Las claves del lenguaje corporal de la princesa Leonor en público

Ahora que se encuentra estudiando en Gales, las apariciones de la princesa Leonor son esperadas con más ganas que nunca. Hay algunos actos oficiales a los que nunca falla, aunque en ocasiones tenga que contar con la suerte de su parte para que coincidan con las vacaciones lectivas, como sucede con los Premios Princesa de Asturias.

Otras veces, las vacaciones coinciden tanto en Gales como en España, como sucede en verano, en Navidad y como también ha pasado en Semana Santa. Gracias a eso se ha podido ver cómo la Princesa se maravillaba del espectáculo que presenció en Chinchón junto a su familia, pero también ha mostrado una nueva versión, un poco más alejada de los protocolos de las citas laborales.

El lenguaje corporal de Leonor

Cada vez que regresa a casa o aparece en público, se aprecia cómo Leonor poco a poco se va despidiendo de la niña que fue y abraza a la mujer en la que se está convirtiendo. Estos cambios ya se venían dando desde antes de marcharse a estudiar fuera de casa, pero su edad actual hace que sean más notables.

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Es evidente en la manera de vestir, pues cada vez luce más prendas que pertenecen a su madre, pero también de llevar el cabello, ya que hace tiempo que se despidió de las trenzas, y el maquillaje que luce en el rostro, aunque sigue siendo muy natural, es también más evidente. También son muy notables sus cambios físicos y en su personalidad.

Si durante mucho tiempo pudimos ver a una Leonor que medía al milímetro los pasos que daba, que buscaba con la mirada a sus padres para cerciorarse de que todo estaba saliendo bien, en Chinchón quedó claro que, en las citas familiares, la Princesa se relaja un poco más y se encuentra más confortable. Siempre, por supuesto, cumpliendo con el protocolo.

Evitando mantener largas conversaciones o desviar la mirada del espectáculo que estaban presenciando, Leonor mostró la gran complicidad que tiene con su padre, quien estaba a su lado, en algunos momentos muy reseñados. Por ejemplo, cuando el Rey intentaba hacer una foto o un vídeo con su móvil y era su hija quien, discreta, le ayudaba a conseguirlo y no podía evitar poner la cara que todos los padres de alguien que está en la adolescencia han visto alguna vez. Con ternura, negaba sutilmente con la cabeza, como dando a entender que no era la primera vez que esto sucedía.

Durante todo el encuentro, la princesa Leonor se mostró tranquila, comedida y calmada, algo que reflejaba en su postura, siempre recta y sin elevar los hombros, lo que habría denotado cierto nerviosismo.

No es fácil, cuando te están mirando, saber qué hacer con los brazos. De hecho, es habitual en ella mantenerlos a ambos lados del cuerpo siempre que puede, evitando cruzarlos, lo que señalaría incomodidad; ponerlos a la espalda, que podría interpretarse como aburrimiento, o con las manos frente a ella, lo que es señal de timidez. En anteriores ocasiones, sí que se ha podido ver cómo hacía algún gesto nervioso con ellas, frotándose ligeramente la pierna con la mano.

También su rostro, con una media sonrisa casi constante, salvo en algunas ocasiones en las que se convertía en una sonrisa completa. Leonor trata de mostrar en sus apariciones públicas una actitud abierta y cargada de confianza, mirando a los ojos a sus interlocutores, mostrándose abierta y cordial, dejando claro que le interesa lo que le cuentan y que se pueden acercar a ella sin miedo.

Momentos de complicidad

Este tipo de citas, que de vez en cuando planean para pasarlas en familia, son clave para la familia real; son educativas e interesantes. Les permiten salirse un poco de las normas protocolarias, que suelen ser muy férreas, aunque esto nunca ha sido algo que les impida mostrarse cariñosos y cercanos, tal y como sucedía en el momento descrito anteriormente, compartido por Leonor y su padre.

De este modo, es habitual entre las hermanas ver ciertos gestos de cariño. Y, aunque normalmente es Leonor quien busca el apoyo de su hermana, en esta última ocasión ha sido Sofía quien la cogía de la mano. Un gesto cargado de complicidad que se repitió durante la jornada, siendo la pequeña la que buscaba a su hermana para comentar algo o para, sencillamente, permanecer a su lado.

Parece que Leonor cada vez se encuentra más segura en su posición de heredera y detalles como estos lo ponen de manifiesto.