La contundente respuesta de Máxima de Holanda cuando un niño le pregunta si es rica
Los reyes de los Países Bajos se enfrentaron a la curiosidad de un pequeño durante una de sus tradicionales visitas a las zonas rurales de su país
Durante los variopintos compromisos oficiales de los royals, pocas veces les vemos romper el protocolo. Pero esta norma se salta en ocasiones, sobre todo si hay niños pequeños a su alrededor. Mostrando su lado más divertido y espontáneo hemos visto rodeada de pequeñuelos en muchas ocasiones a Kate Middleton, que, por ejemplo, en un tierno momento hacía realidad el sueño de un niño al que regalaba su broche de amapola roja. En este club de los miembros de la realeza más afables no podía faltar la reina Máxima de Holanda, que siempre suele hacer gala de su característica naturalidad.
En esta ocasión, la argentina visitaba junto al rey Guillermo Alejandro varios municipios de una de las zonas rurales del país, la región de Gelderse Vallei, en la provincia de Gelderland. Allí pudimos ver a Máxima muy sonriente pese a la lluvia que la acompañó durante su paseo y luciendo radiante como de costumbre, ataviada con un dos piezas verde de la casa belga Natan.
Los reyes de Holanda se fotografiaron entre ovejas, departieron con las autoridades locales y visitaron instalaciones deportivas, así como colegios de la zona. Fue en uno de ellos donde tuvieron un simpático encuentro con uno de los escolares. Un pequeño les preguntaba con desparpajo si "eran ricos". Mientras a Guillermo Alejandro pareció divertirle la inesperada pregunta, la reina Máxima no quiso dejar al niño sin una respuesta, pero se limitó a decirle que tan solo eran "el rey y la reina".
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Aunque dudamos que este escolar holandés vaya a leer estas líneas, podemos responder a su curiosidad nosotros mismos: sí, por supuesto que son ricos. Según cifras recientes que cita la revista 'Forbes', la fortuna de los soberanos neerlandeses se sitúa en unos 186 millones de euros. Muy lejos, eso sí, de la Casa Real más adinerada del Viejo Continente. Ese honor le correspondería al príncipe Juan Adán II de Liechtenstein, con un patrimonio que se estima nada menos que en cuatro mil millones de euros.
Volviendo a la reina Máxima, no es esta la primera vez que sale airosa con naturalidad y sentido del humor en todo tipo de ocasiones. Desde el consejo que le dio a la alcaldesa de Ámsterdam para caminar con tacones después de que esta sufriera un inesperado tropezón durante un acto oficial hasta las diferentes anécdotas que protagonizó durante la época de las restricciones por el coronavirus.
La animada y pintoresca visita de Guillermo Alejandro y Máxima por la Holanda rural ha sido la culminación de una semana muy intensa, que arrancaba hace unos días con la visita de casi toda la familia real al Gran Premio de Fórmula 1 de Países Bajos. Entonces pudimos ver a los reyes y a sus dos hijas mayores. Amalia y Alexia disfrutaron junto a sus padres del evento en primera fila, colocándose en la línea de salida minutos antes del comienzo de la carrera e incluso visitando a los pilotos y sus equipos en los boxes.
Posteriormente, Máxima realizaba un viaje a exprés a Nueva York para cumplir con su papel de defensora especial del secretario general de las Naciones Unidas para las finanzas inclusivas para el desarrollo. En la sede de la ONU, presentó el informe anual de sus actividades en dicha organización al secretario general, António Guterres, que este año ha recibido el título 'Creando un camino hacia la resiliencia y las oportunidades'.
Finalmente, de vuelta en los Países Bajos, la argentina realizaba una nueva visita de trabajo en el marco del programa Recuperación de Cerca: Juntos por la Salud Mental, en la ciudad portuaria de Róterdam, donde volvió a sorprendernos por enésima vez con su elección de complementos, eligiendo un bolso de lo más surrealista.
Durante los variopintos compromisos oficiales de los royals, pocas veces les vemos romper el protocolo. Pero esta norma se salta en ocasiones, sobre todo si hay niños pequeños a su alrededor. Mostrando su lado más divertido y espontáneo hemos visto rodeada de pequeñuelos en muchas ocasiones a Kate Middleton, que, por ejemplo, en un tierno momento hacía realidad el sueño de un niño al que regalaba su broche de amapola roja. En este club de los miembros de la realeza más afables no podía faltar la reina Máxima de Holanda, que siempre suele hacer gala de su característica naturalidad.