Guía de trucos y consejos para hacer la compra cuando quieres adelgazar

Una alimentación saludable es uno de los pilares básicos de una vida sana. Incluir en nuestro menú aquello que es bueno para nosotras y evitar, en la medida de lo posible, los ultraprocesados que no nos favorecen. Cuidando este aspecto de nuestra vida podremos sentirnos mejor por dentro, lo que sin duda se reflejará por fuera.

Este cambio de hábitos puede ayudarnos a perder algo de peso, sobre todo si lo acompañamos de otros igualmente beneficiosos, como aumentar la cantidad de actividad física que hacemos, que suele variar con la edad, así como los ejercicios que más nos convienen. No tenemos las mismas necesidades a los 20 años que a los 60 años, uno de los factores que conviene tener en cuenta a la hora de plantearnos cambiar de hábitos, y eso se notará en nuestra lista de la compra.

La alimentación no es diferente, con el paso del tiempo nuestro metabolismo cambia, nuestro cuerpo evoluciona y las necesidades son otras. Por eso comenzar a prestar atención a estos aspectos de la vida se convierte en una forma de autocuidado, una manera sencilla de protegernos para conseguir reducir el riesgo de padecer enfermedades de tipo cardiovascular, por ejemplo.

Trucos infalibles

Aunque siempre pensemos que el primer paso para comer sano está en la cocina, buscando los sistemas más healthy que nos ayuden a cocinar sin sumar calorías o evitando cocinar con salsas, sazonando con especias… En realidad todo comienza en el supermercado, hacer la compra es tan importante como prepararlo todo para sentarnos a comerlo.

Si hasta ahora eras partidaria de ir al supermercado a ver lo que había y entonces decidir qué comprar, lamentamos decirte que no es lo más adecuado cuando queremos empezar a cuidar lo que cuidamos. Resulta más sencillo -y también más económico- ir con una buena lista de la compra porque planificar el menú de la semana, apuntando todo lo que tenemos que comprar te ayudará a que sea más rápido llenar el carro de la compra, pero también te evitará que de dejes llevar por el momento y compres cosas de más.

Para evitar que esto suceda es una buena idea acudir a la tienda sin hambre, llegar hambrientas, además de despistarnos de nuestro objetivo porque queremos acabar más pronto, también hará que cojamos muchas cosas que en el momento nos resultan muy apetecibles, pero que a la larga no nos favorecen. También por eso es necesario tomarnos el tiempo necesario para leer las etiquetas de los productos, asegurarnos que tienen los ingredientes que nosotras buscamos y no algún producto escondido que no nos interese, como un exceso de azúcar.

Aprovecha la hora de la compra para hacer un poco de actividad física, como ir a la tienda andando o en bicicleta en lugar de llevar el coche, sobre todo cuando no tenemos que comprar demasiadas cosas.

En el carro de la compra, ¿qué meto?

Esto es una cuestión más personal, porque aunque queramos comer más sano, esto no tiene que convertirse en un calvario, por lo que escoger alimentos que nos gusten puede ayudarnos a que estos nuevos hábitos se conviertan en nuestra nueva forma de vida. Sin embargo, sí que hay algunas claves más genéricas que podemos tener en cuenta.

Prioriza la compra de frutas y verduras frescas, si pueden ser de temporada, mejor que mejor. Acompañar la comida con una buena ración de verduras de nuestro gusto, cocinar los platos de cuchara con deliciosas hortalizas o prepararnos ricas macedonias para merendar puede ayudarnos a aumentar el consumo de estas, que son bajas en calorías y pueden ayudarnos a completar nuestras comidas de una forma sana y deliciosa.

Limita el consumo de carnes, aumentando la ingesta de pescados, por ejemplo, o legumbres y huevos. Intenta escoger alimentos frescos, evitando los ultraprocesados siempre que te sea posible. Ten en mente que, si a partir de ahora vas a hacer varias comidas al día, para evitar llegar a las comidas importantes con hambre y comer con ansiedad, tener unos cuantos snacks a mano es muy práctico.

Un puñado de frutos secos, yogur desnatado o queso fresco, encurtidos bajos en sal o incluso palomitas de maíz (preparadas por ti misma), hay muchas cosas a las que puedes recurrir, aunque siempre es buena idea tomar una pieza de fruta a media mañana o media tarde.

Si te cuesta resistirte, evita pasar por la zona de bebidas azucaradas o de picoteo poco saludable, será más sencillo que no nos apetezca si no lo tenemos en casa. Evidentemente, cuidar tu alimentación no tiene que ser un castigo, un capricho de vez en cuando es perfectamente válido y no debería hacernos sentir culpables ni sentir que estamos fracasando.

Igualmente, cuando lo que queremos es adelgazar y perder peso, lo mejor es ponernos en manos de expertos y profesionales de la materia, que diseñen una dieta específica para nosotras, teniendo en cuenta nuestras necesidades, pero también nuestros gustos, de esta forma seguirla será más sencillo y podremos mantenerla sin que esto suponga un esfuerzo excesivo para nosotras. Además ellos podrán guiarnos en el proceso y ayudarnos cuando sintamos que lo necesitamos.