Claves para ir a la oficina con leggings

Ahora que hemos asumido que los leggings son un pantalón más en nuestro día a día, confinamiento mediante, varias son las expertas y estilistas que apuestan por ellos para mucho más que looks deportivos y encierros en casa, y los han convertido en su prenda estrella para todo. A su comodidad de serie se suma una versatilidad que, aunque no aparentemente, puede dar solución a algunos de los quebraderos de estilo que se nos presentan frente al armario, como el temido '¿qué me pongo hoy para ir a la oficina?'. La respuesta es clara y nos lleva de nuevo a los leggings como aliados.

En este escenario de nada sirve lo aprendido como parte fundamental de la corriente 'comfy', y tus looks working exigen una puesta a punto a favor de la formalidad y la elegancia, dos rasgos imprescindibles cuando se trata de crear un outfit apto para ir a trabajar. De la mano de las prescriptoras de moda y estudiando sus estilismos con leggings hemos detectado una serie de claves de fácil aplicación y uso que te ayudarán a triunfar. Toma nota.

Con estribo en el bajo y accesorios de lujo

Una idea infalible que te ayudará a refinar la imagen de los leggings y al tiempo cambiarlos de categoría -de la deportiva a la que pertenecen hasta brindarles una nueva clasificación como pieza sofisticada- es optar por un diseño monocolor, preferiblemente en negro, confeccionado en un tejido de algodón que presente un patrón sencillo y, he aquí la clave, con estribos en el bajo. Un ejemplar de absoluta tendencia que será aún más elegante si sumas una cuidada selección de accesorios; un bolso acolchado y unos salones destalonados son suficientes para elevar el look y lucir los leggings en tu entorno laboral.

Metidos por dentro de los botines

Precisamente en el bajo de los leggings también está el secreto de esta propuesta. Con el blanco y el negro como tándem clásico en tus estilismos de trabajo, al contrario del atuendo anterior que imponía un modelo concreto, para reproducir esta nueva idea puedes rescatar tus diseños de cuero, charol o en cualquier otro material, que el efecto final será igual de acertado. ¿El truco? Meter los leggings por dentro de los botines y simular así que lo que llevas es un pantalón pitillo. Además su silueta recta te permitirá cualquier licencia de alto riesgo en la parte de arriba del look.

Americana oversize y jersey de cuello alto

No es más que el típico atuendo que seguro has llevado cientos de ocasiones para poner un pie en la oficina, pero con un cambio en la parte de abajo del look a favor del pantalón. El secreto para recrearlo tal cual hace la prescriptora de moda danesa Thora Valdimars es el largo de las otras piezas, escoge una americana y un jersey de cuello alto que cubran la cintura y te queden, más o menos, a la altura de las caderas. Si además te atreves a integrar un elemento rompedor como en este caso son unos stilettos de color fucsia vibrante, la garantía de éxito es rotunda.

Con una gabardina y salones

Casi la misma pauta, pero con la gabardina y los clásicos salones como aliados. Otórgale a los leggings un mayor protagonismo con un cambio de color, hasta ahora habíamos visto como los de tonos oscuros del tipo negro o azul marino se integraban de maravilla en los atuendos de trabajo, aunque no debemos descartar otros como el rojo, el granate, el morado o el verde caza. Si vas a decirles sí, el resto de elementos deben virar hacia una corriente de color neutra y hacer gala de un patrón sencillo sin ninguna floritura.

En clave masculina

La última idea de look pasa por componerlo basándose en los parámetros fundamentales de la corriente masculina y aumentar la dimensión de estas prendas: abrigo sastre de doble botonadura, blazer clásica con solapas y cierre central, jersey o camisa, leggings y botas a juego. Añade el toque femenino con los accesorios, por ejemplo, prueba con un bolso en un color potente y unos pendientes en tamaño XL, y con todo ese mix obtendrás un outfit formal y atemporal perfecto para todo el año.