El plan de Pippa, hermana de Kate Middleton, para ampliar su imperio empresarial
La intención del matrimonio Matthews -el apellido de su marido- es abrir una guardería en Bucklebury Farm, la propiedad que compraron en 2020 y que es casi un parque temático
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A pesar de que son ciudadanos civiles y no pertenecen a la realeza, los movimientos de los familiares de la princesa de Gales suelen ser muy comentados. Especialmente si hablamos de gestos económicos, por las suspicacias que puede provocar por su cercanía con los Windsor. Y Pippa, la hermana de Kate Middleton, y su plan para ampliar su imperio empresarial no han escapado a este escrutinio público.
El objetivo que tiene el matrimonio Matthews -apellido que adoptó tras su boda con el expiloto y administrador de fondos de cobertura, James Matthews- es montar una guardería en Bucklebury, la granja de 31 hectáreas que compró la pareja en 2020 cerca de Berkshire. Sería una escuela infantil para niños de entre nueve meses y cinco años, integrada en el entorno rural del lugar.
Pippa y su marido no han dejado nada al azar, van sobre seguro y no se han molestado en ocultar sus intenciones, más bien todo lo contrario. Porque a través de las redes sociales de la granja, han pedido a los vecinos de la zona que den su feedback, algo que les serviría para tener una idea del éxito que tendrá esta guardería en caso de que los Matthews decidieran invertir su dinero y esfuerzo en este proyecto.
Aunque lo cierto es que no deben tener motivos para pensar que la guardería no funcione bien. Hay que tener en cuenta que, por mucho que sean Matthews, siempre está de fondo el apellido de los Middleton y, junto a él, el vínculo con la Casa Real británica y la princesa de Gales, lo que siempre supone un buen reclamo.
Así, esta escuela infantil se convertiría en otro de los negocios que el matrimonio ha establecido en la zona, con bastante éxito en todos ellos hasta la fecha. Cierto es que James tiene alguna ventaja en cuestiones económicas, puesto que es administrador de fondos de cobertura y algo sabe de movimientos bancarios y operaciones inversoras que entrañen cierto riesgo.
Pero desde luego, la visión monetaria le ha funcionado muy bien a Matthews en esta granja, que compraba junto a su mujer y otro socio en 2020 por un millón y medio de libras. Pasó de ser un parque de ciervos a un recinto con atracciones para toda la familia, incluyendo instalaciones de glamping o tirolinas, además de un zoológico interactivo que alberga a más de 160 animales.
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La prosperidad de sus negocios se deja notar, además, en su propia casa, ya que la pareja reside en una vivienda histórica en la misma zona, Berkshire, a 20 minutos de la granja. Se trata de una propiedad que compraron hace dos años por 15 millones de libras y que cuenta con 32 habitaciones, una cifra que nos da una idea de su opulencia.
Esta vivienda no ha estado exenta de problemas, ya que la pareja decidió cerrar un camino que el anterior propietario tenía abierto al público. A pesar de que se encuentra en su terreno privado y están en todo su derecho, recibieron numerosas críticas de los vecinos, lo que podría influir negativamente en este nuevo proyecto en la granja.
Los otros negocios de los Middleton
Pero si ha habido un sello vinculado a la familia de Kate Middleton, ha sido Party Pieces, la empresa de organización de fiestas que crearon Michael y Carole, padres de Kate, en 1987 y que fue un próspero negocio hasta el terrible 2020, año de la pandemia. Comenzaron haciendo las bolsas de caramelos y chucherías para los cumpleaños de los compañeros de sus hijos y la convirtieron en una marca muy consolidada y conocida.
La mala suerte y el Covid19 hicieron que las ventas bajaran estrepitosamente y comenzaran a estar acuciados por las deudas, por lo que finalmente decidieron venderla en 2023. Dos años antes, experimentaron pérdidas de 250.000 libras, principalmente por los efectos de la pandemia y el Brexit.
Con su venta, se iba una parte muy importante de la familia, ya que sus tres hijos se criaron conociendo sus entresijos y, en algún momento de su vida, echaron una mano en el trabajo diario, incluyendo a la propia Kate, que lo dejó antes de su boda con el príncipe Guillermo. Pero, gracias a estos años de éxito, los Middleton pudieron hacer que sus tres hijos recibieran una educación elitista y ahora disfrutan de una vida acomodada.
A pesar de que son ciudadanos civiles y no pertenecen a la realeza, los movimientos de los familiares de la princesa de Gales suelen ser muy comentados. Especialmente si hablamos de gestos económicos, por las suspicacias que puede provocar por su cercanía con los Windsor. Y Pippa, la hermana de Kate Middleton, y su plan para ampliar su imperio empresarial no han escapado a este escrutinio público.