De Amalia de Holanda a Mary: derroche de elegancia de las invitadas reales en Dinamarca

Era uno de los momentos más esperados de esta semana, con permiso de las celebraciones del Día de la Hispanidad, la boda de la duquesa de Medinaceli o el enlace del nieto de Beatriz de Orleans. Porque a estos días de noticias tan royal tenemos que sumarle las celebraciones por los 18 años de Christian de Dinamarca este domingo. Una jornada que empezaba con esa foto familiar en el balcón de palacio y que seguía, esta tarde, con una cena de gala a la que no han faltado Amalia de Holanda, Mary o Elisabeth de Bélgica, con sus correspondientes vestidos y joyas, que pasamos a detallar.

Marie-Chantal de Grecia

Una de las primeras en atravesar esos majestuosos pasillos y estancias de Amalienborg antes de llegar al gran salón donde tendría lugar la cita royal ha sido Marie-Chantal Miller, que lo hacía del brazo de su marido, Pablo de Grecia, y solo unos pasos por detrás de su suegra, Ana María de Grecia, y su tía política, Benedicta, ambas, a su vez, tías abuelas del cumpleañero. Marie-Chantal lucía un diseño en rosa, con la falda plisada, así como la parte inferior de las mangas. Pero lo más interesante estaba en su cabeza, ya que la esposa de Pablo de Grecia llevaba la tiara de diamantes de la reina Sofía, una de las más históricas de la casa griega.

Creada con diamantes para la reina Sofía de Prusia -abuela de la actual reina Sofía-, se creyó perdida durante mucho tiempo, ya que no se vio en público desde la boda de Constantino y Ana María, coronando la cabeza de la entonces reina Federica. Fue la propia Marie-Chantal quien la luciría de nuevo décadas después, también en Dinamarca, para la celebración de los 40 años en el trono de la reina Margarita.

Ingrid Alexandra y Mette-Marit de Noruega

Ha sido una de las sorpresas de la noche, ya que no se esperaba a la princesa heredera, dado que lleva varias semanas de baja médica y alejada de su agenda oficial. Pero finalmente se ha unido a su marido y a su hija mayor para esta especial celebración en Dinamarca. Para la cita, Mette-Marit ha elegido un vestido azul, al igual que su hija, ambas combinadas con esa banda de la Orden del Elefante, que también veíamos sobre el uniforme de Haakon. Era un diseño de corte recto, con cuello caja y un pequeño detalle de encaje y pedrería en la parte superior. En su cabeza, la tiara de Margaritas, un diseño bandeau que sus suegros le regalaron para su boda y que es la más habitual en sus looks de gala.

Por su parte, Ingrid Alexandra lucía un diseño extraído del armario de su madre, muy vaporoso y de corte asimétrico. La princesa lucía la tiara de perlas de Ingeborg, su bisabuela. Aunque perteneció a la princesa Ragnhild, hermana del actual rey Harald, y tras su muerte había pasado a sus hijos, la tiara volvió a aparecer con ocasión de las fotografías oficiales del 18º cumpleaños de Ingrid, ya que fue la pieza elegida para debutar con tiara.

Victoria y Estelle de Suecia

Estelle ya es toda una habitual en las citas reales y ha sido una de las invitadas de menos edad en esta cena de gala en Amalienborg. La heredera sueca ha escogido un vestido de Elie Saab que ya habíamos visto en una ocasión anterior. En cuanto a joyas, Victoria coronó su cabeza con la tiara de Laurel, llamada así precisamente porque representa hojas de laurel. Perteneció a Margarita de Connaught y estuvo muchos años bajo la propiedad de la princesa Lilian, casada con el príncipe Bertil, quien falleció en 2013 y que fue como una abuela para Victoria, Carlos Felipe y Magdalena. Desde su muerte, es la heredera quien luce siempre la pieza, habiéndose convertido en su tiara favorita.

Mientras, su hija lucía un diseño también en rosas con numerosas flores y diferentes bordados. La futura heredera sueca era, junto con Isabella, Josephine y Athena de Dinamarca, de las pocas royals que no llevaba tiara para esta cena de gala.

Elisabeth de Bélgica y Amalia de Holanda

Han sido dos de las invitadas más alabadas y más esperadas, ya que en su caso no es tan habitual que luzcan vestidos de gala y tiaras, puesto que aún no llevan el peso de la agenda de sus respectivas coronas. Amalia de Holanda, tras su paso por Jerez para asistir a la boda de la duquesa de Medinaceli, elegía un vestido capa en azul, con la tiara y los zapatos a juego, dos elementos muy interesantes. Primero, porque ha lucido una diadema de zafiros que forma parte de uno de los conjuntos más apreciados de la casa de Orange. La pieza es en realidad un collar de diamantes y zafiros, pero se le puede añadir una base para convertirla en diadema, algo que hace a menudo la reina Máxima.

Y los zapatos seguro que son muy conocidos para los fans de 'Sexo en Nueva York'. Y es que Amalia lucía esos 'Manolos' con los que Big pide matrimonio a Carrie Bradshaw en la primera de las dos películas que se hicieron tras el éxito de la serie.

Por su parte, su homóloga, Elisabeth de Bélgica, lucía un vestido en color champán con escote palabra de honor y unos guantes largos que le daban un toque absolutamente elegante. Y, como su homóloga holandesa, también optaba por una joya histórica familiar. Hablamos de la tiara Wolfers, que fue un regalo de bodas a la reina Fabiola y que tras su fallecimiento hemos visto lucir en numerosas ocasiones a la reina Matilde. Quedaba claro que la heredera belga ha 'asaltado' el armario de su madre, puesto que tanto los chatones que lucía como pendientes como el clutch son suyos.

Mary de Dinamarca e Isabella

Han sido las últimas en entrar y el estilismo de la princesa de Dinamarca era de los más esperados, ya que no suele defraudar. Tampoco lo ha hecho en esta ocasión, a pesar de que ha lucido un diseño que ya hemos visto en numerosas ocasiones, quizá para no robar protagonismo a su hijo en su gran día. Se trata de un vestido de la firma Jesper Hovring que estrenó en 2014. Confeccionado con cristales, tiene un escote asimétrico drapeado y falda con una pequeña cola. En su cabeza, su tiara nupcial, regalo de sus suegros para su boda con Federico.

Mientras, Isabella también ha apostado por el azul, con un diseño de Safiyaa, precisamente una de las favoritas de Meghan Markle y por la que optaba también Amalia de Holanda para el último Prinsjesdag. La hija mayor de Federico y Mary ha querido añadir un pañuelo al cuello, recogiendo el lateral de su cabello con un prendedor que pertenece a su madre.