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Este desconocido pueblo de España es uno de los más bonitos del país: casas blancas, costa turquesa e integrado en el paisaje
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Este desconocido pueblo de España es uno de los más bonitos del país: casas blancas, costa turquesa e integrado en el paisaje

Este rincón del Baix Empordà demuestra que todavía es posible disfrutar del Mediterráneo más puro

Foto: Calella de Palafrugell, en la Costa Brava. Las playas son el principal reclamo turístico (Jose Luis Gallego)
Calella de Palafrugell, en la Costa Brava. Las playas son el principal reclamo turístico (Jose Luis Gallego)

En la Costa Brava, entre acantilados, pinares y calas de aguas cristalinas, se esconde uno de los pueblos más pintorescos y mejor conservados del litoral catalán: Calella de Palafrugell. Aunque no alcanza la fama masiva de otros destinos mediterráneos, este pequeño núcleo marinero de la provincia de Girona se ha ganado un lugar privilegiado entre los rincones más bonitos de España gracias a su encanto intacto y a su cuidada integración en el paisaje.

Lo primero que sorprende al visitante es su casco histórico de casas blancas y tejados rojizos, que descienden suavemente hacia el mar. Las estrechas calles empedradas, salpicadas de buganvillas y geranios, desembocan en pequeñas playas de arena dorada y calas resguardadas. La imagen de las barcas de pescadores varadas en la orilla completa una estampa que parece detenida en el tiempo.

placeholder Calella de Palafrugell es elegida como una de las joyas ocultas de Europa (Pixabay)
Calella de Palafrugell es elegida como una de las joyas ocultas de Europa (Pixabay)

La costa de Calella de Palafrugell combina la tranquilidad del Mediterráneo más auténtico con rincones de gran belleza natural. Desde la playa del Canadell hasta la cala de Port Bo, el mar se muestra en tonos turquesa y esmeralda que invitan al baño, al buceo o, simplemente, a contemplar el paisaje. Uno de los paseos más recomendables es el Camino de Ronda, que recorre los acantilados y conecta el pueblo con otras calas escondidas, ofreciendo vistas espectaculares del litoral.

Más allá de su atractivo natural, el pueblo mantiene vivas sus tradiciones. Su origen marinero se refleja en la gastronomía, donde los arroces, los guisos de pescado y los productos frescos del mar son protagonistas. Además, Calella de Palafrugell es escenario cada verano de la Cantada de Habaneras, un festival musical que reúne a miles de personas en la playa de Port Bo para escuchar canciones de raíz marinera bajo las estrellas.

El secreto de su encanto está en que ha sabido crecer sin perder autenticidad. No hay grandes hoteles ni urbanizaciones que rompan la armonía del paisaje: la arquitectura tradicional se ha preservado y el ritmo del pueblo sigue siendo pausado. Esa combinación de belleza natural, patrimonio cultural y vida tranquila convierte a Calella de Palafrugell en un lugar especial, ideal tanto para una escapada como para unas vacaciones más largas.

En tiempos donde muchos destinos costeros se han rendido a la masificación, este rincón del Baix Empordà demuestra que todavía es posible disfrutar del Mediterráneo más puro. Y aunque ya no es un secreto absoluto, Calella de Palafrugell sigue siendo ese pueblo desconocido para muchos que, al visitarlo, se convierte en inolvidable.

En la Costa Brava, entre acantilados, pinares y calas de aguas cristalinas, se esconde uno de los pueblos más pintorescos y mejor conservados del litoral catalán: Calella de Palafrugell. Aunque no alcanza la fama masiva de otros destinos mediterráneos, este pequeño núcleo marinero de la provincia de Girona se ha ganado un lugar privilegiado entre los rincones más bonitos de España gracias a su encanto intacto y a su cuidada integración en el paisaje.

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