Como en casa: las dos anécdotas de Máxima de Holanda en su última cita del año

Las agendas reales van bajando el ritmo con la llegada inminente de las Navidades. Pero aún quedan citas oficiales para comentar de aquí a que comience la época festiva y los royals hagan su particular descanso y disfruten de los planes familiares, que ya se van perfilando. Y la última de estas citas oficiales royal ha sido protagonizada por Máxima de Holanda. Con ella, no solo se ha despedido de su agenda hasta el próximo año, sino que también ha vivido dos curiosas anécdotas con las que no ha tenido más remedio que sacar a relucir su característica naturalidad.

Pocas reinas hay en la actualidad, prácticamente ninguna, que se rían a carcajada limpia en público, ya que siempren intentan ceñirse a los protocolos y etiquetas, intentando mostrar siempre una actitud regia que llega a hacer que parezcan distantes. Una de las que se salta las rigideces y no tiene problema en mostrarse tal cual es precisamente Máxima, que ha vuelto a hacer gala de su sentido del humor mientras visitaba a un grupo de representantes del sector del catering, que están viviendo unas semanas muy complicadas por el nuevo cierre de la hostelería en el país, al menos hasta el 14 de enero.

La situación no es fácil, pero han conseguido arrancarla una carcajada cuando ha visto que uno de los establecimientos que ha visitado se llamaba Huis ten Bosch, es decir, el mismo nombre que recibe la residencia oficial de los reyes y donde vive habitualmente con su marido y sus hijas, de nuevo juntas tras el regreso de Alexia hace unos días. Máxima no ha tenido problema en posar delante del escaparate, con el nombre bien visible mientras no paraba de reír por la coincidencia. Cierto es que el nombre de su palacio tampoco es que sea demasiado rebuscado, ya que la traducción literal es Casa en el Bosque, pero no ha dejado de ser curioso.

Y esta no ha sido la única anécdota de la tarde. No importa que sea la mujer más conocida de Holanda, la mismísima reina de los Países Bajos. En cuestiones de seguridad, y más ahora con el coronavirus de nuevo campando a sus anchas por toda Europa, nadie se libra. Así que, para poder acceder a uno de los centros que ha visitado, Máxima ha tenido que sacar su móvil con un código QR para pasar el control, como todos los asistentes. Mientras, dejaba el bolso entreabierto, sin temor a que se viera lo que contenía en su interior, como le pasaba hace unos días.

Ya hablando del look de Máxima, podemos decir que nos ha confirmado varias cosas. Por un lado, que su cabello es el último elemento de su aspecto que le preocupa. No necesita elaborados peinados ni recogidos, aun sabiendo que el viento le puede dar algún que otro problema, como ha sucedido este miércoles, cuando el aire ha hecho que presentara la melena algo descuidada. Y por otro lado, Máxima ha confirmado su idilio con la prenda royal de moda, la capa, ya que remataba un look compuesto por un dos piezas de cuadros de Natan, con guantes, botas y bolso negros, este último con asa y cierre de bambú.

Concretamente, la que ha lucido en esta última cita era de color negro y con un patrón muy similar a la roja de Valentino que se considera su favorita, puesto que es la que más veces utiliza. Aunque no es la única capa en su armario. Con un aire también minimal y larga, Máxima ha lucido varias veces un diseño camel con cinturón de lo más favorecedor y ha arriesgado, como hizo hace poco en Alemania, con diseños más llamativos como la degradada en tonos azules y ocres con la que conquistó por aquel entonces a la prensa europea.

Dos elementos del look que tampoco han faltado -ya se sabe que para la argentina, cuanto más mejor- han sido un cinturón en color negro, haciendo así más estilizada su figura, y unos enormes pendientes, siempre marca de la casa. Un look muy Máxima con el que se ha despedido de su agenda oficial de este 2021, puesto que era su último compromiso público antes de las vacaciones, de las que ya está disfrutando.