Julia Zhou, reina del dim sum y empresaria de éxito: “A un chino no le puedes tener diez días comiendo cocina española, no lo aguanta”
Su nombre chino es Wenchun. España supuso su crecimiento intelectual y profesional. Hoy dirige un pequeño-gran imperio con empresas de viajes, hostelería y un obrador que surte a 200 restaurantes, empezando por los suyos
La joven Wenchun Zhou (Qingtian, 1975) eligió para sí el nombre de Julia cuando, con 27 años, aterrizó en España por primera vez. Hoy, Julia Zhou dirige dos grandes casas de comida tradicional china (Le Bund y Kokochin) y un fantástico obrador que surte de masas, pastas frescas y empanadillas chinas a algunos de los mejores restaurantes asiáticos de España, Portugal, Francia, Italia, Inglaterra, Alemania y Austria.
Veintidós veranos después, Julia Zhou es la CEO de Grupo Mandarin Gestión, con cuatro áreas de negocio: viajes, restaurantes, hostelería y un obrador. Máster en gestión y dirección de empresas del IESE Business School, dirige a cincuenta empleados, participa activamente en iniciativas como China Taste —que celebra el Año Nuevo Chino dando a conocer a los españoles la profundidad de la gastronomía de su país— y el Festival del Dim Sum, y es una excelente embajadora de ambas naciones, la de nacimiento y la adoptiva.
Julia aterrizó en España en 2002. “Vengo del condado de Qingtian, en la prefectura de Lishui, provincia de Zhejiang. La mía es tierra de migrantes. La mayoría de los chinos que residen en España son de Zhejiang. Cuando llegué a Madrid me encontré con bastante gente de mi ciudad. Mi hermano y mi hermana se habían instalado en España unos años antes. Mi hermano tenía un restaurante en Ávila y mi hermana, una tienda de revelado de fotos aquí, en Madrid”.
"Trabajaba en un banco, pero lo que hacía era muy aburrido, alienante. Cada día era exactamente igual al anterior", Julia Zhou
“En China trabajaba en un banco, pero lo que hacía era muy aburrido, alienante. Cada día era exactamente igual al anterior. En mi tiempo libre me dedicaba a la venta de cosméticos a domicilio, eso sí que me gustaba. Trabajé durante un tiempo para la firma estadounidense Mary Kay, que es una de las empresas de venta directa más importantes del mundo”.
“La idea de tener mi propio negocio, por pequeño que fuese, me motivaba muchísimo, me hacía inmensamente feliz. En ese tiempo, no dejaba de oír historias que llegaban de España de conocidos a los que les estaba yendo muy bien, negocios que triunfaban. Para nosotros el sueño americano era el sueño español. Hice las maletas y me vine. Tenía 27 años y todas las ilusiones del mundo”.
“Mi primer trabajo fue en la tienda de fotos de mi hermana. El tiempo libre lo empleaba en estudiar español en los cursos de idiomas de la Universidad de Alcalá. Me centré en trabajar y en estudiar español, no hacía otra cosa. Al año conseguí defenderme con el idioma en plan 'ahora sí puedo atender yo sola la tienda'. El idioma se aprende todos los días, siempre te haces con algo nuevo”.
"Para nosotros el sueño americano era el sueño español", Julia Zhou
“Estuve en la tienda de mi hermana dos años, pero lo dejé porque quería estudiar y formarme mejor. Seguí con el español y me matriculé en un curso para ser agente de viajes. Cuando obtuve mi licencia empecé a vender billetes de avión y a diseñar la vuelta a China por vacaciones de mis compatriotas. Así nace Viajes Mandarin, mi agencia. Me anunciaba en los periódicos de la comunidad china, internet todavía estaba en pañales”.
No transcurre demasiado tiempo hasta que en Viajes Mandarin se impone otra área de negocio: la de los chinos que quieren conocer España. “Empecé a programar tours para grupos y pronto comprobé que a un chino no le puedes tener diez días comiendo cocina española, no lo aguanta. Les llevaba a restaurantes chinos, pero la oferta no les convencía, torcían el morro”. (Risas).
"Mi conclusión fue: o lo hago yo o nadie. Detecté otro nicho de mercado", Julia Zhou
“Querían comer bien, pero encontrar casas de auténtica cocina china aquí era complicadísimo, básicamente porque la mayoría de los restaurantes estaban ya muy occidentalizados. Mis viajeros no salían contentos. Mi conclusión fue: o lo hago yo o no lo hace nadie. Detecté otro nicho de mercado”.
Así nace, en 2010, El Bund, restaurante de alta cocina china en la 'zona bien' de Arturo Soria. El Bund toma su nombre del elegante barrio francés de Shanghái.
“Gracias a la agencia de viajes me hice con algunos fondos. Tenía en mente abrir un restaurante de alta cocina y quería invertir, así que me puse a buscar local. Y encontré este chalet en la esquina entre Arturo Soria y Arturo Baldasano que, en realidad, eran dos adosados. Necesitaron una reforma absoluta; a veces pienso que habría sido mejor tirarlo todo abajo y construir desde cero”.
“Mi hermano me ayudó en todo lo que pudo. Contratamos a dos cocineros chinos estupendos: uno especializado en dim sum y pasta fresca, y el otro en platos salteados. Al principio no nos fue nada bien. El primer año, mes a mes, todo fueron pérdidas. Estábamos tan decepcionados como desesperados. En verdad, no teníamos ni idea de cómo gestionar un restaurante de estas características”.
Empezamos a hacer cositas para darnos a conocer. Salíamos a la calle ofreciendo degustaciones gratis de dim sum. Fuimos a Fitur, a través del stand de Viajes Mandarin, y también ofrecíamos dim sum a los visitantes o realizábamos demostraciones de cómo se elaboran nuestros fideos. En el restaurante empezamos a hacer cursos de dim sum a los que se empezó a apuntarse bastante gente. El segundo año de El Bund conseguimos equilibrar gastos e ingresos. El tercero empezamos a respirar”.
Otra de las columnas de Grupo Mandarin Gestión, el pequeño-gran imperio de Julia Zhou, es Sankou Asian Food, el obrador de Alcorcón, a quince kilómetros del centro de Madrid.
“La cocina de El Bund se nos quedó pequeña muy pronto; también habíamos abierto Casa Lafu, nuestro segundo restaurante cerca de Plaza de España, en la calle Flor Baja, hoy cerrado por culpa de pandemia. Casa Lafu era el restaurante de cocina china de calidad que Madrid no tenía y del que los turistas chinos salían encantados, pero con el covid los chinos dejaron de viajar —durante tres largos años— y el negocio se vino abajo. Cuando nos recuperamos decidimos abrir Kokochin, en Aravaca, un restaurante con nombre de princesa china, recetas ancestrales y guiños fusión a otras gastronomías”.
“En España no existía un obrador especializado en cocina tradicional china y asiática de calidad. En Sankou creamos a diario masas y pastas frescas que se convierten en deliciosos baos (esponjosos bollitos rellenos cocinados al vapor), watones (delicadas empanadillas de masa superfina), jiaozis (suerte de irresistibles raviolis chinos), xiao long baos (saquitos de masa rellenos de ricos caldos) y xia jiaos (dim sum de piel casi transparente). No solo cocinamos siguiendo la tradición. Nos gustan las nuevas ideas, los desafíos, como, por ejemplo, nuestros exclusivos dim sum de colores naturales”.
"Nos gustan los desafíos como, por ejemplo, nuestros exclusivos dim sum de colores naturales", Julia Zhou
¿Cuál será tu próximo paso, tu siguiente sueño pendiente? “Abrir pequeños restaurantes callejeros, locales fáciles de gestionar que ofrezcan street food del bueno a precios asequibles. En el obrador hemos creado una jiaozi de ternera con tomate y mozzarella que está impresionantemente rica, pero, de momento, no hemos conseguido que funcione en nuestros restaurantes. Lo hará, estoy más que segura; pero pienso: si tuviese mis puestitos callejeros de comida rápida, estas jiaozis de ternera serían ya un éxito”. Todo llegará.
“Con el obrador estoy yendo a las mejores ferias gastronómicas de Francia, Portugal, Inglaterra, Alemania, Holanda, Austria… Nos va muy bien, pero hay que seguir abriendo nuevos mercados, hay que seguir trabajando”.
¿Cuál es el superpoder de Julia Zhou? “Supongo que la resiliencia, me adapto a todo. Llevo veinte años en el mundo de los negocios y cuando echo la vista atrás y veo todo lo que he aprendido, todos los intentos, todos los fracasos y éxitos, todas las veces que he tenido que volver a levantarme, pienso que no habría sido posible sin mi capacidad para adaptarme. Hay que saber conquistar lo que la vida te va poniendo en el horizonte”.
¿Qué reza tu pasaporte vital? “Me siento mitad china, mitad española. Española porque he interiorizado el sistema occidental, sobre todo a la hora de hacer negocios, pero también a la hora de las relaciones sociales, de disfrutar de los amigos. Los que ya son totalmente españoles son mis dos hijos”.
¿Cuál es el secreto de tu éxito? “Trabajar duro. A la excelencia solo se llega trabajando todos los días”.
La joven Wenchun Zhou (Qingtian, 1975) eligió para sí el nombre de Julia cuando, con 27 años, aterrizó en España por primera vez. Hoy, Julia Zhou dirige dos grandes casas de comida tradicional china (Le Bund y Kokochin) y un fantástico obrador que surte de masas, pastas frescas y empanadillas chinas a algunos de los mejores restaurantes asiáticos de España, Portugal, Francia, Italia, Inglaterra, Alemania y Austria.
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