Belleza para días de esquí: los ocho productos que debes llevarte a la nieve
La altitud, la nieve y el viento provocan estragos en la piel. Disfruta de las pistas pero no te la juegues. Estos cosméticos que te salvarán de quemaduras, manchas y deshidratación
Siempre asociamos las quemaduras con el sol del verano, pero la combinación nieve/altitud/viento/frío es un reto todavía mayor. Por varias razones: la nieve, por ejemplo, blanquísima, refleja hasta un 86% de la luz que recibe, frente al 15% de la arena, de manera que no solo recibimos la radiación directa del sol sino también la que la nieve refleja. La altitud influye muchísimo porque la radiación ultravioleta aumenta un 5% cada 300 metros. Y, por último, el viento y el frío, dos grandes deshidratadores de la piel. Así que no olvides incluir estos cosméticos en tu mochila de esquí y utilízalos cada vez que sea necesario.
1. Nada por debajo de un SPF 50. Una media hora antes de subir a las pistas, aplícate una crema de protección altísima porque en la nieve las medias tintas no funcionan.
2. Los ojos y su contorno también sufren. El resplandor de la nieve puede provocar daños graves en los ojos, así que invierte en unas buenas gafas de sol que los mantengan a salvo. Pero no creas que las gafas van a proteger, de paso, la delicada piel de su contorno. Rotundamente no. Aplícate media hora antes un protector solar con un índice de 50 y una textura que penetre pronto y no deje huella.
3. Que los labios no se lleven la peor parte… Se insistente en su protección porque como tienen una piel tan frágil son los que más van a sufrir. Se generosa con ellos, ten un stick protector siempre cerca y repite aplicaciones aunque no los notes resecos. El stick
4. Que tus manos no se axfisien con los guantes. Imágina esas manos durante horas embutidas en guantes de esquí y sometidas a una tensión constante para sujetar los bastones: la piel se asfixia y las articulaciones se agarrotan. La crema de manos cumple en este caso dos funciones: hidrata la piel y, además, si la aplicas con un pequeños masaje, relajarás las articulaciones. La Créme Main Texture Riche, de Chanel (49 €).
Un ritual para tu cuerpo
Pero hay más aspectos en el esquí que hacen imprescindible incluir cosméticos específicos en el neceser. Después de una jornada disfrutona y aunque hayamos sido buenísimas y hayamos protegido hasta el último centímetro de piel, la notarás estresada. Estar sometida durante varias horas a las agresiones ambientales más radicales pasa factura y mostrará síntomas de irritación. Por eso, debes elegir cosméticos ricos en nutrientes que le devuelvan el equilibrio y el bienestar. Lo mismo para el cuerpo: una crema super hidratante le devolverá la paz después de varias horas a cubierto por la ropa; los pies necesitarán también un respiro cuando por fin se liberen de las botas y de la tensión, lo mismo que los músculos fatigados después del esfuerzo continuado. Seguro que estos cosméticos se convierten en tu mejor equipo.
1. La bendición de una mascarilla fresquita. Sí, porque aunque no te hayas quemado, es posible que la piel esté incómoda tras tantas horas expuesta.
2. Una crema extra rica para el cuerpo. Nada de texturas ligeras: cuando te quites la ropa de esquiar comprobarás cómo la piel del cuerpo está literalmente asfixiada. Necesita como el agua la
3. Cómo recuperar los pies. No hay sensación más liberadora que quitarse las botas aunque dos segundos después sientas que te duelen todas y cada una de los huesecillos de los pies. Piden a gritos un poco de relax y esta mascarilla de Sephora se lo dará sin escatimar esfuerzos. Imagina el momento de ponerte este par de calcetines impregnados en lavanda, la planta más relajante de la Naturaleza, y sentir cómo poco a poco vuelven a la vida (3’95 €).
4. Aceite de árnica para descargar los músculos. Por muy en forma que estemos, la fatiga muscular es un clásico después de un día de esquí. Nada como el árnica para eliminar la tensión y la sobrecarga y prevenir agujetas. El
Siempre asociamos las quemaduras con el sol del verano, pero la combinación nieve/altitud/viento/frío es un reto todavía mayor. Por varias razones: la nieve, por ejemplo, blanquísima, refleja hasta un 86% de la luz que recibe, frente al 15% de la arena, de manera que no solo recibimos la radiación directa del sol sino también la que la nieve refleja. La altitud influye muchísimo porque la radiación ultravioleta aumenta un 5% cada 300 metros. Y, por último, el viento y el frío, dos grandes deshidratadores de la piel. Así que no olvides incluir estos cosméticos en tu mochila de esquí y utilízalos cada vez que sea necesario.