El cariño de Juan Carlos, la tensión con Sofía, la pérdida de Alfonsito: radiografía de dos infantas

Las infantas Pilar y Margarita, hermanas del Rey emérito y tías de Felipe VI, son las grandes desconocidas de la familia real. Vivieron tiempos duros con la muerte del infante Alfonsito, la depresión de su madre, las malas relaciones de su padre (el conde de Barcelona) con su hijo y el exilio en Estoril hasta que regresaron a España ya mayores de edad. La periodista Marina Pina es la autora de ‘Pilar y Margarita’ (Ed. La Esfera), la primera biografía completa con ellas como protagonistas principales, donde aparecen anécdotas, vivencias e historias hasta ahora no conocidas.

No recibieron una buena educación académica, pero supieron buscarse la vida para ser independientes. Tenían grabado a fuego su servicio a España, que así se lo inculcó su padre. Solo en los últimos años, ya muy enfermo, el conde de Barcelona pudo tener una relación menos tensa con don Juan Carlos. En cambio, el Rey emérito siempre protegió a sus hermanas. Doña Pilar fue su confidente y la guardiana de sus secretos afectivos. Doña Margarita, ciega de nacimiento, supo vencer las dificultades: estudió puericultura y, hasta el día de hoy, es la enfermera de sus hijos y sobrinos. Cuando se casó con el doctor Zurita, nadie daba un duro por ese matrimonio y, como cuenta Marina Pina, se cumplió la frase que le dijo su marido: “El tiempo es nuestro mejor aliado”. La infanta Pilar murió hace dos años y la duquesa de Soria vive una etapa muy feliz compartiendo casa con su hija y su primer nieto.

PREGUNTA: Es la primera vez que Pilar y Margarita son protagonistas de una biografía. Dos personajes de los que se sabe muy poco.

RESPUESTA: Ese era el reclamo. Me llamó la atención su vida y, sobre todo, que son dos personajes que mueren con ellas. Me refiero a su papel como infantas que no tiene nada que ver con el papel que han desarrollado Elena y Cristina, y mucho menos con el de las hijas del Rey. Tuvieron dedicación a la Corona sin ningún tipo de asignación económica. Lo hacían exclusivamente por educación familiar.

P: Cuentas en el libro que con ellas se acabó la estirpe de infantas.

R: A las infantas Elena y Cristina se las ha educado en una libertad muy diferente a la de sus tías, que no podían recibir una remuneración por sus trabajos de representación. Y han tenido una dedicación a la Corona, pero de otra manera diferente. Más como un trabajo que como un sentimiento. De todas formas, creo que Felipe VI sí tiene intención de recuperar ese papel puro y duro de infanta. De hecho, Sofía está recibiendo la misma educación que su hermana para que tengan un futuro dedicado a la Corona.

P: Cuando el príncipe Felipe se convierte en Rey, sus tías ya no tienen ningún papel representativo, ¿ha sido injusto con ellas?

R: La familia va creciendo y hay que cortar quién es quién en la familia real. Ellas encajaron perfectamente su papel, sobre todo la infanta Margarita, que vive en la sombra su lealtad a su sobrino.

P: ¿Qué relación tiene la infanta Margarita con su sobrino el rey Felipe?

R: La familia coincidió en protegerla, aunque no lo necesitara. Se ha sabido valer por sí misma: estudió, se casó, preside fundaciones en las que está muy involucrada... No se ven mucho por una cuestión de edad, pero creo que la quiere mucho. La infanta Pilar, por su parte, fue la confidente del rey Juan Carlos y la que se atrevía a decirle las cosas sin tapujos. Desde opiniones políticas a personales.

P: ¿Y el Rey con sus primos?

R: Una relación que se ha enfriado por las circunstancias. La reina Letizia no tiene mucho ‘feeling’ con los primos Gómez-Acebo, pero ambos se preocupan por su tía Margot, a la que quieren mucho.

P: ¿Son dos personajes importantes en la vida familia de los Borbón?

R: En la generación de los condes de Barcelona y sus hijos, las infantas tuvieron un papel importante en los momentos de mayores complicaciones y tragedias. Primero, cuando al hermano Juanito le mandaron a un internado de Alemania con diez años y después, con la muerte del hermano, la depresión de la madre y los conflictos hereditarios con el hijo. Fueron mediadoras cuando el conde de Barcelona no quería ni ver a Juanito al echarle la culpa de la muerte de Alfonsito por un disparo fortuito. El papel de Margarita y Pilar era complicado entre el cariño al hermano y la fidelidad al padre.

P: La infanta Margarita ha sido un ejemplo de superación.

R: Sí, aunque ella no lo siente así. Considera que la educaron para que fuera independiente a pesar de su ceguera. La fundación ONCE está muy agradecida porque su visibilidad y la normalidad que ha dado a su falta de visión ha ayudado a muchas personas. Y el primer ejemplo fue para sus padres, que no esperaban que tuviera su vida, que se casara y que formara una familia. Nadie confiaba en que fuera feliz en su matrimonio y, principalmente, los consejeros de don Juan Carlos. No entendían que un médico de prestigio se casara con ella.

P: En tu libro destacas que los condes de Barcelona no daban mucha importancia a los estudios de sus hijas.

R: Les interesaba que tuvieran idiomas y una cultura general. La infanta Pilar no terminó el bachillerato y los padres tuvieron que mediar para que pudiera entrar en la escuela de Enfermería. Y una vez matriculada, le gustó y se dedicó de lleno. La infanta Margarita sacaba notas muy justas y, en cambio, cuando la mandaron a estudiar puericultura en Madrid, le sucedió igual que a su hermana.

P: Cuentas que la familia se rompió con la muerte de Alfonsito.

R: Es el peor momento. Durante tres años, cada uno de los miembros de la familia estaba por su lado, separados. Margarita, interna en Madrid; a Juan Carlos, su padre le mandó al día siguiente a la Academia de Zaragoza y no le dejó hacer el luto. La madre, ingresada por depresión, y la infanta Pilar, sola con su padre en Estoril. Cuento que, con los años y precisamente por esa desestructuración, fueron tres hermanos muy unidos. La infanta Margarita lo pasó muy mal. Alfonsito era su confidente y su mejor amigo. El conde de Barcelona la quitó de en medio y la mandó a Madrid con 17 años, sola y sin conocer a nadie. Se encuentra con una España muy diferente a la que le contaban los consejeros a don Juan. No había ese apoyó a la monarquía.

P: Durante años se comentaba la mala relación entre la reina Sofía y sus cuñadas.

R: Cuando eran jóvenes no encajaron porque eran mujeres completamente distintas. Doña Sofía no entendía, y lo cuento en el libro, que llegaran a Zarzuela sin avisar como si fuera su casa. Con el tiempo tuvieron una buena relación familiar aunque la Reina sabía que todos estaban al tanto de las correrías de su marido.

P: El rey Juan Carlos y el conde de Barcelona no retomaron nunca una relación de padre e hijo. Así lo cuentas.

R: Fueron años muy difíciles en la parte afectiva. Hay que tener en cuenta que solo convivían en las vacaciones. Y después, llegó la decisión de Franco de nombrarle sucesor rompiendo la línea dinástica.

P: ¿Cómo es la vida actual de la infanta Margarita? Estaba muy unida a su hermana Pilar y la ausencia del Rey emérito le habrá influido.

R: Después de la muerte de Alfonsito, el año pasado ha sido uno de los peores. Es verdad que tiene a su nieto en casa, que la hace muy feliz, está cuidada y atendida, pero creo que ahora tiene un sentimiento de orfandad con la desaparición de la infanta Pilar y el Rey en Abu Dabi.