La visita de Guillermo y Kate Middleton a un lugar muy simbólico en pleno luto por Isabel II
Mientras Carlos III apura sus horas de asueto antes de retomar su labor institucional, que lo llevará este viernes a Gales, son los otros miembros de la familia los que están cargando con el peso de la agenda
La agenda de los Windsor no se detiene. Desde que murió la reina Isabel hace ahora una semana, los miembros de la familia llevan una frenética actividad, que no terminará hasta pasado el lunes, cuando se celebra su funeral de Estado en la abadía de Westminster. Quien más lleva a sus espaldas es Carlos III, que, como nuevo rey, ha tenido que cumplir con numerosas ceremonias para despedir a su madre y celebrar su recién estrenado rol. Este jueves, de hecho, el monarca ha decidido tomárselo libre para descansar, y se encuentra en su residencia de Highgrove. Camila, por su parte, está en la casa que adquirió separada ya de Parker Bowles.
Mientras Carlos III apura sus horas de asueto antes de retomar su labor institucional, que lo llevará este viernes a Gales, en una visita junto a la reina consorte y la primera ministra, son los otros miembros de la familia los que están cargando con el peso de la agenda. Entre ellos, el príncipe Guillermo y Kate Middleton, quienes se han desplazado hasta Sandringham para ver todas las flores y detalles que los ciudadanos británicos han dejado en recuerdo de la que fuera su reina a las puertas del palacio en el que pasaba las navidades.
Para la ocasión, ambos han vestido de nuevo de luto, luciendo además la princesa de Gales un colgante con una cruz y unos pendientes de perlas con un diamante.
Situado en un terreno de más de 8.000 hectáreas, Sandringham cuenta con un edificio principal con innumerables habitaciones distribuidas en tres plantas. Y además de un ático y sótano, tiene varios salones y salas de estar, como un salón de baile y un comedor, en el que se pueden encontrar algunos cuadros de Goya, regalo en su momento del rey Alfonso XII. Y la familia también puede entretenerse mucho en las salas dedicadas a actividades de ocio, como la bolera, la biblioteca, la sala de billar o la sala de armas. Todas ellas añadidas y remodeladas a lo largo del tiempo, ya que Sandringham ha sufrido numerosas ampliaciones y reformas desde que pasara por primera vez a manos de un Windsor, el rey Eduardo VII en 1862, cuando todavía era príncipe de Gales.
Sin duda, la joya de la finca son tanto los jardines pertenecientes a la casa, de unas 240 hectáreas, como los terrenos, que comprenden hasta cinco pueblos. En ellos encontramos también otras construcciones, como Anmer Hall, una de las residencias de Guillermo y Kate, regalo de Isabel II por su boda, o Wood Farm, donde el duque de Edimburgo se instaló tras renunciar a sus funciones oficiales. También la iglesia de Santa María Magdalena, punto de encuentro para los Windsor el día de Navidad y donde se ha bautizado a muchos de los nietos y bisnietos de Isabel II.
The Prince and Princess of Wales view the many thousands of tributes left at the Norwich Gate - the main entrance to Sandringham House. pic.twitter.com/DUMteXvqTX
— Royal Central (@RoyalCentral) September 15, 2022
Pero Sandringham no ha sido solo escenario de reuniones festivas y tiempos felices. Entre sus muros fue donde falleció tanto el padre de la reina Isabel II, Jorge VI, como su abuelo, Jorge V, por lo que la monarca siempre tená costumbre de pasar el aniversario de la muerte de su padre retirada allí.
Cuando se conoció la muerte de Isabel II, los alrededores de los edificios en los que había vivido se llenaron pronto de flores. Y entre los Windsor los han visitado todos, empezando por Buckingham, por cuyos alrededores daban un paseo Carlos III y Camila viendo todos los recuerdos dejados en honor a Isabel. Por su parte, los príncipes de Gales, acompañados por los duques de Sussex, hacían lo propio en el castillo de Windsor, uno de los favoritos de la soberana. Asimismo, los condes de Wessex con su hija, el duque de York, las princesas Beatriz y Eugenia de York y Peter y Zara Phillips recorrían Balmoral, el lugar en el que falleció el pasado 8 de septiembre.
La agenda de los Windsor no se detiene. Desde que murió la reina Isabel hace ahora una semana, los miembros de la familia llevan una frenética actividad, que no terminará hasta pasado el lunes, cuando se celebra su funeral de Estado en la abadía de Westminster. Quien más lleva a sus espaldas es Carlos III, que, como nuevo rey, ha tenido que cumplir con numerosas ceremonias para despedir a su madre y celebrar su recién estrenado rol. Este jueves, de hecho, el monarca ha decidido tomárselo libre para descansar, y se encuentra en su residencia de Highgrove. Camila, por su parte, está en la casa que adquirió separada ya de Parker Bowles.