Es noticia
Menú
Noor de Jordania, la amiga de la reina Sofía que clama por la libertad de su hijo mayor
  1. Casas Reales
INTENTO DE GOLPE DE ESTADO

Noor de Jordania, la amiga de la reina Sofía que clama por la libertad de su hijo mayor

El anterior príncipe heredero, Hamzah bin Hussein, se encuentra en arresto domiciliario desde hace unos días. Su madre no ha dudado en defenderlo públicamente

Foto: Noor de Jordania, en una imagen de archivo. (Reuters)
Noor de Jordania, en una imagen de archivo. (Reuters)

La reina Noor lleva alejada del foco mediático y de las intrigas de la corte jordana casi desde que falleciera su marido. O, al menos, intentándolo. El hecho de que fuera la cuarta mujer de Hussein de Jordania no lo pone precisamente fácil, ya que de la noche a la mañana se convirtió en uno de los rostros más habituales de los medios de comunicación por su historia de amor con el monarca hachemita y su innegable belleza. Dicen que quien tuvo retuvo, y en el caso del interés mediático que despierta, se cumple. Desde la boda de su hija pequeña hasta sus ya escasas apariciones públicas, cualquier movimiento o noticia de Noor de Jordania sigue interesando. Y mucho más en los últimos días, después de defender públicamente a Hamzah, su hijo mayor, en arresto domiciliario por supuestamente participar en un complot para derrocar al rey Abdalá. Consciente o inconscientemente, no lo sabemos, pero sus palabras han vuelto a colocarla en una primera plana de la que, al menos en apariencia, ha huido en las últimas dos décadas, intentando regresar a una vida semianónima, marcada por Jordania, su activismo y sus amistades reales.

Poco imaginaban sus padres cuando nació, en 1951, que sería la cuarta esposa de un hombre tan poderoso. Pero el destino estaba escrito y, tal y como relató en sus memorias, así se lo dijeron hasta los posos del café. Aunque bien es cierto que la familia de Lisa Halaby, su nombre de nacimiento, se reservaba grandes planes para ella. No en vano, tenían una relación muy estrecha con los Kennedy y fue a la escuela para señoritas Chapin, donde también se formó Jackie Onassis -antes Kennedy- para asegurarse un futuro. El momento que los posos del café habían vaticinado llegó en 1976, cuando Noor y el entonces rey Hussein se conocieron. Él seguía casado con la princesa Alia, que fallecería en accidente un año después. La boda se celebró en julio de 1978, uniendo dos personas y dos culturas muy opuestas, pero que fueron felices durante 20 años, hasta que un linfoma provocó la muerte del monarca.

placeholder Hussein y Noor de Jordania, en 1980. (Cordon Press)
Hussein y Noor de Jordania, en 1980. (Cordon Press)

Quizá porque la muerte de Alia estaba muy reciente, la princesa Haya nunca tuvo demasiada simpatía por su madrastra. Lo único que las unía era la devoción y el amor que ambas sentían por el rey Hussein, al que las dos siguen recordando en redes sociales. Pero el vínculo entre ellas nunca fue demasiado estrecho, más bien todo lo contrario. Fue uno de los obstáculos con los que Noor tuvo que luchar para hacerse con su sitio en la corte jordana, así como sus fuertes tradiciones, además de ser una institución eminentemente masculina. Pero lo consiguió: se hizo con el respeto y el apoyo popular, al menos hasta que Hussein falleció.

Aunque también se la responsabilizó de haber influido en su marido para que no designara como príncipe heredero a su hermano Hassan, como es habitual en las monarquías de Oriente Medio. Y así fue. Hussein nombró como su sucesor antes de morir a su hijo mayor, Abdalá, quien a su vez, cumpliendo los deseos de su padre, decidió que su sucesor fuera Hamzah, el hijo de Noor. Una decisión que comenzó a sembrar la discordia entre Rania y Noor, las reinas de Jordania más mediáticas, ya que también se responsabiliza a Rania de que el actual monarca 'liberara' hace unos años a su hermano de ser heredero y diera el título a su hijo mayor, el príncipe Hussein.

placeholder Noor y Rania de Jordania, en una imagen de archivo. (Getty)
Noor y Rania de Jordania, en una imagen de archivo. (Getty)

Independientemente de las intrigas palaciegas y de la forma en que supuestamente influyó en el rey Hussein para favorecer a su hijo, también su vida en la corte estuvo marcada por las causas sociales, algo que ha mantenido hasta el día de hoy. Una de sus grandes preocupaciones es el cambio climático, pero también el sida, los refugiados o la pobreza, participando en diferentes iniciativas, conferencias y galas en todo el mundo. También sigue muy activa en el mundo árabe en áreas como la educación, el desarrollo sostenible, los derechos humanos y el entendimiento entre culturas, a través de la Fundación Rey Hussein, de la que es presidenta. Ya de joven fue muy crítica con la Administración de su país de origen, Estados Unidos, sobre la Guerra de Vietnam, y tampoco se ha cortado más recientemente a la hora de criticar a Donald Trump, especialmente por sus políticas climáticas. Un activismo del que ha hecho gala en redes sociales, no solo para defender a su hijo y asegurar su inocencia, sino también, hace escasas semanas, para preguntar por una de las hijas desaparecidas del emir de Dubái, de la que aún se desconoce su paradero.

Y si algo marcó las dos décadas en las que acompañó al rey Hussein en el trono, fue la estrecha amistad que entabló con algunas royals de su generación. Una de ellas, la reina Sofía, con quien el vínculo ha ido mucho más allá de lo meramente institucional. De hecho, han sido muchas las ocasiones en las que se han reunido por motivos personales y no diplomáticos. Una de las últimas de las que se tienen constancia gráfica, el 80º cumpleaños de doña Sofía. Una cita especial en la que no quiso que faltara ni ella ni Farah Diba, sus dos grandes amigas, casi cómplices, en su vida monárquica.

La reina Noor lleva alejada del foco mediático y de las intrigas de la corte jordana casi desde que falleciera su marido. O, al menos, intentándolo. El hecho de que fuera la cuarta mujer de Hussein de Jordania no lo pone precisamente fácil, ya que de la noche a la mañana se convirtió en uno de los rostros más habituales de los medios de comunicación por su historia de amor con el monarca hachemita y su innegable belleza. Dicen que quien tuvo retuvo, y en el caso del interés mediático que despierta, se cumple. Desde la boda de su hija pequeña hasta sus ya escasas apariciones públicas, cualquier movimiento o noticia de Noor de Jordania sigue interesando. Y mucho más en los últimos días, después de defender públicamente a Hamzah, su hijo mayor, en arresto domiciliario por supuestamente participar en un complot para derrocar al rey Abdalá. Consciente o inconscientemente, no lo sabemos, pero sus palabras han vuelto a colocarla en una primera plana de la que, al menos en apariencia, ha huido en las últimas dos décadas, intentando regresar a una vida semianónima, marcada por Jordania, su activismo y sus amistades reales.

Noor de Jordania
El redactor recomienda