Moderna, prooccidental y muy rica: la familia anfitriona de don Juan Carlos en Abu Dabi
El jeque Jalifa bin Zayed Al Nahayan es el actual emir de Abu Dabi, aunque es su hermano Mohamed el hombre fuerte del país y con el que recientemente se ha visto al Rey emérito
Uno de los hoteles más exclusivos del mundo y una villa valorada en 11 millones de euros. Son los dos alojamientos de los que el rey Juan Carlos ha disfrutado desde el pasado agosto, cuando tras las numerosas polémicas protagonizadas meses antes, ponía tierra de por medio y se exiliaba en Abu Dabi, tal y como confirmaba Zarzuela unos días después de su marcha. Era una de las zonas a las que se apuntó desde un primer momento, especialmente por la relación que el emérito tiene con diferentes mandatarios de los países del Golfo Pérsico. Y precisamente, las dos viviendas ocupadas por don Juan Carlos tiene algo en común: además de la exclusividad y el lujo, ambas pertenecen a la familia real de Abu Dabi, anfitrona del exmonarca en este exilio dorado. Una familia que se puede considerar moderna, prooccidental y, sobre todo, muy muy rica.
El jeque Jalifa bin Zayed Al Nahayan es el actual emir de Abu Dabi y presidente de los Emiratos Árabes, ambos cargos heredados de su padre en 2004. Su llegada al poder no es casualidad, ya que pertenece a la familia Al Nahayan, descendiente de los Bani Yas, la tribu madre de la mayoría de las tribus árabes que se asentaron en lo que hoy se conoce como Emiratos Árabes Unidos. Es conocido por la modernización que tanto él como su padre, Zayed bin Sultán Al Nahayan, llevaron a cabo en el país, dotándole -gracias a la riqueza conseguida por el petróleo- de edificios modernos, bancos y tiendas de primeras marcas, además de lujosos hoteles, o el conocido circuito de velocidad, que don Juan Carlos conoce bien.
Pero quizá el dato más interesante del jeque Jalifa bin Zayed Al Nahayan es su fortuna, que según la revista 'Forbes' ascendería a 18.000 millones de dólares, lo que le colocaría en el tercer puesto de la lista de gobernantes más ricos del mundo. Precisamente, uno de los pilares de su fortuna, además del petróleo, es su imperio hotelero, ya que actualmente el Gobierno de Abu Dabi -y por tanto, él mismo- es el propietario del Emirates Palace, el lujoso resort en el que don Juan Carlos se alojó durante unos meses. El recinto, a prueba de fotógrafos, cuenta con una bahía natural privada de 1,3 kilómetros, 394 habitaciones y suites, dos grandes piscinas con cascadas artificiales que recorren las zonas comunes del hotel, spa con hamman tradicional, centro de deportes acuáticos, club infantil y canchas de tenis y pádel. Lujos que no dudaron en poner a su disposición todo el tiempo que se alojó en el hotel.
El dato de si don Juan Carlos pagaba o no por alojarse en este exclusivo hotel no trascendió, como tampoco lo ha hecho con respecto a la villa de lujo que actualmente ocupa en la isla de Nurai. Pero lo cierto es que no sería la primera vez que la familia Al Nahyan muestra su generosidad y aprecio por el Rey emérito en forma de lujosos obsequios. En 2011, en una de sus visitas a los Emiratos para asistir al Gran Premio de Abu Dabi de Fórmula 1, recibió nada más y nada menos que dos exclusivos vehículos de la marca Ferrari, valorados en 700.000 euros. El responsable del generoso regalo fue Mohamed bin Zayed Al Nahayan, hermano del jeque Jalifa y actual hombre fuerte del Gobierno, tras el ictus que sufría el gobernante en 2014.
Mohamed es el príncipe heredero de Abu Dabi, y hoy en día lleva el gran peso de la política interior y exterior, además de ser comandante supremo de las fuerzas armadas. Y es la persona que, a todos los efectos, se puede considerar anfitrión del rey Juan Carlos. Su amistad es estrecha y viene de hace años. Además de las muchas ocasiones en las que se les ha fotografiado juntos en las anteriores estancias del emérito en Abu Dabi, el príncipe también se convirtió en el protagonista de una de las fotos con las que el emérito desmentía los rumores sobre su mala salud. Su presencia en la imagen daba cuenta del vínculo que hay entre ambos y quién es uno de los grandes apoyos del padre de Felipe VI en este exilio voluntario.
El príncipe es conocido en los círculos políticos internacionales por su promoción de la tolerancia y la lucha contra el extremismo islámico. Pero, además, se le puede considerar todo un influencer, ya que cuenta con 2,3 millones de seguidores en Instagram. Al contrario de otros mandatarios árabes, que cuentan con varias esposas, solo una figura en su biografía, Salama bint Hamdan bin Mohammed Al Nahyan, la madre de sus cuatro hijos y cinco hijas. Lo mismo sucede con su hermano, el jeque Jalifa. Solo se conoce el nombre de una mujer, Shamsa bint Suhail Al Mazrouei, con la que tiene dos hijos y seis hijas. Una familia numerosa, poderosa y muy rica que se ha convertido en la mejor anfitriona para el exilio dorado del antiguo Rey.
Uno de los hoteles más exclusivos del mundo y una villa valorada en 11 millones de euros. Son los dos alojamientos de los que el rey Juan Carlos ha disfrutado desde el pasado agosto, cuando tras las numerosas polémicas protagonizadas meses antes, ponía tierra de por medio y se exiliaba en Abu Dabi, tal y como confirmaba Zarzuela unos días después de su marcha. Era una de las zonas a las que se apuntó desde un primer momento, especialmente por la relación que el emérito tiene con diferentes mandatarios de los países del Golfo Pérsico. Y precisamente, las dos viviendas ocupadas por don Juan Carlos tiene algo en común: además de la exclusividad y el lujo, ambas pertenecen a la familia real de Abu Dabi, anfitrona del exmonarca en este exilio dorado. Una familia que se puede considerar moderna, prooccidental y, sobre todo, muy muy rica.