolutamente orgullosos de su hija, una niña que ha mostrado un aplomo impropio a sus 13 años.

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Don Felipe y doña Letizia son dos profesionales y están acostumbrados a esconder sus emociones. Pero hoy les ha sido prácticamente imposible, ya desde la entrada al Instituto Cervantes, donde la multitud le ha cantado el 'Cumpleaños feliz' a la Princesa. El Rey tomó primero la palabra. Cuando anunció la presencia de la heredera, reconoció que se trataba de un día "especial". Con una sonrisa, la heredera se acercó al estrado. Como la niña aún no es tan alta como su padre, una señora le acercó discretamente un alzador de terciopelo rojo para que ella pudiera llegar al micrófono. La cosa estaba estudiada y ha funcionado como una coreografía perfecta.

Una foto del texto que ha leído la Princesa ha desvelado varias cosas sobre su carácter. El texto estaba en mayúsculas y las frases importantes, subrayadas. Tanto en la forma de leerlo como en el papel se notaba que había ensayado innumerables veces. En la grada, su madre, la reina Letizia, seguía involuntariamente las palabras tantas veces leídas con una expresión que pocas veces le hemos visto. La de una madre rendida ante su hija.

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Un detalle. En el folio de marras, alguien había olvidado incluir las palabras 'título preliminar' que encabezan el artículo 1 en el texto original de la Constitución Española. La niña había corregido el error escribiendo ella misma con su letra y a boli el enunciado que faltaba.

Cuando acabó la lectura, la sala estalló en aplausos. Mientras, su padre le daba la mano para bajar del alzador y su madre la cogía tiernamente de la cara para darle un beso que se ha convertido ya en una de las imágenes más humanas de la reina Letizia. Después, como ya contábamos en una crónica anterior, hubo un receso en el que se montó un corrillo con algunos de los popes participantes en la lectura. Entre Pedro Sánchez, Ana Pastor, Pío García Escudero o Miquel Roca, la niña, mucho más relajada, no paraba de sonreír.

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Después, la familia real se marchó de la misma forma en que había venido. Leonor, más segura de sí misma, con la sensación de quien ha terminado un examen y lo ha hecho bien, saludó a todos los curiosos que se encontraban en los alrededores del Instituto Cervantes. Volveremos a verla en los próximos días, en la celebración del cumpleaños de su abuela la reina Sofía.