El retrato de Felipe VI y la reina Letizia ya está terminado: su autor revela todos los secretos de la pintura

El pintor sevillano Alberto Rubio ha concluido el retrato de Felipe VI y la reina Letizia y lo presenta este miércoles en primicia en Vanitatis. Se trata de una obra inédita, ya que hasta la fecha no existía ninguna pintura oficial en la que ambos, siendo Reyes, aparecieran juntos.

Rubio ha querido dar un paso más allá y recuperar el espíritu de la pintura cortesana clásica. “Quería algo más hierático, que nos llevara a las pinturas de la corte del siglo XVII”, explica. En el cuadro, el Rey aparece con traje de gala, mientras que la Reina viste el diseño que llevó en su visita de Estado a los Países Bajos, acompañado por la tiara rusa. “Al Rey lo hemos visto muchas veces de gala, no había misterio en su iconografía. Pero con la Reina sí quise jugar con la vestimenta y las joyas”, detalla el pintor.

El artista asegura que no trabajó a partir de una fotografía concreta, aunque sus primeros bocetos aludían a la imagen oficial en la que doña Letizia luce un vestido rosa de Carolina Herrera. Finalmente, optó por colocar a los dos de frente y dar al retrato un aire solemne. “En cuanto a pendientes y pulsera, sí son del joyero de pasar”, añade.

Rubio reconoce que su inspiración llegó de sus continuas visitas al Museo del Prado y al Palacio Real. “Ver aquellos cuadros imponentes me llevó a intentarlo. Hace poco dejé de trabajar en la Fundación La Caixa, donde era gestor cultural, y con más tiempo libre decidí aventurarme con esta obra. Ahora tengo la técnica más depurada y el realismo más trabajado”, explica.

El pintor no oculta su simpatía por la monarquía. “Para mí la institución significa mucho. La figura de don Felipe la conocía desde pequeño, porque en casa se me enseñaron sus valores. Pero doña Letizia fue un descubrimiento. Primero me impresionó por su estética, y después, trabajando en el ámbito cultural, comprobé de primera mano su implicación. Me quedé sorprendido y desde entonces puedo decir que soy fan”.

Consciente de la rareza de este tipo de trabajos, Rubio se muestra ilusionado con el resultado: “Sé que hay pinturas del Rey solo, pero ninguna con esta técnica en la que estén juntos. La idea nació de la ilusión y, aunque ha requerido muchas horas, la he disfrutado mucho”.

De momento, el lienzo permanecerá en su taller de Sevilla, aunque el pintor confía en que algún día llegue a la Casa Real. “Cuando terminé de dar los últimos retoques, escribí al Palacio de La Zarzuela para informarles de la existencia de esta obra. En una carta les he mandado fotografías de la pintura, así como todos los detalles de cómo la he creado. Estoy esperando a que me contesten”, concluye.