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Carole Middleton, madre de la princesa de Gales, cumple 70: el estoico viaje de la mala del cuento
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Carole Middleton, madre de la princesa de Gales, cumple 70: el estoico viaje de la mala del cuento

La suegra del futuro rey de Inglaterra tiene una trayectoria pública y privada repleta de claroscuros, donde se entremezclan los mitos, la envidia y, por qué no, buenas dosis de ambición

Foto: Carole Middleton, en una imagen de archivo. (Getty)
Carole Middleton, en una imagen de archivo. (Getty)

Arrebatar las portadas a la mismísima Isabel II tiene un coste. Y ella lo pagó. La soberana la invitó por primera vez a formar parte de la comitiva real en Ascot y deslumbró con un elegante traje de chaqueta color champán que acompañó con una pamela de Catherine Walker, una de las firmas, por cierto, preferidas de Lady Di. Corría el mes de junio de 2011. Y para entonces, la protagonista de aquellas portadas ya era el personaje oscuro de la película. Siempre ha sido así. Nos lo viene vendiendo Disney desde pequeños. En todo cuento de príncipe azul tiene que haber una figura sibilina que opera en la sombra. Normalmente es la que se interpone en la historia de amor. Aunque en este caso fue quien forzó el encuentro 'fortuito' entre el príncipe Guillermo y su hija, Kate Middleton. Eso dicen.

Ser Carole Middleton tiene un coste. Convertirte en millonaria antes de los 40 gracias a un negocio iniciado en la cocina de casa, tener un matrimonio perfecto, criar a tres hijos guapos, atletas y educados, casarlos a todos bien, lucir tipazo en la playa y ser madre de la futura reina consorte tiene un coste. No se trata de esfuerzo o valía, sino de artimañas manipuladoras y obsesión con el poder. Qué mala fue siempre la envidia.

Carole Middleton, madre de la princesa de Gales, cumple este viernes 70 años. Con el sonado Megxit, parece que los únicos vilipendiados por la prensa han sido Harry y Meghan. Pero Carole ha sufrido también su propia batalla. Es el pilar de una familia sana, funcional y unida, aportando una estabilidad que el príncipe William no había conocido antes. Ha desempeñado un papel deslumbrante como madre. No solo todos sus hijos son injustamente guapos, sino que también son notoriamente encantadores. Ha sido el refugio para Kate en sus momentos más complicados con el cáncer, tal y como lo confirmó el vídeo donde la princesa de Gales revelaba que había terminado la quimioterapia.

placeholder Michael y Carole Middleton. (Getty)
Michael y Carole Middleton. (Getty)

Como suegra real, no ha cometido ningún error. Y en la faceta de abuela también es ejemplar. La falta de títulos de los Middleton –el único otro abuelo real de un futuro monarca en el último milenio que no tenía un título era el padre de la esposa de Eduardo IV, Isabel; sin embargo, finalmente recibió un condado- es francamente lo de menos.

Pero siempre ha estado en el punto de mira. Con todos los ruidos añadidos que supone además estar 'in-between'. Porque para la clase media, es una ambiciosa sin escrúpulos. Y para la clase aristócrata, la outsider que ha logrado lo que muchos anhelaban: emparentar con la Corona. Lo dicho. Qué mala fue siempre la envidia.

Para la clase media, es una ambiciosa sin escrúpulos. Y para la clase aristócrata, la outsider que ha logrado lo que muchos anhelaban: emparentar con la Corona

No ha trascendido cómo serán las celebraciones. Para su 60 cumpleaños se llevó a la familia a la isla caribeña privada de Mustique, en la que, según se dice, hubo champán rosado, una banda de jazz y fuegos artificiales. Aunque para esta ocasión quizá prefiera algo más sencillo. Juntar a los íntimos en su residencia de Bucklebury Manor, en la campiña inglesa, una casa valorada en más de 5 millones de euros con siete habitaciones, cinco salas de recepción, incluido un salón, una biblioteca, así como una piscina y una cancha de tenis.

placeholder Carole, junto a sus hijas Kate y Pippa antes de la boda de Kate con el príncipe Guillermo. (Getty)
Carole, junto a sus hijas Kate y Pippa antes de la boda de Kate con el príncipe Guillermo. (Getty)

La anfitriona, sin embargo, no lo considera “una mansión”. Así lo explicó en una entrevista con The Telegraph en diciembre de 2008, la única vez que se ha dejado retratar por la prensa. “Mi vida es bastante normal, la mayor parte del tiempo”, rezaba el titular. El extenso texto del rotativo monárquico supuso un tremendo esfuerzo (sin éxito) por mostrarse como una mortal más de la Inglaterra media. Contó que le encantaba el programa de televisión de Michael McIntyre, que encontraba la marca de ropa Jigsaw un poco cara, que le encantaban los vestidos camiseros de Samantha Sung y Goat, que prefería comprar en rebajas y que la música de Selfridges (los grandes almacenes) le resulta un poco abrumadora. Mira, Carole, buen intento, pero no cuela. No eres una mujer con una vida normal. Pero no tienes que justificarte ni pedir perdón por ello.

Los que la conocen aseguran que heredó el espíritu luchador de su padre. Ron, el abuelo de Kate, dejó los estudios con 14 años para convertirse en conductor de camiones y más tarde montó su propia empresa de construcción en Southall. Su madre, Dorothy, también conocida como La Duquesa (porque siempre lucía impecable), era todo un personaje. De ella heredó un estilo refinado que incluso llamó la atención del famoso diseñador de Chanel Karl Lagerfeld, quien en 2012 declaró que Carole, que entonces tenía 57 años, era “sexy”. “Hay algo lleno de vida en ella. Para una mujer que debe tener unos 50 años, creo que está genial. Llena de energía”, dijo a Grazia.

Karl Lagerfeld dijo que Carole le parecía sexy: "Hay algo lleno de vida en ella. Para una mujer que debe tener unos 50 años, creo que está genial"

Carole fue la hija mayor del matrimonio. Su hermano pequeño, Gary Goldsmith, es quien más ha dado de qué hablar a los tabloides. Alardeó de sus conexiones reales cuando fue filmado en 2009 por dos reporteros del dominical News of the World que se hicieron pasar por hombres de negocios. El empresario les ofreció cocaína y prostitutas y les contó detalles íntimos de Kate y William cuando estuvieron en su casa de Ibiza.

placeholder La madre de la princesa de Gales, en Ascot. (Getty)
La madre de la princesa de Gales, en Ascot. (Getty)

Carole pasó sus primeros seis meses de vida en un piso de protección oficial en Ealing, al oeste de Londres. Dejó la escuela a los 16 años y pasó por varios trabajos hasta convertirse en azafata en British Airways, donde conoció a su marido, Michael (ahora 75 años), que era auxiliar de vuelo.

La primera vez que cocinó para él trató de impresionarlo con un risotto de hongos, pero le quedó una papilla gris. “Fue un momento muy Bridget Jones”, recuerda. La idea de que una mujer que jugó un papel clave en una de las bodas más vistas de la historia haya sufrido una gran debacle de risotto no carece de importancia. Según sus propias palabras, es una persona que se esfuerza. “Si te rechazan, sé valiente e inténtalo de nuevo porque la vida te da muchos golpes y, si no estás preparada para ser valiente, no llegarás a ninguna parte”, recalca.

Crearon un imperio capaz de pagar las matrículas de hasta 500.000 libras (por alumno) para sus tres hijos en los colegios más elitistas

La pareja se casó en 1980, cuando Carole tenía 26 años. En 1981, nació Kate y 18 meses más tarde, Pippa, su segunda hija. La familia se mudó a Jordania durante tres años, donde Michael trabajó como gerente de aviación para una estación aérea internacional (nunca fue piloto). Y cuando regresaron al Reino Unido en 1987, Carole estaba embarazada de su tercer hijo, James.

Fue entonces cuando creó Party Pieces. Lo que empezó siendo una empresa familiar preparando desde la cocina de casa artículos para cumpleaños infantiles, se transformó en todo un imperio capaz de pagar las matrículas de hasta 500.000 libras (por alumno) para sus tres hijos en los colegios más elitistas, una mansión estilo tudor en Bucklebury (Berkshire) y un apartamento en el lujoso barrio londinense de Chelsea. Así es la gente con dinero en Inglaterra. Los pudientes viven en el campo relajados y tienen coquetos apartamentos en la estresante capital solo para visitas puntuales y para que los hijos tengan dónde dormir si salen por los clubs de moda.

placeholder La familia Middleton, en la coronación de Carlos III. (Reuters)
La familia Middleton, en la coronación de Carlos III. (Reuters)

En el momento de la gran boda de Kate y William en 2011 se estimó que Party Pieces valía 30 millones de libras. No faltaron las críticas cuando, tras el nacimiento del príncipe George, sacaron lotes para bautizos, primeros cumpleaños o incluso las famosas 'baby showers'. O cuando anunciaron todo tipo de artículos para celebrar los 60 años de la reina Isabel II en el trono. Por una parte, estaban los que les defendían y aseguraban que tenían que seguir con su vida normal. Por otra, estaban los que decían que se lucraban con cualquier noticia que acontece en Palacio.

Pero en 2023, la empresa familiar que convirtió a los Middleton en millonarios quebró dejando deudas de 2,6 millones de libras aquejados por la pandemia y el Brexit. Una pena, pero no una desgracia económica. Party Pieces no era la única fuente de ingresos para la familia. Michael, descendiente de los Tudor, es beneficiario de un fideicomiso iniciado por su tatarabuelo, un rico propietario de una fábrica llamada Francis Lupton.

"Desde el principio le aconsejaron que viviera según la máxima real: 'Nunca te quejes, nunca des explicaciones'", dijo una amiga a Tatler

Así que no se han quedado en la calle. Y los niños ya son independientes. Kate, 43 años, es la mujer del heredero al trono y madre del futuro rey. Pippa, 42, está casada con el banquero de inversiones James Matthews, cuyo patrimonio neto se estima en más de 2.000 millones de libras (lo que la convierte, con diferencia, en el miembro más rico de la familia Middleton). Por su parte, James, de 37 años, no acaba de encontrar su camino profesional. Su enésimo intento de negocio -una empresa de alimentos para perros- ha vuelto a fracasar. Pero, tras una larga depresión, se muestra feliz con su mujer, la experta en finanzas francesa Alizée Thevenet.

En definitiva, se puede decir que los 70 le llegan a Carole en buen momento. Llega a su cumpleaños con piel dura. A lo largo de los años ha recibido una cantidad desproporcionada de críticas: desde quejas por masticar chicle en el desfile de graduación de William hasta teorías más disparatadas sobre cómo se parecía a su madre, que tenía un apodo que le daban fama de Lady Dorothy. Pero Carole, que no es conocida entre sus amigos por andarse con rodeos, ha sabido superar los obstáculos: “Por supuesto que la enfada, incluso la enfurece, pero desde el principio le aconsejaron que viviera según la máxima real: 'Nunca te quejes, nunca des explicaciones'", dijo una amiga a Tatler.

placeholder Carole y Michael Middleton, tras el nacimiento del príncipe George. (Getty)
Carole y Michael Middleton, tras el nacimiento del príncipe George. (Getty)

¿Amañó realmente el destino para que el encuentro entre su hija y el heredero al trono no fuera tan fortuito? La cuestión es que Kate había planeado asistir a la Universidad de Edimburgo, pero se retiró en el último momento y volvió a solicitar la admisión en St. Andrews, después de que en 2000 se anunciara que sería allí donde asistirá el príncipe William.

En la segunda parte de la sexta temporada de The Crown, se da a entender que Carole tuvo mucho que ver en la decisión. Entre otros, el famoso libro de Tina Brown de 2022, The Palace Papers, la describe como una gran estratega: “Siempre que Kate sangraba en el ring, se retiraba a Bucklebury [su casa familiar], donde la entrenadora Carole le curaba las heridas, le aconsejaba sobre los movimientos y la instaba a mantener la vista puesta en el premio”.

Cuando Kate y William se comprometieron, Carole y Michael salieron a la puerta de su jardín para agradecer las felicitaciones a la prensa. Consciente de que Michael tenía ya mejor fama, ella se mantuvo callada y desde entonces ha aprendido a no dar munición a los rencorosos. Mira, Carole. No eres una mujer con una vida normal “la mayor parte del tiempo” como quieres aparentar. Pero tampoco tienes que pedir perdón por ello. Disfruta de tu fiesta.

Arrebatar las portadas a la mismísima Isabel II tiene un coste. Y ella lo pagó. La soberana la invitó por primera vez a formar parte de la comitiva real en Ascot y deslumbró con un elegante traje de chaqueta color champán que acompañó con una pamela de Catherine Walker, una de las firmas, por cierto, preferidas de Lady Di. Corría el mes de junio de 2011. Y para entonces, la protagonista de aquellas portadas ya era el personaje oscuro de la película. Siempre ha sido así. Nos lo viene vendiendo Disney desde pequeños. En todo cuento de príncipe azul tiene que haber una figura sibilina que opera en la sombra. Normalmente es la que se interpone en la historia de amor. Aunque en este caso fue quien forzó el encuentro 'fortuito' entre el príncipe Guillermo y su hija, Kate Middleton. Eso dicen.

Carole Middleton Kate Middleton