La princesa Ana, el ojito derecho de su padre por encima de Carlos: ¿por qué?

La relación que mantienen el príncipe Carlos y su padre, el príncipe Felipe, no es una cuestión que sea analizada de manera habitual,a pesar de que ellos mismos han reconocido en más de una ocasión que sus diferentes personalidades les ha marcado a la hora de entenderse.

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Se ha llegado a asegurar que el heredero al trono considera 'fría' la relación que existe entre padre e hijo y que ha descrito al duque de Edimburgo como un hombre "severo", sobre todo durante su niñez.

Según afirmó el biógrafo Real Gyles Brandreth en 2016, el esposo de Isabel II admitió que su hijo Carlos era "un romántico, y yo soy más pragmático". "Eso significa que vemos las cosas de manera diferente. Y como no veo las cosas como lo haría un romántico, soy insensible ", añadió.

La comentarista Real Victoria Arbiter, cuyo padre fue el secretario de prensa de la Reina hasta el año 2000, también desveló este mismo año, detalles sobre la relación de ambos, destacando que entre las cualidades del padre del príncipe Carlos no se encuentra la paciencia y resaltando que es un hombre muy práctico.

En este sentido, quedaría claro que padre e hijo son polos opuestos, algo que no ocurre con la princesa Ana. Según Arbiter, el vínculo de la hija con el duque de Edimburgo se ha ido fortaleciendo con el paso de los años, ya que su carácter es más duro que el de su hermano Carlos, algo que la acerca más a la forma de ser de su progenitor.

Victoria Arbiter llegó a sospechar que la princesa Ana pudo rivalizar de alguna forma con el príncipe Carlos, consciente de que su hermano era muy diferente a ella.

Los testimonios de otros expertos no hacen más que reforzar esta teoría. Así, Penny Junor, biógrafa Real, afirmó en 2015 que el príncipe Carlos "siempre fue un niño muy sensible" y que, sin embargo, el duque de Edimburgo "quería un niño pequeño más duro. Quería a la princesa Ana".

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Este punto de vista es compartido también por Victoria Arbiter, quien ha asegurado que el príncipe Carlos, cuando era pequeño "era increíblemente sensible, mientras que la princesa Ana era dura", para además añadir que "Felipe y Ana siempre han compartido una relación encantadora".

Con estos testimonios, parece quedar de manifiesto que desde temprana edad, el vínculo entre el príncipe Felipe de Edimburgo y su hija ha sido más fuerte, mientras que el de Carlos se ha debilitado para reforzar, a su vez, el suyo con el de su madre, mucho más parecida en forma de ser a él.