Maquillaje violeta: la revelación en Francia y el nuevo color para sublimar la mirada

Sería difícil identificar el verdadero origen de esta nueva tendencia, pero el malva empezó a dar el salto de la paleta a los accesorios de moda cuando el Pantone dictaminó que el color de 2018 sería el ultravioleta.

Entonces se trataba de un color casi desconocido, pero año tras año se ha colado en los armarios de las expertas de moda como si de un neutro se tratara. El salto al maquillaje, sin embargo, es otro cantar.

Si tienes los ojos verdes, habrás escuchado en más de una ocasión que el morado los haría resaltar. De la recomendación a llevar el consejo a la práctica hay un trecho. Un poco para solventar ese miedo infundado hacia este color frío de interesantes propiedades iluminadoras, Violette Serrat, más conocida como Violette fr, una de las maquilladoras francesas más influyentes, lanzaba su propia gama de sombras de ojos en crema con el violeta como protagonista.

Hasta aquí podría parecer una noticia sin más repercusión, si no fuera porque, para reforzar el lanzamiento, la francesa ha ido compartiendo día tras día diferentes maquillajes y tutoriales para explicar no solo los usos de sus sombras de ojos líquidas, sino la versatilidad del malva y del morado.

La forma de aplicar la sombra de ojos y su acabado sobre la piel se ha convertido en la principal baza de este resurgir del violeta. Los tonos más claros, con el malva a la cabeza, son especialmente utilizados para elaborar un delineado que, lejos de parecer infantil, logra maquillajes que bien podrían salir de la pasarela.

En contraste de estas tonalidades más claras sobre las pieles morenas, oliváceas o negras crea delineados llamativos que llaman a la creatividad, a los trazos discontinuos, sobre todo cuando los eyeliners de base blanca entran en acción.

Otra opción es practicar el delineado con texturas glitter, logrando maquillajes más festivos y con una marcada estética disco ochentera. El efecto es el de miradas más iluminadas y llenas de destellos, pero sin crear maquillajes recargados como podría ocurrir al hacerlo con sombras de ojos.

Y llegamos al verdadero e inesperado hit del violeta como color beauty de la temporada: las sombras de ojos glitter y satinadas. Sobre la pasarela, el uso tanto de las sombras más traslúcidas como de las más opacas se caracteriza por el profuso difuminado en todo el párpado, llegando incluso a rozar el arco de la ceja.

En el caso de las sombras malvas y violetas, el truco está en convertirlas un sutil highlighter que se extiende por la mirada y los pómulos, en esa búsqueda de los estilismos Y2K. Lo veíamos, por ejemplo, en las propuestas beauty de Genny o Richard Quinn, que coincidían en elegir el mismo tono y el mismo acabado glitter en sus desfiles para la primavera y el verano del 2023.

Con ese sigilo, el violeta se convertía en la tendencia cromática predominante en los desfiles de cara al 2023. Prabal Gurung, Mark Fast, Philipp Plein, Sergio Hudson y Shang Xia, habituales de las tendencias de maquillaje más divertidas y atrevidas de las semanas de la moda internacionales, se movían en violeta. Incluso Carolina Herrera, caracterizada por sus maquillajes minimalistas, sofisticados y siempre con un potente labial rojo, incorporaba el eyeliner malva en sus modelos.

Tomando la inspiración fashionista del uso del violeta como un iluminador alternativo al highlighter, Violette transformaba, o más bien democratizaba, el morado en sus diferentes tonalidades, dando prioridad a las fórmulas más concentradas. En vez de enseñar cómo realizar un ahumado en tonos malvas, la francesa desarrollaba sombras de ojos líquidas, cuya pigmentación, además de más alta, también es graduable.

De este modo, los maquillajes de mayor éxito en Francia son más concentrados, básicamente delineados gruesos, que permiten incorporar color en la mirada sin que el look sea muy marcado, o degradados en los que las texturas cremosas permiten pasar de la línea de las pestañas al párpado móvil simplemente trabajando las sombra con la yema de los dedos.

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La enseñanza final es tan sencilla como perderle el miedo a los colores que se alejan de la neutralidad y normalizar el morado como un tono más de nuestra paleta diaria.