Brillos, tonos neón y vestidos negros: Chanel se viste de fiesta para su desfile en Los Ángeles

Ahora que entre las firmas de lujo está tan de moda trasladarse a otro rincón del mundo para presentar sus colecciones, Chanel no iba a ser menos. Sin límites fronterizos y el mapamundi a su disposición, ejemplos como que Dior viajó hasta Bombay o Dolce & Gabbana a Miami, conquistar Los Ángeles era el objetivo de la maison. Se entiende el porqué de esta localización: Hollywood es la meca del cine. Allí viven y trabajan muchas de las amigas y musas de la casa que, alfombra roja sí, alfombra roja también, escogen sus diseños para deslumbrar.

A finales del mes de marzo, Versace escogió esta misma ciudad de California para presentar su colección otoño-invierno de 2023. De la atrevida mente creativa de Donatella Versace a la pulcritud de Virginie Viard. Un cambio de estilo y de línea, la crucero de Chanel en Los Ángeles.

Fue hace un par de días cuando las redes sociales de la marca francesa se inundaron de post con carteles de estética retro que anunciaban lo que allí iba a ocurrir y, lo que es más relevante, quién iba a asistir. Marion Cotillard, Margot Robbie o Kristen Stewart figuraban en ese listado de personalidades vip que previsiblemente se iban a sentar en el front row. Y allí que acudieron ataviadas con los últimos estilismos que Chanel había presentado en la Semana de la Moda de París.

Al dato de las invitadas, debíamos sumar otro más: el show se celebraría la noche del 9 de mayo, pero no sería hasta el día 10 de mayo cuando la maison, y en formato 'fashion film', revelaría y haría público al resto del mundo lo acontecido sobre la pasarela de Los Ángeles levantada en los estudios Paramount Picture. Una colección que bebe del glamour propio de las alfombras rojas y de los brillos como tendencia de moda global. En pocas palabras, prendas y accesorios para ir de fiesta en clave 80 que rinden homenaje al estilo de vida californiano.

Sin perder algunos de los ingredientes de estilo que Virginie Viard siempre incluye en sus propuestas como señas de identidad de la casa que fundó Coco Chanel en 1910, como son el tejido de tweed, la chaqueta clásica o los bolsos acolchados, los tonos vibrantes, los materiales metalizados y los vestidos de color negro coparon todo el protagonismo.

El desfile arrancó subido de tono con varios outfits llamativos. El primero, chaleco bordado con paillettes multicolores recreando una playa de California, falda midi en tejido rugoso con hilos fantasía, los típicos calentadores de las patinadoras y unos salones blancos. El segundo, americana bordada con cristales plata y, a contraste, cuello y puños en rosa fucsia. El tercero, crop top con pantalón ancho dorado. Y el cuarto, un minivestido con print de logomanía.

A partir de ahí, el negro se convirtió en la estrella. En especial, con el vestido como prenda aliada. Dotados de escotes en V infinitos, paneles semitransparentes, retales de encaje, bordados con lentejuelas y strass, plumas y aberturas vertiginosas en las faldas.

Espacio para dos piezas de sastrería pura y dura. Un abrigo marrón de corte masculino, largo, con cinturón lazo como cierre, una gran solapa de muesca a contraste y bolsillos laterales. Asimismo, una blazer gris de silueta larga a modo de vestido corto con puños y cuello en diferente tejido. Los zapatos joya, sandalias y salones, rematan esos estilismos.

Vestidos al margen, dúos de top y falda o de blusa y pantalón se cuelan en la nueva colección crucero de Chanel. Los hay a juego y fabricados en un tejido idéntico, o rompiendo esquemas, básicos frente a piezas más elaboradas con plumas y bordado.

En el terreno de los complementos, por una vez, las joyas les roban protagonismo a los bolsos o zapatos. Las modelos han desfilado con collares de vueltas, más cortos y más largos, enredados de manera intencionada. Lo hemos avanzado, pero volvemos a insistir en que Chanel recupera los calentadores para rematar sus nuevos looks.