Stella McCartney o cómo la sostenibilidad cambió la moda

Como no podía ser de otro modo, Stella McCartney recibió el influjo del arte desde mucho antes de tener una voz propia. Hija del mítico cantante Paul McCartney y de una reconocida fotógrafa a nivel local, Linda McCartney, la diseñadora británica seguiría apostando durante su vida por las formas artísticas como medio de expresión.

Caracterizada por su ávido olfato para las tendencias, su carácter irreverente y la obsesión por la innovación que desprenden sus diseños, la joven diseñadora está considerada como una de las personalidades más influyentes de este siglo.

Stella McCartney, el icono

La hija del ex Beatle nació respirando moda. La que fue aprendiz de Christian Lacroix con apenas 15 años, terminó graduándose en la prestigiosa escuela St. Martins en el año 1995, apoyada por modelos de la talla de Naomi Campbell o Kate Moss, por aquel entonces dos de sus mejores amigas.

Su cuidado sistema de confección y su característico patronaje hicieron del trabajo de la diseñadora uno de los más reconocidos dentro del sector. Tanto es así que apenas tardó dos años en cruzar la pasarela que le llevó de ser una destacada estudiante en la citada St. Martins a sustituir al Káiser en Chloé como directora creativa. Allí se enfrentaba a uno de sus mayores retos, especialmente si tenemos en cuenta que por entonces apenas tenía 27 años: recoger el legado de Karl Lagerfeld.

La diseñadora no solamente hizo olvidar a uno de los nombres propios del Olimpo de la moda, gracias a sus propuestas en las que jugaba con la línea entre la elegancia y la sensualidad, sino que, además, fue la protagonista de liderar uno de los mayores ciclos de expansión de la firma francesa.

Con apenas 27 años, Stella McCartney hizo cambiar de opinión a todos sus detractores, que inicialmente no fueron pocos. De este modo, además de en uno de los nombres con más futuro dentro del sector, se convirtió en una de las personalidades más influyentes en los negocios, gracias a su liderazgo en la casa francesa.

Apostando por la sostenibilidad

Era el año 2001 cuando Stella McCartney y Gucci cruzaron sus caminos. En su carrera por arrebatarle el liderazgo a los franceses LVMH, el grupo italiano apostaba por la diseñadora para emprender su camino en solitario. Una decisión que no solamente iba a cambiar el devenir de la carrera de Stella McCartney, sino que iba a tener un alto impacto en la moda.

Reconocida vegana y activista por los derechos de las personas y los animales. Stella McCartney irrumpía en solitario olvidándose de las pieles y los cueros en pro de materiales orgánicos, reutilizados y reciclados. Defensora de las soluciones circulares, sus desfiles se alejan de los convencionalismos, dando paso a puestas en escena mucho más naturales y sostenibles. Su pasión por la sostenibilidad queda latente en cada una de las etapas de los procesos creativos de la diseñadora. Uno de sus ejemplos lo encontramos en sus locales y oficinas, alimentados todos ellos por energía eólica.

Además de por los derechos humanos, la diseñadora también es una de las voces del feminismo contemporáneo. Apostando completamente por la supresión de las diferencias de género, en la última colección de la diseñadora presentada en París, decidía redefinir los límites de las identidades, optando por un desfile en el que las diferencias entre las colecciones de hombre y de mujer quedaban diluidas bajo una misma pasarela. Stella McCartney ha logrado abrazar la trazabilidad de su negocio gracias a la redefinición de los límites de un sector que pedía a gritos una nueva voz, la suya.