La historia real detrás de la trama de 'Downton Abbey'

El próximo 29 de abril llega a los cines la nueva película de 'Downton Abbey', tras otra secuela y seis temporadas de una aclamada y premiada serie. Lo interesante de esta producción, más allá de la trama que da para reír, llorar, pensar y, en fin, entretenerse, está lo bien detallada que se expone la historia. Y es que, de 1912 a 1920 o a 1926, el mundo cambió mucho.

Empezamos con la época eduardiana, la comprendida entre 1901 y 1910 y que corresponde a los años en los que fue monarca de Reino Unido, Eduardo VII, el heredero de la reina Victoria cuya época, la victoriana, terminó con su muerte. Nuevo siglo, nuevo rey, nuevos y profundos cambios en una sociedad que deja de ser de un modo para cambiar a otro radicalmente distinto. En la serie se pueden apreciar perfectamente cómo los privilegios de la clase alta se van difuminando poco a poco conforme pasan los años y, muy especialmente, una vez termina la Gran Guerra, es decir, la I Guerra Mundial.

Centrándonos en Reino Unido y enlazando la historia de manera paralela a la serie, observamos cómo Lord Grantham ve que el estilo de vida de las casas señoriales como la suya está condenado a extinguirse por razones más que obvias. La sociedad de primeros del XX está inmersa ya en el proceso de la industrialización, la economía cambia, nace una nueva burguesía potente, con dinero y sin pedigrí, cosa que importa mucho a los nobles de toda la vida, pero que tarde o temprano terminarán por asumir.

I Guerra Mundial y la gripe española

El 28 de julio de 1914 da comienzo la Gran Guerra, la I Guerra Mundial, entre varias potencias europeas, entre ellas Reino Unido. En la serie se narra en el transcurso de una fiesta llena de lujos en la hacienda de los Crawley. Nada a partir de ahí será como antes. Ni para las clases altas ni para las bajas, esto es, los fieles sirvientes que la hacienda tiene. Una vez finalizada la I Guerra Mundial, en el año 1919, nos ponemos en un contexto histórico internacional marcado por el auge del comunismo. En 1918 comenzaron las revueltas que terminarían con el asesinato de la familia imperial rusa y el fin de la monarquía y comienzo del régimen comunista.

Durante la guerra, la familia Crowley convierte la mansión en un lugar de recuperación para los oficiales heridos en el centro. Esto sucedió en la realidad en muchas casas nobiliarias, por ejemplo, en la de la familia de la recordada reina madre, Isabel Lyon-Bowles, madre de la reina Isabel II. Ese choque tan profundo con la realidad hizo cambiar muchas mentalidades pero, sobre todo, las jóvenes. No es un fenómeno extraño. Los adolescentes que han vivido la pandemia del covid-19 han quedado marcados para siempre por esta, han modificado su enfoque sobre la vida y qué esperar de ella, no tanto los adultos que nunca habíamos vivido nada semejante.

Si analizamos con detenimiento los primeros veinte años del siglo XX podemos observar cómo se vivieron cambios de tal envergadura que podríamos perfectamente hablar de cambios profundos en todos los paradigmas: sociales, económicos, políticos… La I Guerra Mundial, la mal llamada gripe española, la caída del Imperio ruso, el establecimiento del comunismo y, muy importante, los prolegómenos de los regímenes totalitarios como el nazi que, en confrontación con otro como él pero en el anverso de la moneda, el comunismo, terminarían desembocando en la II Guerra Mundial.

Por supuesto, en este contexto no podemos olvidar la inconmensurable batalla que dieron las sufragistas inglesas. Las cosas en historia casi siempre suceden por algo, tienen una explicación en el marco en el que sucedieron y en este sentido no podemos obviarlo. Inglaterra en aquella época era un gran imperio con numerosas colonias que debían ser atendidas por los hombres (en masculino) de la metrópoli. Miles de mujeres británicas se vieron en la tesitura de tener que trabajar para salir adelante. A esto hay que unir las miles de bajas (también masculinas) tras la Gran Guerra, con el consiguiente número de viudas que tuvieron que ponerse a trabajar.

En el marco de plena revolución industrial con unas condiciones laborables pésimas, lo más lógico, como así fue, es que surgieran protestas y voces sumamente críticas con el sistema. Y dentro de esas voces, al menos el 50% eran femeninas. No es que en el resto de Europa se siguiera viviendo como en el antiguo régimen pero digamos que los cambios fueron más tardíos y más lentos. La España de 1910 en nada se parece a la Inglaterra del mismo año.

Comienzan los felices 20

Una vez finalizada la I Guerra Mundial y tras la devastación que supuso la contienda a nivel económico y de población masculina, hubo que ponerse a trabajar para volver a recuperar cierta normalidad. Pero las cosas ya jamás volverían a ser como antes y eso en la serie se refleja estupendamente bien. Las hijas del conde no volverán a ser como antes. La mayor, Lady Mary -interpretada por Michelle Cokery-, la más estirada y reacia a los cambios, pero a la vez profundamente práctica, se da cuenta de que el modelo económico conocido hasta la fecha no funciona y pone en marcha negocios de la hacienda que algún día será suya y de su hijo. Se moderniza.

Pero no solo eso, también en el aspecto de su vida íntima y una vez se ha quedado viuda, se 'atreve' a mantener relaciones sexuales con un pretendiente serio a matrimonio porque quiere saber si el sexo será satisfactorio antes de comprometerse toda una vida con él. Esto, que desde los ojos de 2022 nos parece algo normal, no lo era tanto hace 100 años, muchísimo menos en una clase alta y de la nobleza. Pero la guerra cambió mucho las mentalidades.

La segunda de las hijas, Lady Edith Crawley, eterna solterona, algo 'grave' en esa época y en su clase social, comienza enviando una carta al director de un periódico y termina dirigiendo su propia revista. Y la pequeña (que fallece) se casa con el revolucionario y comunista chófer de la familia.

Otro de los cambios espectaculares que se produjeron en la primera década del XX y que podemos ver perfectamente en la serie es el radical cambio en la moda, muy especialmente en las mujeres. Se pasó de los vestidos largos hasta el suelo a llevarlos cinco centímetros por debajo de las rodillas, las mujeres se deshicieron del incómodo corsé y esto probablemente tuvo bastante que ver con la incorporación de estas al trabajo, especialmente en las fábricas. Se observa un cambio de mentalidad que va hacia lo práctico por encima del qué dirán.

El reinado de Jorge V

La I Guerra Mundial trajo como consecuencia, como ya hemos comentado anteriormente, la caída del zar Nicolás II de Rusia y del káiser Guillermo II de Alemania, ambos primos del rey inglés Jorge V, que se convirtió en monarca en 1910 tras la muerte de su padre. Su reinado estuvo caracterizado por una gran expansión. Hay que recordar que todavía entonces hablamos de un imperio con numerosas colonias y, principalmente, la India, que no se independizaría hasta mediados del siglo XX.

La Casa Real británica cambió en 1917 su apellido Sajonia-Coburgo-Gotha por el de Windsor que todavía hoy mantiene. La razón no fue otra que la de tratar de separar sus orígenes alemanes en un momento de gran apogeo de antigermanismo. Durante su reinado, Jorge V, abuelo de Isabel II, vio florecer el socialismo, el comunismo, el fascismo, el republicanismo irlandés y los comienzos del movimiento independentista de la India. En 1924, Reino Unido dio la bienvenida a su primer ministro laborista. El siglo XX empezaba con fuerza y con una gran ruptura con todo lo anterior. Un antes y un después que se refleja perfectamente en las vidas de los personajes de la serie, tanto los nobles como sus sirvientes.

La segunda película, una nueva era

No sabemos cómo será la película que se estrena el próximo viernes pero acierta plenamente en su título, 'Downton Abbey, una nueva era'. Y es que, a partir de los años 20 del siglo pasado nada volvió a ser como antes. Es más, la década de los veinte sirvió, de algún modo, como un respiro para lo que vendría veinte años más tarde y que quizás los creadores de la mítica serie reflejen en una tercera película. Pero eso ya es otra historia.

Gema Lendoiro es periodista y doctoranda en Historia Moderna por la Universidad de Navarra.