Así es la casa de Hugh Jackman y Deborra Lee-Furness en Nueva York: de su decoración a su llamativo precio de venta por 39 millones de dólares

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Al estar consideradas como una de las parejas más sólidas de Hollywood, la separación de Hugh Jackman y Deborra-Lee Furness supuso todo un bombazo en la crónica social. Un adiós sentimental que se produjo hace casi dos años, aunque ha sido hace pocos días cuando por fin la actriz australiana ha presentado la demanda de divorcio oficial.

Tras casi 30 años de matrimonio, la pareja llegó a su final por diferentes motivos, entre ellos que su amor se convirtió en amistad. Aunque los rumores de infidelidad, por la nueva relación del actor con Sutton Foster, también han sido una constante. Más allá de lo sentimental, la realidad es que han tenido que decidir cómo repartir una fortuna estimada en unos 220 millones de dólares.

Un patrimonio multimillonario donde una de las grandes joyas de la corona es su tríplex ático en Nueva York. Un espectacular piso que compraron en 2022, bajo una empresa fantasma, y que ahora han vendido por unos 39 millones de dólares. Eso sí, no a cualquiera, ya que lo han adquirido a partes iguales a través de otras dos empresas vinculadas a la expareja.

Un llamativo movimiento económico que nos lleva hasta el edificio 100 de la Avenida 11º, situado en el barrio de Chelsea de Nueva York. Construido en 2010 y diseñado por el prestigioso arquitecto Jean Nouvel, ganador del Premio Pritzker, se ha convertido en un icono de la arquitectura contemporánea de la ciudad. Su distintiva fachada curva, compuesta por más de 1 650 paneles de vidrio de diferentes tamaños y ángulos, busca capturar la esencia fragmentada y cambiante de la ciudad.

Inspirado en la Santa Capilla de París, Hugh Jackman y Deborra Lee-Furness cuentan con un tríplex en los pisos superiores, de unos 435 m². Con cuatro dormitorios, el principal con spa integrado, sus vistas al río Hudson, la Estatua de la Libertad y al centro Manhattan son una de sus principales características. Aunque su lujosa decoración no se queda atrás.

Gracias a sus casi 5 metros de altura en los techos, los grandes ventanales y su distribución diáfana, su sensación de amplitud es aún más espectacular. Un piso decorado con un estilo minimalista, donde el blanco es el color protagonista. Aunque, no faltan detalles de color en las diferentes obras de arte que decoran sus paredes o varias chimeneas, que aportan un toque más hogareño.

Además, para disfrutar al máximo de sus vistas, hay un total de 345 m² de terrazas entre los diferentes pisos de este tríplex. Zonas de descanso, comedor, partes cubiertas y una cocina al aire libre. Todo un lujo que, al menos por ahora, continúa perteneciendo a la expareja, que lo tiene alquilado desde hace dos años. Por lo que forma parte de una inversión económica, más que del sueño de un hogar.