La reina Letizia, "en su salsa" en el Vaticano según un experto: de su sincronía con Felipe a la royal que se mostró fría con ella
Doña Letizia ofreció una imagen de sobriedad, respeto y compromiso durante la misa inaugural del papa León XIV, tal como explica el experto en comunicación no verbal Cristian Salomoni
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Doña Letizia acaparó titulares y miradas en el Vaticano el pasado domingo. Los Reyes de España acudieron a la misa de inicio del pontificado del papa León XIV, y antes de que la ceremonia empezara estuvieron conversando y saludando a los demás asistentes, muchos de ellos miembros de la realeza como Felipe y Matilde de los belgas, los grandes duques de Luxemburgo o Alberto y Charlène de Mónaco, y otros políticos como el presidente de Ucrania o la presidenta del consejo de ministros de Italia, Giorgia Meloni.
De nuevo, Sus Majestades ejercieron de perfectos embajadores de España, y a doña Letizia se la vio muy cómoda, tal como corrobora a Vanitatis Cristian Salomoni, del Instituto Internacional de Análisis de la Conducta. El experto en comunicación no verbal ha analizado las imágenes de la Reina saludando a los allí presentes, y lo tiene claro: "estaba en su salsa".
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"Doña Letizia proyectó una imagen de sobriedad, respeto y compromiso durante la misa inaugural del papa León XIV. Su postura corporal era erguida con la espalda recta, y los hombros relajados. Esto transmite seguridad, autocontrol y respeto al protocolo. Siempre que saluda las otras reinas o mujeres de la realeza se acerca suavemente a ellas, como signo de cortesía y cercanía", explica Salomoni.
Y continúa: "En los saludos, hace uso de una mano extendida y firme, pero suave, lo que comunica afabilidad con control emocional. Establece contacto visual breve pero enfocado, mostrando atención sin sobrepasar la formalidad diplomática. No se observa lenguaje de cierre (brazos cruzados, pasos hacia atrás, manos en los bolsillos). Al contrario, su lenguaje corporal indica receptividad y disponibilidad para el intercambio social".
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Para el experto: "Hay una clara sincronía con don Felipe. Caminan juntos, saludan en paralelo y se mantienen mutuamente atentos. Esto refuerza la imagen institucional de unidad y armonía del matrimonio real". Precisamente esto es algo que ya veíamos la semana anterior en su visita al campo de concentración de Mauthausen, donde dieron una imagen de unidad al ir cogidos de la mano.
"Se nota por las imágenes que tiene buena relación con la reina de Bélgica, a la que después despide con la mano de forma natural, y también con la gran duquesa de Luxemburgo. En su saludo con María Teresa es uno de los momentos en los que se ve a Letizia más cómoda, como si estuviera con alguien con quien tiene confianza y se siente a gusto. También la vemos hablando animadamente con la pareja heredera de Liechtenstein, Alois y Sophie, sentados a su lado.
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En cuanto a Charlène, Salomoni destaca que es Letizia la que se acerca a saludarla. "Ella toma la iniciativa del saludo, mientras Charlène se mantiene más fría y rígida, como si entre ellas no hubiera demasiada confianza". Explica el experto, que destaca también que no tiene por qué significar nada malo, ya que la princesa de Mónaco siempre tiene una postura un tanto hierática, sin demostrar demasiado las emociones.
La presencia de los Reyes de España en la misa inaugural del pontificado de León XIV no solo reafirmó su papel en el escenario internacional, sino que también permitió ver a doña Letizia en un entorno en el que se desenvuelve con soltura y naturalidad. Su actitud cercana pero impecablemente institucional, junto a la evidente sintonía con don Felipe, refuerza una vez más la imagen de una monarquía moderna, conectada y plenamente consciente de su papel representativo en actos de relevancia mundial.
Doña Letizia acaparó titulares y miradas en el Vaticano el pasado domingo. Los Reyes de España acudieron a la misa de inicio del pontificado del papa León XIV, y antes de que la ceremonia empezara estuvieron conversando y saludando a los demás asistentes, muchos de ellos miembros de la realeza como Felipe y Matilde de los belgas, los grandes duques de Luxemburgo o Alberto y Charlène de Mónaco, y otros políticos como el presidente de Ucrania o la presidenta del consejo de ministros de Italia, Giorgia Meloni.