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Maximiliano de Habsburgo: "Vivir en distintos países ayuda a abrir la mente"
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ENTREVISTA

Maximiliano de Habsburgo: "Vivir en distintos países ayuda a abrir la mente"

El presidente y creador de la Fundación Recal nos cuenta el valioso trabajo que realizan en ella para rehabilitar a personas que sufren adicciones

Foto: Maximiliano de Habsburgo. (Cortesía)
Maximiliano de Habsburgo. (Cortesía)

Maximiliano de Habsburgo vive en Londres, pero tiene un pie puesto en nuestro país, donde se encuentra la sede de la Fundación Recal, cuya andadura empezó hace ya casi veinte años, primero de una manera modesta y en la actualidad en vías de continuo crecimiento. Hijo de los archiduques Ferdinand y Helen de Austria, preside esta organización sin ánimo de lucro que ayuda a superar adicciones y en cuyo patronato cuenta con figuras como Jaime Ardid Martínez-Bordiú, o Cayetano Martínez de Irujo, con los que hasta el estallido de la pandemia se reunía de manera presencial cada dos meses, algo que ahora suplen gracias a la plataforma Zoom.

Con un árbol genealógico en el que nos encontramos al último emperador de Austria, Carlos I, hermano de su abuelo paterno, y a Jorge de Grecia, su tatarabuelo materno, bisabuelo a su vez de la reina Sofía, Maximiliano es un enamorado de nuestro país, en el que vivió treinta años. Felizmente casado con la escritora iraquí Maya Askari, bisnieta del que fuera primer ministro iraquí Jafar al-Askari, son padres de tres hijos, Nikolaus, Costantin y Katharina, quienes, al igual que él, están teniendo unas vidas muy cosmopolitas.

Maximiliano es hermano de Sofía de Habsburgo, quien fuera protagonista de la crónica social durante muchos años, y a ambos les marcó profundamente la muerte de su hermana con solo 24 años víctima de las adicciones, por lo que ambos están muy implicados en esta causa a través de la Fundación Recal. Allí se aplica el modelo Minnesota, un programa de 12 pasos con el que ayudan a los enfermos a superar sus dependencias y a encontrar un camino saludable de nuevo en la sociedad, como él mismo nos explica.

PREGUNTA: ¿Cómo ha afectado la pandemia a su fundación?

RESPUESTA: Tuvimos que cancelar nuestra fiesta benéfica de cada año, fue una pena. No había otra opción, pero celebrarla significaba poner a la gente en peligro. La fundación está funcionando con normalidad, ateniéndonos a las normas y haciendo todos los PCR a la gente que entra en ella. Por ser tan rigurosos en este sentido, no hemos tenido ningún caso dentro del centro. Es una maravilla porque hemos podido seguir funcionando con normalidad.

P: ¿Cuántos centros tienen?

R: Tenemos el centro grande en Majadahonda, también un centro de día, Recal Madrid, más pequeño, y también tenemos lo que denominamos 'pisos de segunda fase', en Majadahonda y Pozuelo, donde van los pacientes que ya han superado la primera fase del tratamiento. Son pisos con cierto control y cierta libertad, para conseguir dar el segundo paso, entrar en el mercado laboral y salir de Recal definitivamente.

P: Su labor empezó en 2001 y la fundación se constituyó en 2004. El año que viene sería un buen momento para celebrar el 20 aniversario de su trabajo en esta actividad, ¿no?

R: Sería una maravilla, por supuesto. Lo tenemos planificado para antes del verano y con la vacuna la covid ya debería estar bajo control. Ojalá podamos hacer esa fiesta.

P: ¿Qué balance hace usted de estas dos décadas?

R: Ha sido un camino muy bonito. Cuando esto empezó era algo muy pequeño, pero cuando se pone el corazón y el amor al prójimo estas cosas crecen solas. Recal fue mejorando año a año y fue llegando gente nueva para ayudarme. Contamos con el apoyo de grupos empresariales que nos prestaron su ayuda financiera. Esto ha derivado en que ahora seamos uno de los centros más grandes y con mejores prestaciones en España.

P: En todos estos años, las adicciones también han evolucionado. ¿Cuáles son a su juicio las más acuciantes o a las que ustedes prestan más atención?

R: Han cambiado, sí. Cuando empezamos solo tratábamos a gente con problemas de alcohol o de drogas, heroína y cocaína fundamentalmente. En la actualidad seguimos tratando estas adicciones, pero en nuestro centro también tratamos la ludopatía, trastornos alimentarios, la adicción al sexo, a internet... El abanico de tratamientos es mucho más amplio.

placeholder Maximiliano de Habsburgo. (Cortesía)
Maximiliano de Habsburgo. (Cortesía)

P: En este trabajo cuenta usted con la ayuda y el apoyo de su madre, Helen de Austria, su hermana Sofía de Habsburgo, y su mujer, Maya Askari.

R: Así es, acuden a todos los eventos que organizo. Ellas siempre me ayudan porque, además, hacen enormes donaciones financieras.

P: Un gran motor para poner en marcha esta fundación fue su experiencia personal.

R: Mi hermana murió a consecuencia del consumo de drogas hace treinta años y me afectó mucho. También viví el Madrid de la movida, así que conocí este mundo muy de cerca. Vi el sufrimiento que causa y por eso quería ayudar a la gente que ha caído en eso.

P: En esa época de la que usted habla no había tanta información como ahora respecto a las drogas.

R: No solo no había la misma información que ahora, tampoco existían los tratamientos. En esa época no se veía como una enfermedad. Gracias a Dios, ahora la gente lo ha entendido. Antes se veía como un vicio y cuando se ve de esta manera es muy difícil que se tome en serio.

Foto: Maximiliano de Habsburgo.


P: Tiene tres hijos, dos de ellos entrando ya en la adolescencia, la educación es clave para prevenir, ¿no?

R: Sí, y sobre todo la familia. Tener una familia bien estructurada. El 90% de nuestros pacientes vienen de familias disfuncionales.

P: Vino usted a estudiar español a nuestro país y lo consiguió, porque lo habla perfectamente. ¿Qué cualidades descubrió de nuestro país que le hicieron quedarse aquí?

R: Ahora que me he mudado a Inglaterra unos años, lo hablo un poco peor... España, cuando llegué yo en los 80, era maravilloso. Es un país que da una calidad de vida como ningún otro en Europa. Hay playa, montaña, bosque... Todo lo que alguien pueda desear. Y luego la alegría de vivir... España era y sigue siendo un país muy alegre.

Una familia cosmopolita

P: Usted ha vivido en diversos países, estudió en Eton, el colegio más exclusivo del Reino Unido, residió en Suiza... ¿Qué le han aportado estas experiencias?

R: Vivir en distintos países ayuda a abrir la mente y a ver las cosas de otra manera.

P: En el patronato de la Fundación cuenta con distintas personalidades del mundo empresarial y con Cayetano Martínez de Irujo, quien fue muy valiente reconociendo públicamente su pasada adiccion...

R: Cayetano ha sido muy valiente y es una gran ayuda, porque entiende el trabajo que estamos haciendo y lo que sufren nuestros pacientes. Es muy valioso tenerle en el patronato.

placeholder Maximiliano de Habsburgo, en una sesión de fotos con Vanitatis. (Olga Moreno)
Maximiliano de Habsburgo, en una sesión de fotos con Vanitatis. (Olga Moreno)

P: ¿Qué objetivos se han puesto para 2021?

R: Nuestra idea es abrir más centros de día como el de Madrid en el resto de España. La idea es tener uno en las ciudades con mayor población para que si los pacientes lo requieran puedan ir luego al centro de Majadahonda.

P: El tratamiento cuesta unos cinco mil euros al mes, pero ayudan a personas que no tienen recursos económicos para sufragarlo.

R: Recal es una fundación y no busca el lucro. A los que no tienen recursos les proporcionamos una beca para poder acceder a él.

La ayuda a los familiares

P: Para trabajar en una fundación de estas características tendrán que hacer uso de la empatía porque verán casos muy duros.

R: Sí. Los casos son muy duros porque no a todos se puede ayudar. Algunos no se dejan o no pueden asimilar el programa que les damos. Es muy triste para todos nosotros.

P: Usted ha manifestado que por cada adicto hay al menos cuatro personas que se ven afectadas por este problema. ¿Trabajan también en el apoyo a las familias?

R: Claro. Tenemos un grupo muy importante de familias, tanto en Recal Madrid como en Majadahonda. Vienen los familiares a que les ayudemos a tomar las mejores decisiones para el adicto.

P: Trabaja entre España y el Reino Unido, en sus propias empresas, ¿en qué consiste su labor?

R: Tengo un grupo de empresa que vende y fabrica aparatos médicos de diagnóstico, para hacer, por ejemplo, TAC o resonancias magnéticas.

P: Su mujer publicó un libro sobre los ángeles, 'La protección', y tenía previsto otro sobre cuentos de hadas iraquíes. ¿En qué punto está?

R: Está en proceso de publicarlo y está escribiendo otro que espero que salga el año que viene.

Maximiliano de Habsburgo vive en Londres, pero tiene un pie puesto en nuestro país, donde se encuentra la sede de la Fundación Recal, cuya andadura empezó hace ya casi veinte años, primero de una manera modesta y en la actualidad en vías de continuo crecimiento. Hijo de los archiduques Ferdinand y Helen de Austria, preside esta organización sin ánimo de lucro que ayuda a superar adicciones y en cuyo patronato cuenta con figuras como Jaime Ardid Martínez-Bordiú, o Cayetano Martínez de Irujo, con los que hasta el estallido de la pandemia se reunía de manera presencial cada dos meses, algo que ahora suplen gracias a la plataforma Zoom.