Cómo Blake Lively se convirtió en un icono de moda diferente (y superó a Serena Van Der Woodsen)

Blake Lively celebra hoy sus 35 años, convertida en el icono fashion de una generación, la Millennial, que le debe a la actriz estadounidense haber roto las normas sobre la alfombra roja. Puede vestirse de princesa Disney y desfilar por el Festival de Cine de Cannes, hacer del esmoquin masculino, con chaleco incluido, el estilismo más femenino o enfundarse en los diseños más arriesgados estando embarazada de 8 meses. Entre sus normas, además de que su cabello debe estar alejado de los moldeados, está adaptar la moda a sus necesidades y que no ocurra al contrario.

Su presencia en la MET Gala logró desbancar a cualquier otra celebrity que se dignara a pasear por la alfombra del museo metropolitano de Nueva York. Su vestido era un homenaje al Empire State, su tocado hacía referencia a la diadema de la Estatua de la Libertad y su cambio estructural fue durante semanas lo más comentado en redes sociales, prensa tradicional y cualquier charla entre amigos. Sí, solo Blake lo podía hacer y aquel vestido es solo la guinda a su carrera como icono de moda del siglo XXI.

Desde que Carrie Bradshaw revolucionara la pequeña pantalla con sus looks, no habíamos conocido a un personaje televisivo capaz de revolucionar con su armario la moda más allá de la ficción. Huérfanas de referentes estilísticos, las fashionistas encontraron en el personaje interpretado por Blake Lively en ‘Gossip Girl’, Serena Van Der Woodsen, un icono al que seguir en cuestiones de estilo, por más que sus vestidos de alta costura fueran tan prohibitivos como espectaculares.

El éxito de sus looks radicaba en que eran mucho más depurados y menos arriesgados que los de Carrie, algo que en los millennials, menos osados en cuestiones de estilo que la generación Z, supieron valorar, y las marcas encontraron en Blake a la americana ideal que convertir en imagen de sus firmas. Pese a su imponente belleza, no resultaba amenazante gracias a la simpatía que despertaba su personaje en la pequeña pantalla, y su naturalidad sin pretensiones conquistó al mismísimo Karl Lagerfeld, que años antes ya se había enamorado de otra rubia que se escapaba de la estética anodina que entonces imperaba: Claudia Schiffer.

Conoció al káiser de la moda gracias a Anna Wintour, a la que le comentó que le encantaba Chanel. La directora de ‘Vogue USA’ invitó a la actriz a acudir con ella a uno de los desfiles de la marca, y el 'match' con el germano fue instantáneo, pues después recorrieron juntos París en el Rolls-Royce del diseñador. “Es como una chica americana de ensueño", explicó a ‘WWD’, y pronto Blake se convirtió en imagen de la marca, algo que los rumores señalan no gustó a los mandamases de Chanel, que consideraban que su belleza americana no era idónea para representar a la marca. Poco importó lo que pensaran: el affaire siguió adelante y Blake logró hacer de la maison la más deseada por las millennials.

Uno de los mayores logros fashionistas de la actriz ha sido escapar de la espiral de estilistas que rodea a las celebridades, que son incapaces de salir de casa a comprar un café sin lucir un look preconcebido por un equipo de estilismo. Asegura que al considerar la moda como un medio de expresión, carece de sentido contratar a alguien que le diga cómo vestir, y por eso es aún más loable el que para promocionar 'Un pequeño favor' acudiera a sus showrooms de confianza para hacerse con un sorprendente arsenal de trajes con los que rendir homenaje al estilo de su personaje.

De hecho, para promocionar su primera película tras ‘Gossip Girl’, ‘The Age of Adaline’, se colocó 15 looks en tan solo dos días, diez de los cuales lució en solamente 24 horas, y ella misma aclaró que se probó 256 outfits antes de comenzar la promoción. Si alguien conoce el poder de la moda, sin duda es ella.

Con su colección de trajes, Blake denunció el doble rasero con el que se mide a las intérpretes en Hollywood. Con ellos acalló a la prensa cuando una periodista hizo alusión al que solo llevara trajes. La fundadora de ‘Fashion Awards’, Catherine Kallon se refirió al traje rosa de Ralph Lauren con el que presentó la película en el Reino Unido como “el traje 1.356”, algo que no le hizo especial gracia a la actriz. “¿Señalarías que un hombre lleva muchos trajes durante un tour promocional? ¿Por qué no puede hacerlo una mujer? Dejémonos de dobles raseros, chicas”, escribió.

También ha hecho de la moda su arma combativa al señalar en sus redes sociales que tras ser madre se dio cuenta de que era incapaz de encontrar diseños que se amoldaran a su nueva silueta. En Instagram subió una imagen procedente de su intervención en el programa 'The Tonight Show with Jimmy Fallon'.

"Me puse un vestido y una camisa de Lanvin de Net-a-Porter para crear este outfit tan bonito, porque ninguna marca tenía tallas de muestra que me cupieran tras dar a luz. Muchas prendas de las propias tiendas tampoco tenían tallas. No es un buen mensaje para las mujeres el que no quepan en los diseños que las marcas ofrecen. Es alienador y confuso. Ojalá me hubiera sentido tan segura de mí misma como ahora me siento hace un año. Ese cuerpo me hizo madre, y estaba produciendo la comida que mi bebé necesitaba. ¡Qué milagro tan bonito! Pero en lugar de sentirme orgullosa por ello, me sentía insegura, porque no entraba en la ropa", escribe.

Su última reivindicación fashionista ha sido hace bien poco, cuando recorrió la alfombra roja con un sensual vestido de aberturas y mostró en sus redes sociales su secreto para estar cómoda: llevarlo con deportivas Converse. Aunque su aventura en la moda sigue adelante, su intento de ser Gwyneth Paltrow no fue tan rentable, pues su web de estilo de vida, Preserve, que lanzó en julio de 2014, cerró el 9 de octubre de 2015.

Fue ahí donde vendió sus dos coqueteos con el diseño, pues lanzó dos colecciones cápsula que pasaron sospechosamente inadvertidas, pero, como ha aclarado a la revista ‘Jolie’, no descarta contar algún día con su propia marca.

“Sinceramente, me vería creando una marca de ropa, y quizás un día lo haga. Sin embargo, ahora mismo no tengo tiempo. ¡Necesito dormir!”, aseguraba. Esperamos que a sus 33 años encuentre el momento idóneo para adentrarse en el diseño, pues nada nos haría más felices que tener un armario parecido al de la actriz. Al menos, al no contar con estilista, podemos estar seguros de que hay más de Blake en sus creaciones que de quien le crea sus looks, algo que no ocurre con muchas otras celebridades...