El homenaje que se le está preparando a la princesa Birgitta de Suecia en la catedral de Palma de Mallorca

La princesa Birgitta de Suecia falleció el pasado 4 de diciembre en Mallorca, isla que había elegido en la década de los noventa como su paraíso particular. Por su casa de Santa Ponsa pasaban amistades de todo tipo. Desde la gran dama que fue Cristina Macaya, su íntima Alexandra Charles, la familia Nigorra, Cristina Latorre y algunos ciudadanos de la comunidad sueca con la que mantenía una relación muy intensa.

Su vida social estaba centrada entre la zona de Calvià y de Palma. Su asistencia cada año al concierto de Santa Lucía en la catedral de la capital no solo era fija; ella participaba directamente. Para la hermana del rey Carlos Gustavo el 13 de diciembre era una fecha muy importante cuyo interés festivo supo trasladar a los vecinos. No solo de Palma, sino de cualquier parte de la isla, que acudían a la emotiva celebración que marcaba el inicio de la navidades suecas.

"Este año el concierto será diferente. La princesa Birgitta no está físicamente, pero sí su esencia. Será un homenaje a una mujer que siempre fue nuestra mejor embajadora. Era una mujer encantadora que nunca ponía pegas cuando la pedían fotos. Lo que más llamaba la atención era que siempre estaba muy morena. Decía que para ella el sol era su vitamina. Se relacionaba sobre todo con la comunidad y organizaba muchas actividades solidarias que tuvieran que ver con la cultura y la música. Una de ellas era un torneo en el club de golf de Santa Ponsa, propiedad de la familia Nigorra. Era una excelente jugadora”, cuenta el relaciones públicas Tommy Ferragut.

El cariño por la isla se lo trasladó a su sobrina Victoria, futura reina de Suecia, quien visitaba la isla más a menudo de lo que la prensa conoce. La última vez fue el pasado 14 de octubre para estar presente en el bautizo del hijo de su prima Helena Christina Sommerlath. Fue un viaje de carácter privado y se alojó en casa de su tía Birgitta.

Birgitta mantenía una relación espléndida con los Reyes eméritos y durante años acudía al palacio de Marivent para almorzar o cenar con don Juan Carlos y doña Sofía. En aquellos años 90 sí participaba de la vida social de la isla, algo que fue abandonando para dedicarse más a su círculo más reducido. Ese entorno lo formaba también la que fuera duquesa de Sevilla, Beatrice von Handerberg. Se venían en Palma o en Marbella donde la añorada aristócrata alemana pasaba los veranos.

Como decíamos al principio la princesa Brigita sentía una gran amor por la isla donde pasó sus últimos días. Pero no será enterrada en Mallorca. Según las últimas informaciones su cuerpo será trasladado a Estocolmo donde se celebrará el domingo las exequias.