Cayetana Blanco Masaveu, la diseñadora de joyas concienciada con el medioambiente

A esta diseñadora de joyas ovetense le inspiran el arte, los viajes y la naturaleza. Con dieciocho años decidió estudiar la carrera de Fashion & Design en el Instituto Marangoni de Londres "y recuerdo que en lo que más destacaba y lo que más me gustaba diseñar eran las colecciones de accesorios". Años después, cuando trabajó en París para la firma Saint Laurent, se dio cuenta de que la joyería era su verdadera pasión. Fue entonces cuando se trasladó a Milán para estudiar un máster en gemología y diseño de joyas en Marangoni. Ahí nació la propia marca de joyería, Mass Milano. Uno de sus retos más recientes ha sido ampliar su colección a anillos de pedida y alianzas para novia. Concienciada con la protección del medioambiente y los océanos, su propósito es crear joyas de manera responsable y con un fin sostenible.

¿De dónde viene tu pasión por las joyas?

Siempre he sentido un increíble interés por las gemas y el diseño, en gran parte por mi madre, una persona con mucho talento, gemóloga, que supo transmitirme su pasión por las piedras preciosas, las joyas bonitas y con historia, el arte... Estoy convencida de que mi vena artística viene heredada de su parte.

¿Recuerdas cuál fue tu primer diseño?

Una colección que hice en el máster de gemología en Milán con la que quise rendir tributo a uno de mis artistas favoritos, Alexander Calder. Estaba inspirada en una escultura expuesta en el Palazzo Venier dei Leoni, un edificio veneciano del siglo XVIII donde la coleccionista y mecenas de arte estadounidense Peggy Guggenheim vivió treinta años. Cada pieza estaba hecha con alambre de oro tallado a mano y gemas, con cierto aire vintage pero sin dejar de ser modernas.

¿Cómo has evolucionado tu marca desde que la fundaste?

Cuando creé Mass Milano solo tenía veintiséis años y aunque todo empezó como una pequeña aventura, con el tiempo se ha convertido en un proyecto retador que me hace avanzar día a día. Los valores no han cambiado, pero yo he evolucionado personalmente y quiero que esto se refleje en la nueva imagen de la marca. Como me dijo una vez mi hermano Jaime, “la propia experiencia es el mejor aprendizaje”.

Has vivido y estudiado en Londres, Milán, París... ¿Qué huella han dejado estas ciudades en tus joyas?

Todas ellas fueron un 'máster de vida'. De Londres me llevé su capacidad única para combinar antigüedad y tradición con modernidad, París me enseñó que la sencillez es a menudo la mejor manera de expresar la elegancia y de Milán me quedo con su belleza oculta y fabulosa. De hecho, mi marca lleva el nombre de esa ciudad donde estudié gemología y diseño de joyas.

¿Dónde encuentras la inspiración?

En el entorno en el que vivo, la gente que conozco, los objetos que me rodean, el arte, mis viajes y, sobre todo, la naturaleza. Cada pieza es una expresión de mi mundo, mi corazón y mi mente.

¿Qué hace únicas a tus joyas?

En Mass Milano siempre nos preocupamos por el medioambiente, por eso nuestro objetivo es ofrecer joyas atemporales, artesanas, de calidad y que terminen con los excesos consumistas que tanto están afectando el planeta. No podemos seguir comprando cosas que solo te duren dos meses. Lo que quiero es crear joyas de manera responsable y con un fin sostenible.

¿A qué mujer van dirigidas?

Mis clientas respetan el diseño, los oficios y la exclusividad de las marcas pequeñas, son responsables con su consumo, les gusta el lujo discreto y aprecian el trabajo detrás de cada una de las piezas.

¿Cuál es tu material favorito?

El rodio negro, porque no es un material habitual en la joyería tradicional y resulta perfecto para lucirlo tanto de día como de noche. Favorece mucho y siempre causa una excelente impresión en los demás.

La piedra preciosa que más te gusta es...

La alejandrita, una variedad del crisoberilo muy escasa. Me encanta el hecho de que bajo la luz incandescente parezca de un color morado oscuro y luego, cuando la observas con la luz del sol, se vuelva de un verde espectacular.

El best seller de tu marca es una pieza que poco tiene que ver con una joya tradicional...

Sí, la 'silver straw' es una pajita de plata para bebidas reutilizable que nació para concienciar sobre el abuso que hacemos de los plásticos y cómo están contaminando el mar. Escogimos la plata para realizarla por su acción antibacteriana, tan necesaria en los tiempos que vivimos.

¿Qué joya llevarías con un básico de vaqueros y camiseta?

Una gargantilla a juego con una pulsera de oro amarillo y diamantes de mi colección 'Jigsaw', que combinan con todo y están inspiradas en los legos.

Otra de tus pasiones es la decoración, ¿cómo es tu casa?

Una mezcla de muebles italianos de los años 50 con toques californianos y elementos de espíritu francés. Entre mis tesoros favoritos están unas butacas de Marco Zanuso halladas en el Rastro de Madrid y retapizadas, la lámpara cesta que me regaló mi padre cuando me mudé y un cuadro en miniatura pintado por mi abuelo.

¿De qué artista te comprarías una obra?

De Jaume Plensa. Sus esculturas, poéticas y reflexivas, me emocionan.

Si no fueras diseñadora de joyas, ¿qué te hubiera gustado ser?

Dentista, como mi padre, es de las cosas que más me pueden gustar después de las joyas.

¿Cuáles son tus lecturas más recientes?

'Egoístas, inmortales y viajeras', de Carlos López Otín, 'El enigma de la habitación 622', de Joel Dicker, 'Muchas vidas, muchos maestros', de Brian Weiss. Y ahora estoy terminado de leer 'Los siete maridos de Evelyn Hugo', de Taylor Jenkins Reid.

¿Cómo desconectas, qué te gusta hacer en tu tiempo libre?

Una de mis aficiones más recientes es ir con mis amigos a tirar al plato. También me gusta ir a pasear por el campo con mi perro Malibú.