Katharine Hepburn y Spencer Tracy, las incógnitas de un amor que cumple 80 años

Fue en un caluroso día de hace ocho décadas cuando la actriz más indomable de Hollywood y el actor calmado, emblema de la Metro Goldwyn Mayer, se conocieron. Katharine Hepburn y Spencer Tracy se encontraron, precisamente, en los platós de la Metro, cuando estaban a punto de compartir juntos su primera película, ‘La mujer del año’, esa historia de dos periodistas mal avenidos que se acaban enamorando; la trama de casi todas las películas que acabaron haciendo juntos y que mostraban, con un feminismo avanzado para la época, que hombres y mujeres se podían complementar sin quedar uno por encima del otro. Joseph Leo Mankiewicz fue el encargado de presentarlos.

Tras su infructuoso paso por Universal, Tracy se había convertido en un baluarte para el estudio del león con películas como 'Capitanes intrépidos' o 'Forja de hombres', por las que ganó dos Oscar consecutivos. Cuando el director de 'Cleopatra' le presentó a Kate, la actriz, siempre deslenguada y espontánea, dijo que le parecía más bajito de lo que pensaba. "No te preocupes, Kate, él te pondrá a su altura", le respondió Mankiewicz.

Ese día se inició una relación personal y profesional (títulos como 'La costilla de Adán' o 'Mar de hierba' son hoy auténticos clásicos) que fue silenciada por una cómplice prensa rosa durante 25 años. El respeto que los plumillas tenían por ambos hizo impensable que se llegasen a publicar fotografías de un amor adúltero que solo se dejaba ver en la gran pantalla. La Hepburn encarnaba el ideal de feminista del noroeste de Estados Unidos y Tracy la doblegaba sin llegar a sofocar su espíritu igualitario.

Cuando se conocieron, la actriz llegaba de un éxito multitudinario como el de ‘Historias de Filadelfia’, en Broadway y en su posterior adaptación cinematográfica, y de ser considerada ‘veneno para la taquilla’ durante su etapa en la RKO, para la que rodó títulos hoy míticos como ‘Sueños de juventud’ o ‘La fiera de mi niña’. El actor y ella dieron juntos un nuevo impulso a sus carreras y además mantuvieron un romance que alguna gente ha cuestionado décadas más tarde en libros de cotilleo.

Sin embargo, el listado oficial de cosas que Katharine Hepburn hizo por amor a Spencer Tracy es larga: la actriz soportó el alcoholismo del actor y sus escarceos con otras mujeres. Su afición a la botella había empezado en la adolescencia, cuando incluso frecuentaba la compañía de bandas callejeras, y coleó hasta bien entrada su madurez, cuando era alguien hermético que parecía estar torturado por algo que ni siquiera él mismo podía explicar.

Hepburn también accedió a que su nombre fuese por debajo del de Spencer en los créditos de las cintas que ambos compartieron. Además, vivió una especie de retiro (impensable en una ‘workaholic’ como era ella) a principios de los 60 para cuidar de él. De hecho, cuando regresó al cine, lo hizo de su mano, en aquella 'Adivina quién viene esta noche' que fue la última película que rodaron juntos.

Un amor no tan perfecto

Las voces que ponen en duda su amor, como el proxeneta Scotty Bowers en su famosas memorias, aseguran que que Tracy era gay y que su amor prohibido con Hepburn no fue mas que una maniobra publicitaria de la Metro para ocultar el lesbianismo de ella. Pese a todo, ambos han pasado a la historia del siglo XX como el ideal de matrimonio americano; un matrimonio que jamás pasó por el altar.

Spence, como lo llamaba la actriz, falleció de cáncer sin ver terminada ‘Adivina quién viene esta noche’, un 10 de junio de 1967, a los 67 años. El dolor de la Hepburn fue tan grande que jamás se sintió capaz de ver la película en los 35 años que le sobrevivió. En la década de los 80, cuando por fin se permitió hablar abiertamente de su relación con él, siempre tuvo claro que reivindicaría aquella pasión hasta el fin de sus días. "He tenido suerte, he amado y he sido amada, ¿verdad, Spencer?", aseguraba delante de un busto suyo.

En junio de 2003, Kate bajó el telón para siempre y acabó rindiéndose tras toda una vida de lucha. A sus 96 años y entrando ya en el siglo XXI, la primera dama del cine norteamericano se llevó consigo la verdad de un amor que ya está inscrito en la memoria colectiva. Al fin y al cabo, ¿quién no ha querido formar una pareja como Hepburn y Tracy, fuese real o imaginaria?