Fabiola de Mora y Aragón: el estilo de la aristócrata española que fue reina de Bélgica

La nueva serie de TV (Disney +) sobre Balenciaga pone de actualidad a Fabiola de Mora y Aragón, convertida en reina de los belgas tras su boda con Balduino de Bélgica y convertida en uno de los grandes personajes alrededor del inolvidable diseñador y de la moda europea de la época

Su discreción, la devoción que sentía por su marido y las innumerables labores solidarias que realizó la convirtieron en una de las reinas más admiradas y queridas de la época. Así era Fabiola de Mora y Aragón, nacida en Madrid en 1928, hija de los marqueses de Casa Riera y convertida en reina consorte de los belgas tras su boda en 1960 con Balduino I. Aristócrata de cuna, cuarta de siete hermanos y perteneciente a una familia de Grandes de España, siempre cumplió con el rol de monarca más tradicional, sin una voz propia y a la sombra de su amado marido.

Una actitud pública particular a la que se añadía la tristeza de su rictus, algo que fue en aumento a lo largo de los años. Conoció a Balduino a través de una 'operación' para buscarle novia al futuro monarca belga, una práctica habitual en la época, y su obligación de tener descendencia, como correspondía a una mujer en su situación, se convirtió en una obsesión que nunca se cumplió. Fabiola, hermana del excéntrico aristócrata y actor Jaime de Mora y Aragón –quien fue miembro fundamental del desarrollo urbanístico de la Marbella de los años 70 y 80 y personaje asiduo a la prensa del corazón de nuestro país en esa época–, confesó haber tenido hasta cinco abortos. Nunca pudo ser madre.

Pero ni esa tristeza que la marcó para siempre ni su estilo monacal –siempre se dijo que no le gustaba llevar pantalones por ser “cosa de hombres“– ni su físico poco agraciado, sobre todo si se la compara con otros iconos de glamour de la época como Jackie Kennedy o Grace Kelly, impidieron que Fabiola destacara siempre por su elegante estilo.

Educada en colegios religiosos de Roma, París y Lausana –sus padres, muy próximos a la monarquía española, se exiliaron a Italia, Francia y Suiza desde la llegada de la II República hasta el final de la Guerra Civil–, estudió enfermería, como bien correspondía a una mujer de su posición, que además era políglota, culta, brillante y con una educación exquisita.

En 1993, tras el fallecimiento del rey Balduino en la finca familiar de Granada, Fabiola pasó a ser reina de Bélgica hasta su muerte en Bruselas en 2014.

Amante de las joyas y la moda, pero no de la frivolidad

Hace unos días sabíamos de la aparición de algunas joyas perdidas de la aristócrata española, concretamente un set formado por collar, un anillo y unos pendientes realizados por la histórica joyería francesa Chaumet. Actualmente, esta colección de valiosas piezas sigue en poder de las mujeres de la Casa Real belga, en concreto de la reina Matilde y la heredera al trono, un legado nada desdeñable, ya que Fabiola fue austera, pero gran amante de las joyas, especialmente de las perlas, un accesorio obligado según la moda más regia de la época.

La reina belga nacida en Madrid representaba muy bien el estilo elegante y clásico de las décadas de los años 60, 70 y 80. Su peinado, voluminoso e inimitable, se convirtió casi en una seña de identidad que demostraba su personalidad y carácter con respecto a la estética y la moda. Si en sus décadas de representación institucional en primera línea siempre optó por un estilo controlado y siempre apropiado, en sus etapas más maduras, incluso cuando ya era una elegantísima anciana, se volvió más atrevida. Sobre todo con los sombreros, como con esa inolvidable y fabulosa pamela XL con plumas que lució en la boda de su sobrino preferido, Felipe (actual rey de Bélgica junto a su mujer Matilde). Como anécdota, cabe destacar que una de las sobrinas nietas de Fabiola es Ana María Chico de Guzmán, fundadora y diseñadora de Mimoki, la firma de tocados preferida por la aristocracia y royals en nuestro país.

Estilo clásico con un vestido de novia de Balenciaga

Pero hay un hito fashion en la vida de Fabiola de Bélgica que siempre formará parte de la historia de la moda: su vestido de novia creado por el maestro Balenciaga. Un diseñador que parecía destinado, sí o sí, a ser el autor del fabuloso look nupcial para su boda con Balduino de Bélgica, después Balduino I, en 1960. Y es que fue la bisabuela de Fabiola, Micaela Elío y Magallón, quien 'descubrió' al genial modisto en Getaria, un lugar muy vinculado a la vida de la reina belga. De hecho, sus propios abuelos, los marqueses de Casa Torres, tenían en Getaria el Palacio Aldamar, actual sede del Museo Cristóbal Balenciaga.

Allí se encuentra expuesto el fantástico vestido de novia de invierno de Fabiola, en cuyo diseño con cuerpo entallado y falda con volumen destaca la tira de visón que bordea tanto el escote barco delantero como la capa y talle. Es una pieza realizada en seda, con líneas sencillas, pero a la vez regias, pues aunque Fabiola rechazó llevar un vestido demasiado pomposo, el genial Balenciaga ya le advirtió que debía vestir un vestido “acorde con una futura reina”.

El diseño en cuestión fue donado en 2003 por la propia Fabiola a la Fundación Balenciaga, pero antes tuvo que ser restaurado, unas tareas de las que se encargó el también famoso modisto, y preferido de la infanta Elena, Lorenzo Caprile. Él fue quien tuvo que incorporar a la pieza una nueva tira de visón, pues Fabiola la había ido descomponiendo en distintos detalles y accesorios a lo largo de su vida.

Ahora este vestido se podrá redescubrir en la pequeña pantalla gracias a Cristóbal Balenciaga, la nueva serie de Disney + protagonizada por Alberto San Juan y en el que la actriz Belén Cuesta da vida a Fabiola, recreando su inolvidable vestido de novia. La serie se estrena el próximo 19 de enero, pero desde el 21 de diciembre hasta el 21 de enero de 2014 se podrán ver de cerca réplicas artesanales de los increíbles diseños creados para la serie por la diseñadora de vestuario Bina Daigeler en la exposición Cristóbal Balenciaga, en el Real Jardín Botánico de Madrid. Una cita inmersiva y fantástica para recordar la elegancia eterna de Fabiola de Bélgica y la vida y legado de Cristóbal Balenciaga, una figura sobre la que también se han publicado este fin de año dos importantes libros: 'El enigma Balenciaga' (Ed. Plaza & Janés), de la periodista María Fernández-Miranda, y 'Aquel verano en París' (Ediciones B), del también periodista y experto en arte José Luis Díez-Garde.