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La verdadera razón por la que la reina Letizia no navega junto al Rey en Palma
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La verdadera razón por la que la reina Letizia no navega junto al Rey en Palma

La razón, mucho más prosaica de lo que pudiera parecer, es que la consorte del Rey sufre mareos en alta mar, lo cual ha hecho que evite la actividad a toda costa

Foto: La reina Letizia, navegando en 2007 junto a la reina Sofía y a una pequeña princesa Leonor. (CP)
La reina Letizia, navegando en 2007 junto a la reina Sofía y a una pequeña princesa Leonor. (CP)

Este sábado finalizaba la Copa del Rey de vela en Palma. Una competición que forma parte del histórico vacacional de la familia real desde que don Juan Carlos eligió Baleares para veranear. Fue el marqués de Mondéjar, Jefe de la Casa, quien le aconsejó que no eran recomendable esos agostos itinerantes. El príncipe de España, que este era el título de don Juan Carlos, y su familia pasaban unas semanas en el Pazo de Meirás invitados por Franco y, el resto, en Estoril, donde vivían su exilio los condes de Barcelona.

Felipe VI tenía cinco años y el desembarco en Marivent no era como ahora. Ni en medidas de seguridad ni en la visibilidad de los Reyes y de sus hijos, que hacían una vida con salidas públicas. No había encierros en el palacio de verano, como ha ido sucediendo a lo largo de los últimos años. El caso Nóos, los escándalos del rey emérito, su abdicación y la proclamación del nuevo Jefe del Estado cambiaron la agenda de todos ellos. Unos dejaron de aparecer por motivos obvios y otros (como Felipe y Letizia) procuraron pasar el menor tiempo posible en la isla al considerar que tenían derecho a un descanso vacacional, con libertad de movimiento y sin prensa. Entre diez y doce días es el tiempo marcado para el cambio de lugar, aunque este 2022 el rey Felipe los ha superado al llegar a la isla el 28 de julio para participar en la regata que lleva su nombre.

placeholder El Aifos, patroneado por el rey Felipe VI (d), durante su participación en la última jornada de la 40ª edición de la Copa del Rey Mapfre de vela. (EFE/Ballesteros)
El Aifos, patroneado por el rey Felipe VI (d), durante su participación en la última jornada de la 40ª edición de la Copa del Rey Mapfre de vela. (EFE/Ballesteros)

Navegar forma parte del calendario del Jefe del Estado en verano. Es su afición principal, la que heredó de su padre y de su abuelo y que comparten las infantas y sus hijos. El único al que le costaba asumir esa tradición era Jaime de Marichalar. Lo más cerca que estuvo de su contacto con el agua fueron unas imágenes donde aparecía en un flotador gigante de color negro del que tiraba la duquesa de Lugo desde una lancha. Después de esa incursión solo se le vio en la cubierta del yate Fortuna. Marichalar era de tierra adentro y el mar no era compatible con él.

La reina Letizia y su relación con el mundo náutico y marino ha estado acompañada de versiones y especulaciones. Unas informaciones tenían que ver con la poca sintonía que la experiodista mantenía con algunas de las amistades de su marido, que al principio del noviazgo no la recibieron bien. Hay que recordar que Vanitatis fue el primer medio que contó en exclusiva los apodos poco generosos que le dedicaban. Esta no sería la causa en el caso de Palma porque muchas de las amistades son deportistas y pertenecen al ejército. No existiría ese componente clasista y, por lo tanto, no habría ningún impedimento para que doña Letizia compartiera la afición marinera con su marido.

placeholder Felipe VI y la reina Letizia, a su llegada al Real Club Náutico de Palma en 2019. (EFE/Ballesteros)
Felipe VI y la reina Letizia, a su llegada al Real Club Náutico de Palma en 2019. (EFE/Ballesteros)

La pregunta del millón es cuál es la razón para que la Reina no navegue, como sí lo tuvo que hacer en aquel primer verano del 2004 y algunos de los siguientes hasta que se plantó. La explicación que han dado a Vanitatis fuentes del entorno más directo es mucho más prosaica y común a muchos ciudadanos: “Doña Letizia se marea, lo pasa mal a pesar de las biodraminas. El mareo es una sensación muy desagradable que tarda en quitarse aunque esté en tierra firme”.

placeholder La reina Letizia, durante una de las pasadas ediciones de la Copa del Rey de vela. (CP)
La reina Letizia, durante una de las pasadas ediciones de la Copa del Rey de vela. (CP)

Efectivamente, en aquellos primeros veranos, tras su boda en mayo de 2004, no había escapatoria. La vimos en la cubierta del primer Fortuna junto a la reina Sofía, cuidando de Victoria Federica y de los Urdangarin. Los siguientes agostos, más de lo mismo. En 2007 se convirtió en madre y, por primera vez, la infanta Sofía, con 10 meses, se incorporaba a la foto familiar. La princesa Letizia tenía a su favor que el súper-Fortuna era mucho más estable que el Somnni, una barca propiedad de Josep Cusí que cedía a la familia real para sus excursiones por la costa. Aseguran a Vanitatis que la reina Letizia, en esos desplazamientos de ocio, no lo pasaba bien. Sin embargo, no tenía más remedio que formar parte del grupo familiar. Hace un año, la embarcación del amigo del rey don Juan Carlos se puso a la venta por 295.O00 euros. Ya no queda ninguna referencia de aquellos veranos donde navegar era casi una liturgia de la que por fin pudo escapar la consorte del Jefe del Estado.

Este sábado finalizaba la Copa del Rey de vela en Palma. Una competición que forma parte del histórico vacacional de la familia real desde que don Juan Carlos eligió Baleares para veranear. Fue el marqués de Mondéjar, Jefe de la Casa, quien le aconsejó que no eran recomendable esos agostos itinerantes. El príncipe de España, que este era el título de don Juan Carlos, y su familia pasaban unas semanas en el Pazo de Meirás invitados por Franco y, el resto, en Estoril, donde vivían su exilio los condes de Barcelona.

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