Las 10 invitadas más elegantes de la boda de Felipe VI y la reina Letizia: de Marie-Chantal Miller a Paloma Cuevas

Han pasado ya 21 años desde que aquel 22 de mayo de 2004, con la típica lluvia primaveral madrileña como invitada inesperada, las campanas de la Catedral de La Almudena no pararon de sonar, como queriendo recordarnos que ese día pasaría a la historia. Felipe VI y doña Letizia decidieron sellar su destino en una boda que, vaya, dio mucho de qué hablar.

No solo porque era el ‘sí, quiero’ del futuro rey —eso ya de por sí bastante serio— sino porque también fue un espectáculo para los amantes de la moda y el brillo. Desde las joyas que parecían más bien sacadas de un museo hasta los looks previos a la boda que dieron mucho juego, los estilismos de ese día siguen siendo tema de conversación. Así que, para los que quieren revivir aquel desfile real, aquí están los 10 mejores looks de las invitadas que no pasaron desapercibidas.

La reina Sofía

La reina Sofía ejerció como madrina de su hijo pequeño con un vestido satinado de Margarita de la Nuez. Una opción clásica para las madrinas, con manga francesa, cuello redondo y detalles bordados, que combinó con la tradicional mantilla y peineta negra. Atemporal, con un color arriesgado, pero elegante.

La infanta Elena

Difícil pasar por alto el conjunto de alta costura firmado por Christian Lacroix que llevó la infanta Elena: un vestido y chaqueta de moaré rosa, claramente inspirado en el siglo XVIII. Un look que parecía sacado directamente de una novela histórica y que combinó a la perfección con una mantilla de encaje con peineta, y salones de tacón.

La reina Rania de Jordania

La ganadora absoluta en cuanto los mejores looks de invitada de la boda los Reyes de España fue Rania de Jordania. La reina de la corte hachemita apostó por un Givenchy de alta costura compuesto por una blusa blanca de seda y una falda larga morada que combinaba tul con encaje. Un estilismo que ha inspirado numerosos outfits en estas dos décadas, tanto para invitadas como para novias o alfombras rojas. Una elegancia que ha seguido mostrando en sus posteriores visitas a España.

La reina Noord de Jordania

Discreta y elegante, la reina Noor de Jordania mantiene una gran amistad con la reina Sofía. Por ello, su presencia en este enlace iba mucho más allá de lo institucional. Icono atemporal de la elegancia que une Oriente y Occidente, la madre del príncipe Hamzah bin Hussein lució un vestido satinado en un marrón teja al que sumó un abrigo de bordados florales.

Carolina de Mónaco

Recordada como una de las invitadas más sofisticadas a esta boda de día, lo tenía todo para estar perfecta. Un traje de alta costura de Chanel en un suave tono azul pastel, un elegante broche en la solapa y una pamela blanca. Aunque, parece que por una discusión por la polémica noche de fiesta de su marido Ernesto de Hannover, su peinado sin pulir no terminó de convencer.

Máxima de Holanda

De nuevo apostando por un binomio de vestido más abrigo, Máxima de Holanda protagonizó una de sus primeras bodas oficiales como parte de la Casa Real Orange. Una importante ocasión, tras su propio enlace en febrero de 2002, donde lució este conjunto en unas suaves tonalidades maquillaje. A la par, comenzó a mostrar su pasión por los maxicomplementos con una llamativa pamela.

Marie-Chantal Miller

Embarazada de su cuarto hijo, Odysseas de Grecia, la diseñadora de moda acudió a este enlace junto al príncipe Pablo de Grecia, primo de Felipe VI. Una boda donde apostó por un dos piezas de un gran amigo Valentino. Un vestido en un suave tono champán con un cinturón muy fino a juego que combinaba con su llamativa pamela de plumas. En contraste, el abrigo con bordados de pedrería en plata y la cartera rosada en raso. Aunque tampoco podemos pasar por alto su collar de perlas.

Paloma Cuevas

A lo largo de estos 21 años, Paloma Cuevas se ha convertido en una de las invitadas de boda más acertadas en cada enlace al que acude. Así lo corroboramos en el reciente paso por el altar de Carmen Ballesteros Botín, y así ocurrió también en la boda de los Reyes. Acompañada por su exmarido, la diseñadora de moda estaba impecable con su conjunto de Belén Molinero y su pamela de Phillip Treacy.

Rosario Nadal

En compañía de su entonces marido, Kyril de Bulgaria, la consultora de arte sorprendió con una elección poco convencional para una boda primaveral. Decidió combinar un vestido floral verde, típico del mes de mayo, con una gabardina rosa satinada y una enorme pamela a juego, sin preocuparse por si el clima le jugaría una mala pasada. Aunque a simple vista la mezcla podía parecer arriesgada, el resultado fue una apuesta audaz que no pasó desapercibida.

Veintiún años después, aquella boda sigue siendo un referente no solo por la unión de dos figuras que marcarían la historia de España, sino también por el despliegue de estilo y elegancia que aquella jornada regaló. Cada invitada aportó su propia esencia y personalidad, dejando una huella imborrable en la memoria colectiva de la moda real. Sin duda, aquellos looks siguen inspirando y recordándonos que la realeza no solo vive en la historia, sino también en el arte de vestir con clase y carácter.