Flores en 3D: la tendencia más romántica (y sorprendente) del verano
Firmas como Loewe, Bottega Veneta y Carolina Herrera reinterpretan el clásico estampado y rosas, peonías o margaritas brotan ahora en tu armario en tres dimensiones
Como sugería el personaje de Meryl Streep en ‘El Diablo viste de Prada’, hablar de que el estampado de flores es tendencia en primavera resulta una obviedad y es (casi) innecesario. La gran Miranda Priestly tenía razón y, quizás por ello, los diseñadores han querido innovar esta temporada. Que no cunda el pánico porque las flores siguen estando presentes, pero de una manera totalmente nueva y soprendente. Y es que abandonan los estampados para brillar con luz propia y en tres dimensiones. Rosas, margaritas, peonías y todo un jardín brota en tres dimensiones a modo de drapeados, broches, bordados y aplicaciones de cualquier tipo derrochando romanticismo sobre nuestro armario.
El gran referente en este tema es J.W. Anderson, que convirtió al anturio en el protagonista absoluto de su desfile para Loewe. En la colección primavera-verano 2023 de la etiqueta española, esta flor tropical no solo remata vestidos o decora collares, sino que se convierte, directamente, en tops. Una demostración más de que la creatividad del ‘couturier’ británico no tiene límites.
Sin embargo, Loewe no ha sido la única firma en caer rendida ante las flores en 3D. Matthieu Blazy imagina para Bottega Veneta un vestido lencero cubierto por flores celestes de las que las gotas de rocío caen en forma de pedrería; Wes Gordon remata sus diseños para Carolina Herrera con aplicaciones XXL; y, en el universo siempre alternativo de Off-White, estas se colocan estratégicamente en la zona del pecho.
El clásico bolso ‘tote’ de Prada se convierte en el lugar perfecto para que unas maravillosas flores en rosa y negro germinen. La gran Miuccia traslada, así, esta tendencia al mundo de los accesorios, dejando claro que este nuevo ‘must’ ha llegado para cubrirlo absolutamente todo.
De hecho, en el street style las hemos visto convertidas en pendientes, chokers y todo tipo de joyas; remantando zapatos –y, por supuesto, infinidad de prendas–; o, incluso, dando vida a cinturones en clave maxi.
Una de las opciones más apetecibles, sobre todo ahora que se acerca el verano, la encontramos en el Instagram de Leonie Hanne. La pasada Semana Santa, la influencer alemana sorprendió a su séquito de seguidores con un post en el que aparecía luciendo un bikini blanco en el que las flores aplicadas ponían el broche de oro, tanto en el top como en la braguita. Este llevaba el sello inconfundible de Magda Butrym, y es que la diseñadora polaca es toda una experta en este tema y ha sido una de las grandes propulsoras de la tendencia.
Entrégate al romanticismo más maximalista y no te cortes a la hora de lucirlas e, incluso, de mezclarlas porque parece que la premisa de la pasarela es clara: cuantas más flores haya en un look y cuanto más grandes sean, mucho mejor.
Como sugería el personaje de Meryl Streep en ‘El Diablo viste de Prada’, hablar de que el estampado de flores es tendencia en primavera resulta una obviedad y es (casi) innecesario. La gran Miranda Priestly tenía razón y, quizás por ello, los diseñadores han querido innovar esta temporada. Que no cunda el pánico porque las flores siguen estando presentes, pero de una manera totalmente nueva y soprendente. Y es que abandonan los estampados para brillar con luz propia y en tres dimensiones. Rosas, margaritas, peonías y todo un jardín brota en tres dimensiones a modo de drapeados, broches, bordados y aplicaciones de cualquier tipo derrochando romanticismo sobre nuestro armario.
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