Pierre Cardin y Jeanne Moreau, una historia de amor que desafió a todo y a todos
El célebre diseñador, que ha fallecido a los 98 años, se enamoró perdidamente de la actriz, aunque hasta ese momento solo había tenido relaciones con hombres
El pasado mes de septiembre, Pierre Cardin concedía una entrevista a 'Paris Match', una de sus publicaciones de cabecera, que podemos considerar como su testamento personal, pues nos daba las claves para entender mejor que nunca al pionero del prêt-à-porter. "No bebo, jamás me he drogado... y ya tengo cien años", manifestaba el diseñador, quien, en efecto, hubiera cumplido un siglo de vida el 2 de julio de 2022. Las suyas eran unas declaraciones reposadas y con la certidumbre del que está de vuelta de todo y no tiene nada que demostrarse ni a sí mismo.
Cardin hablaba con franqueza de los principios que habían regido sus movimientos profesionales ("Siempre he tenido ambición. Me gusta ser el primero. Ser el número uno en mi casa en lugar del número dos en otras") y también personales, que nos sirven para entender algo mejor la trastienda de un cerebro y una sensibilidad privilegiados. Con una ironía que subraya la periodista Catherine Schaab, el creador recordaba, quizás con nostalgia, a su gran amor femenino, Jeanne Moreau, y cuando se abordó la naturaleza sexual de su relación, aseguró que "ella no se habría conformado con un títere" y que era un "hombre normalmente constituido". "¡Sexualmente lo pasamos muy bien!", concluía para subrayar el mensaje, que ya habían dejado ambos muy claro en muchas ocasiones, pero por si seguía quedando alguna duda.
Su historia de amor comenzó por motivos profesionales en los años 60 ("Ella hasta entonces vestía Chanel y un día Chanel me la envió para que creara su vestuario"), y aunque la célebre protagonista de 'Jules y Jim' y 'Ascensor para el cadalso' afirmaba que fue ella quien hizo los primeros avances para que se convirtieran en pareja (es más, hacía lo imposible por saber dónde estaba en cada momento para encontrárselo y sorprenderle hasta fuera de Francia), no fue estrictamente así, según el diseñador: "Nos elegimos mutuamente, me gustó desde el principio", decía con elegancia.
En aquel entonces era clave en la vida de Cardin el que fuera su gran colaborador e íntimo, André Oliver, que falleció el 22 de abril de 1993 a los 61 años, pero Jeanne Moreau pasó a un primerísimo plano, barrió con todo: "Los dos nos amamos realmente. Ambos teníamos el mismo éxito. Nos respetábamos. Nunca interferimos en el trabajo del otro. Ese era el secreto: mantenerse independientes".
La suya fue una relación apasionante, viajaron mucho por todo el mundo e incluso traspasaron la barrera personal para adentrarse en proyectos comunes como la película 'Jeanne, la française', que produjo Cardin y se rodó en Brasil en 1973, y aun así no hubo fricciones entre ambos. Sin embargo, después el amor se fue apagando poco a poco, "pero suavemente, dentro de la amistad. Yo tenía una empresa que dirigir y ella sus películas. Los dos éramos unos apasionados de nuestro trabajo".
Y eran tan iguales en tantas cuestiones y en su manera de jerarquizar sus prioridades que el diseñador establecía un paralelismo entre los postulados que les habían llevado a gestionar su día a día de una forma similar, renunciando incluso a una vida afectiva que podría haber sido más gratificante: "Por su carrera, ella no se ocupó de su hijo. Y yo no me dejé querer por muchos chicos. El trabajo me ha vampirizado. Y me encanta. No me arrepiento de nada".
Nueve años antes, en 2011, también en la misma publicación francesa, Pierre y Jeanne concedían una entrevista conjunta, en la que rememoraban su pasado común y en la que el diseñador hizo un certero relato de su relación desde el día que se conocieron en 1961 (ella iba a empezar el rodaje de una de sus películas más míticas, 'Eva', de Joseph Losey), hasta el final de sus días (la actriz falleció el 31 de julio de 2017): "Me acuerdo de Jeanne al llegar a mi 'maison' porque necesitaba ropa para una película. Recuerdo un amor a primera vista y una relación apasionada que duró cuatro años, luego una ruptura que nos separó algún tiempo y después una amistad inquebrantable que mantenemos en la actualidad".
En un auténtico y delicioso duelo de divos, intercambiaban en ese encuentro periodístico recuerdos sobre los que discrepaban más de lo que lo seguramente lo harían en el momento que estaban protagonizando esas vivencias décadas atrás. Lo que más le gustó a Jeanne de Pierre a primera vista fueron sus manos: según él, de trabajador; según ella, de creador, de artesano. Y él era ya un gran admirador de la actriz, aunque conocerla supuso un antes y un después en muchos de sus planteamientos vitales: "Yo era homosexual, no había tenido relaciones físicas con mujeres. Jeanne me trastornó. Ella correspondía a mi naturaleza profunda, a mi infinita discreción (...). Si no hubiéramos tenido relaciones físicas, esta relación no habría existido. Esta atracción física la sentí desde que la conocí".
Jeanne apostó fuerte por una relación en la que su entorno no creía, pero ella ignoró los comentarios, seguramente bien intencionados, pero del todo desatinados, a juzgar por los acontecimientos: "Cuando lo conocí, inmediatamente me dijeron: '¡Es homosexual, no lograrás nada!'. Les respondí: '¡No me importa! ¡Lo amo tal como es y tal como es me gusta!'. Pierre Cardin es uno de los regalos que me ha dado la vida. Lo quería y fui a buscarlo".
Pese a su apasionamiento y a complementarse intelectualmente ("Como leía más que Pierre, le conté mis lecturas. Me transmitió su visión del mundo y su conocimiento de lugares como Venecia e Italia, que amé a través de sus ojos. Me encantó su delicadeza y refinamiento"), nunca se plantearon casarse: "No hubiera sido una buena idea", confesaba la actriz. Ser padres sí entraba en su ecuación, pero no pudo ser: "Hubiéramos podido. Teníamos lo que hacía falta e hicimos lo que se necesitaba. Lo queríamos, pero Jeanne tenía pequeños problemas de salud que no ayudaron. Sé que me habría sentido muy muy orgulloso de tener un hijo contigo. No habría sido feo. No habría sido tonto", le decía el diseñador a la actriz con enorme sentido del humor.
Para Cardin, la muerte de Moreau hace ya tres años y medio fue un golpe durísimo. Y ahora que nos han dejado ambos, su historia de amor forma ya parte de la leyenda de dos mitos cuyo legado seguirá vigente generación tras generación.
El pasado mes de septiembre, Pierre Cardin concedía una entrevista a 'Paris Match', una de sus publicaciones de cabecera, que podemos considerar como su testamento personal, pues nos daba las claves para entender mejor que nunca al pionero del prêt-à-porter. "No bebo, jamás me he drogado... y ya tengo cien años", manifestaba el diseñador, quien, en efecto, hubiera cumplido un siglo de vida el 2 de julio de 2022. Las suyas eran unas declaraciones reposadas y con la certidumbre del que está de vuelta de todo y no tiene nada que demostrarse ni a sí mismo.