Desembarco Urdangarin en Zarzuela: primero, Irene, y ahora, Miguel con sus prácticas científicas

El Palacio de la Zarzuela siempre fue la casa de los Urdangarin, incluso cuando no podían ni pisarla. Así que para ellos ahora es de toda lógica instalarse allí si sus necesidades vitales lo reclaman. Primero fue Irene Urdangarin la que dejó Suiza para instalarse en casa de su abuela, la reina Sofía. Ahora ha sido Miguel, el tercer hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, quien se ha instalado en el palacio madrileño de Zarzuela.

Las necesidades de Miguel surgieron cuando, después de terminar su licenciatura del Biología Marina, decidió parar un tiempo y residir con su madre en Ginebra, donde iba a quedarse sola porque la pequeña, Irene, se marchaba de cooperante a Camboya. En ese momento, a finales de diciembre de 2023, la Infanta y su exmarido firmaban el acuerdo de divorcio, así que la presencia de Miguel en Suiza se antojaba adecuada.

El joven quería explorar nuevos mundos y antes se apuntó a un cursillo de monitor de esquí en los Alpes. Pero sufrió un accidente y se lesionó la rodilla, lo que provocó que tuviera que pasar por quirófano y sus planes se fueran al traste. Después de una recuperación a buen ritmo, el joven encontró unas prácticas científicas en la capital española y decidió mudarse. Hace un tiempo, tal como adelantó la revista ‘Semana’ y ha podido confirmar Vanitatis, Miguel Urdangarin vive en el Palacio de la Zarzuela, donde hace lo propio también su hermana pequeña.

La vuelta de Irene

Irene Urdangarin volvió de Camboya el 14 de mayo, y tras un breve paso por Ginebra, se instaló de nuevo en la capital. Sus motivaciones son distintas a las de su hermano. Además de terminar los estudios de conducir y sacarse, al fin, la parte práctica del carné de conducir, Irene quiere vivir en Madrid para estar cerca de Juan Urquijo.

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Este joven, hermano de Teresa Urquijo y cuñado del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, es amigo de la familia desde pequeño, y en especial de Miguel Urdangarin. Y se ha convertido en la sombra de la benjamina Urdangarin desde las pasadas Navidades. La amistad que les unía se convirtió en algo más en las fiestas y desde entonces no han dejado de tener contacto. La distancia entre Camboya y España se hizo pesada, claro, y ahora vuelven a estar juntos en lo que algunos ven como una prueba de fuego de la relación.

El año sabático que se ha tomado Irene llega a su fin y con él, la joven deberá mudarse a Reino Unido a empezar sus estudios universitarios. Mientras, lejos de tomarse un año sabático como se ha dicho, Miguel aprovecha su estancia en Madrid para realizar unas prácticas profesionales en el ámbito que más le apasiona, las ciencias.

Afín al rey

El ahijado del rey Felipe VI, con quien se lleva de maravilla, siempre ha destacado por sus buenas notas y sus aficiones, y ahora ha decidido ampliar sus conocimientos con estas prácticas. No es nada demasiado complejo ni profesional pero le sirve, señalan fuentes de su entorno a Vanitatis, “para crecer y evolucionar, aprender y saber de qué va la vida”.

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Todo esto ocurre tras sufrir el citado accidente que dio al traste con muchos de sus planes. Incluso con los de su madre: doña Cristina estaba en Latinoamérica cuando su hijo sufrió el percance y tenía previsto viajar a Abu Dabi en Semana Santa para estar con su padre y parte de su familia, pero permaneció en la ciudad suiza para estar junto a su hijo.

La vida de Miguel en Ginebra cambió a raíz del accidente: no pudo terminar el cursillo de monitor de esquí. Así que ya recuperado, ha decidido darle un empuje a sus intereses. El joven terminó el bachillerato en el prestigioso colegio internacional Ecolint de la ciudad suiza y se mudó a Reino Unido, donde estudió Biología Marina. Se matriculó para empezar uno de sus sueños y lo logró: ya es biólogo marino y en julio de 2023 se licenció.

Biología Marina

Una vez terminó los estudios universitarios decidió viajar y después se instaló en Suiza, donde comenzó el citado cursillo que, según fuentes del entorno de los Urdangarin, no tiene nada que ver con la profesión que quiere desarrollar. Ha sido, añaden, un tiempo de descanso para ponerse las pilas y emprender su vida laboral relacionada con su carrera universitaria. Y en eso está ahora, con las pilas cargadas y sin parar. Por este motivo, pese a vivir en Madrid, se le ve poco con su familia. Porque tiene obligaciones ‘laborales’ que cumplir y no piensa dejar pasar esta gran oportunidad que ha logrado.

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Con la llegada de Miguel ya son tres los hijos de los Urdangarin de Borbón que viven en España. Tres de cuatro. Pablo, el segundo, vive en Barcelona desde hace cuatro años lo hace dedicado en cuerpo y alma al balonmano, cuya carrera va en ascenso, y a su novia, Johanna Zott, de quien no se separa. El único que permanece lejos y así se espera que siga durante años, es Juan, el mayor, que vive y trabaja en Londres, y es quien más sufrió por el escándalo financiero y judicial que afectó a sus padres y terminó con Iñaki en prisión.