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Día del Cáncer de Piel: analizamos la importancia de tu fotoprotector solar
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No sin tu SPF

Día del Cáncer de Piel: analizamos la importancia de tu fotoprotector solar

Quemaduras, envejecimiento prematuro, aparición de manchas o de lesiones cutáneas… Las consecuencias del astro rey sobre tu piel son muchas. Cuidarte es un deber contigo mismo

Foto: El fotoprotector es el aliado esencial para cualquier piel. (Duncan Shaffer para Unsplash)
El fotoprotector es el aliado esencial para cualquier piel. (Duncan Shaffer para Unsplash)

Hace años, el uso del fotoprotector se limitaba a los meses de verano, más bien a los días de playa y piscina o a las escapadas a la montaña. Sin embargo, la ciencia y la experiencia nos han demostrado que estas fórmulas son un básico para cualquier rutina de cuidado, tengas el fototipo que tengas.

España es un país privilegiado que goza de un alto número de horas de luz natural cada año, pero existen determinados factores que aumentan los efectos de la radiación. La estación (por supuesto, el verano), las horas centrales del día (entre las 12h y las 16h), la altitud (cada 1.000 m se incrementa un 15% el impacto de los UVB), la presencia de nubes e incluso las superficies que te rodean y la reflejan (como la nieve, el agua o la arena) influyen en la dosis de sol que recibes.

La importancia del fotoprotector

El espectro electromagnético es muy amplio y cada una de las radiaciones nos afecta de una manera peculiar. Quizá las más desconocidas, pero no menos importantes, sean la luz visible (supone el 45% de las que llegan a la superficie de la tierra, favorece la aparición de manchas y su luz azul es la más potente de este rango) o la de los rayos infrarrojos, que potencian las particularidades de los UV.

placeholder Identifica las consecuencias de las diferentes radiaciones sobre la piel. (Gian Cescon para Unsplash)
Identifica las consecuencias de las diferentes radiaciones sobre la piel. (Gian Cescon para Unsplash)

La luz ultravioleta es la más energética y se compone de los famosos UVB (te ayudan a sintetizar la vitamina D, son responsables de las quemaduras y uno de los factores que pueden desencadenar el desarrollo de cáncer en la piel) y los UVA (penetran en profundidad, son culpables tanto del fotoenvejecimiento como de la aparición de manchas hiperpigmentadas y también contribuyen en la aparición de un posible cáncer). Aunque los primeros resultan entre 20 y 1.000 veces más dañinos, los segundos tienen la capacidad de traspasar nubes e, importante, cristales.

Eso significa que estás continuamente expuesto a las ondas solares, no puedes escapar de ellas. Tampoco mientras teletrabajas o vas en el coche, pues se cuelan por las ventanas los 365 días del año. ¿La conclusión? El fotoprotector es un imprescindible los doce meses, dentro y fuera de casa.

Para todas las edades

El 'más vale prevenir que curar' también se aplica en fotoprotección. La idea de que la dermis debe cuidarse durante toda la vida y de forma continua es básica porque, además de ser el mejor antiaging para tu cutis, es el gran aliado para prevenir el cáncer de piel. Además, resulta obvio pensar que la piel de los niños, en pleno desarrollo, necesita de fórmulas adaptadas que solo contengan los ingredientes esenciales, carezcan de fragancias y apuesten por filtros físicos (crean una capa para dispersar las radiaciones, pero no penetran).

placeholder Debemos cuidarnos del sol desde edades tempranas. (Jonathan Gallegos para Unsplash)
Debemos cuidarnos del sol desde edades tempranas. (Jonathan Gallegos para Unsplash)

Eso sí, la fotoprotección hay que optimizarla con cabeza, según las pautas que marcan los expertos como la Dra. Aurora Garre, medical marketing manager en Isdin. Sostiene que, además de evitar las horas centrales del día (de 12h a 16h), es aconsejable cubrir la piel con ropa ligera, llevar sombrero y gafas de sol. Recomienda elegir siempre SPF muy alto (este concepto solo hace referencia a los UVB, debes fijarte en el packaging si también actúa frente al resto), utilizarlos de forma generosa y reaplicarlos cada par de horas. También apunta que debes desechar los productos de un año al otro porque las condiciones extremas de calor a las que les sometemos pueden acelerar su deterioro.

placeholder El sombrero es un gran aliado para protegerte del sol. (Penguinuhh para Unsplash)
El sombrero es un gran aliado para protegerte del sol. (Penguinuhh para Unsplash)

La solución para que usar protector se convierta en un hábito es sencilla: busca opciones que se adapten a tu ritmo de vida y te resulten placenteras. Ahora puedes encontrar una infinita gama con texturas ligeras (incluso transparentes) que incluyen activos antipolución, despigmentantes o hidratantes, son resistentes al agua, no irritan los ojos (muy práctico cuando haces deporte)… Se te han acabado las excusas para no cuidarte a diario y en cualquier circunstancia.

Los cuidados del 'después'

Los cosméticos aftersun son perfectas herramientas para completar un protocolo de protección solar para tu piel. Entre sus beneficios inmediatos está el de hidratar, calmar, reparar y evitar posibles descamaciones, mientras ofrecen un agradable efecto refrescante. Gracias a sus ambiciosas formulaciones, también te ayudan a prolongar tu bronceado y a mantenerlo en condiciones óptimas. Selecciona el formato que te resulte más práctico para disfrutarlo tras la ducha.

Visita a tu dermatólogo

placeholder Un chequeo profesional anual es imprescindible. (Abbs Johnson para Unsplash)
Un chequeo profesional anual es imprescindible. (Abbs Johnson para Unsplash)

Todos tenemos diferentes manchas en la piel, pero los cambios que se producen en ellas pueden indicar que se trata de una posible lesión maligna. Desde la Academia Española de Dermatología y Venereología, aconsejan hacerte un autochequeo mensual para comprobar si presentan alguna modificación o si te ha aparecido alguna nueva que presente un aspecto diferente al resto. Si es asimétrica, tiene un tacto áspero o varios colores, pica, sangra, parece una herida, pero no se cura… Ante cualquiera de estas alarmas, debes llamar al especialista.

Además, ten en cuenta que los ojos expertos son la mejor herramienta para un diagnóstico precoz. Así que, si quieres disfrutar de una relación sana con el sol, es imprescindible hacerte un chequeo anual en manos de tu dermatólogo.

Hace años, el uso del fotoprotector se limitaba a los meses de verano, más bien a los días de playa y piscina o a las escapadas a la montaña. Sin embargo, la ciencia y la experiencia nos han demostrado que estas fórmulas son un básico para cualquier rutina de cuidado, tengas el fototipo que tengas.

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