Palomitas de maíz caseras: el secreto para picar entre horas (y no engordar)
Ya no es necesario ir al cine para comer palomitas. La versión casera de las mismas resultan un aperitivo muy saludable ya que son bajas en grasas y ricas en fibras
Crujientes, calentitas, esponjosas, sabrosas... ¿A quién no le gustan las palomitas? Pero como a todos los snacks, la mala fama las persigue y con razón: las que comemos en el cine o en bolsas listas para calentar en el microondas están cargadas de grasas nada recomendables y sal. Sin embargo, está comprobado que son un alimento saludable, siempre que se cocinen de forma adecuada. Sus propiedades nutricionales las convierten en la alternativa perfecta frente a las patatas fritas y otros aperitivos similares.
“Si no se preparan con mantequilla ni se abusa de la sal o del azúcar, son saludables. Pueden cocinarse con una cucharada de aceite, aunque mucho mejor sin nada con una palomitera de silicona”, recomienda María del Mar Navarro, presidenta del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de Castilla-La Mancha (Codincam). Y añade: “La mayoría de los snacks contienen grasas trans e hidrogenadas y las palomitas caseras no”. Pero existen muchos más motivos para adorarlas y huir de las de bolsa. He aquí los principales:
1. Ricas en fibra
Las palomitas de maíz son un cereal integral y “proporcionan más cantidad de fibra que cualquier otro snack”, explica Navarro. Aportan 8 gramos aproximadamente por 100, mientras que las patatas fritas solo unos 4,6 g. La fibra ayuda a la pérdida de peso, disminuye los niveles de azúcar en la sangre y combate el estreñimiento. Las personas que consumen una buena cantidad presentan menos riesgo de sufrir enfermedades del corazón, diabetes tipo 2 o ser obesos. La cantidad diaria recomendada de fibra para adultos es de 20 a 35 gramos por día.
2. Gran cantidad de polifenoles
O lo que es lo mismo, antioxidantes, esas sustancias que protegen a las células de los radicales libres. Un estudio de la Universidad de Scranton constata la alta concentración de polifenoles, hasta el punto de que supera a la de las frutas y verduras, entre otras cosas porque las palomitas contienen solo un 4% de agua, mientras que en los vegetales, estos antioxidantes se diluyen en un 90% de líquido. Según los investigadores, una ración de palomitas contiene 300 miligramos de polifenoles, mientras que una de fruta 160 miligramos. Y aunque le moleste entre los dientes o en la garganta, cómase la cáscara, porque ahí es donde se concentran más antioxidantes y fibra.
3. Las propiedades de los granos enteros
Estos son muy ricos en fibra y fuente de vitaminas, especialmente las B, como tiamina, riboflavina, niacina y ácido fólico, un compuesto especialmente importante en embarazadas. Su consumo regular contribuye a prevenir la anemia “y no influye en el aumento del colesterol”, aclara la nutricionista. Un estudio publicado en la revista de la Asociación Dietética Americana (JADA) concluye que el consumo de palomitas de maíz se asocia con una mayor ingesta de granos enteros (un 250% más de media) y fibra dietética (un 22% más) en comparación con quienes no las consumen.
4. El doble de proteínas
Está claro que no es un alimento considerado dentro del rango de los proteicos, como puede ser la carne, que contiene unos 30 gramos por 100 gramos, pero sí si se compara con el snack rival: alrededor de 12 gramos, frente a los 6,5 de las patatas fritas de bolsa. Además, “el maíz, como cereal, tiene minerales como fósforo, magnesio y potasio”, subraya la presidenta del Codincam.
5. Menos calorías
No es que las vayas a incluir en una dieta de adelgazamiento estricta, pero “se pueden tomar, sin abusar, si no tienes sobrepeso”, señala Navarro. Contienen entre 350 y 395 calorías por 100 gramos (la ración por persona es de unos 25-35 gramos). Las de microondas, unas 500 calorías y las patatas fritas 520 calorías de media. Si comparamos las grasas, el maíz tiene 4 gramos frente a los 30 de las patatas fritas de bolsa.
6. Perfectas para comerlas entre horas
Porque son muy saciantes por la cantidad de fibra que contienen y quitan el hambre. Comerlas entre las comidas evita la tentación de zamparse dulces y otros alimentos grasos. Y como no contienen gluten, son aptas para celíacos.
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Crujientes, calentitas, esponjosas, sabrosas... ¿A quién no le gustan las palomitas? Pero como a todos los snacks, la mala fama las persigue y con razón: las que comemos en el cine o en bolsas listas para calentar en el microondas están cargadas de grasas nada recomendables y sal. Sin embargo, está comprobado que son un alimento saludable, siempre que se cocinen de forma adecuada. Sus propiedades nutricionales las convierten en la alternativa perfecta frente a las patatas fritas y otros aperitivos similares.