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Natalia Palacios: la cuñada de Lequio que pone flores al barrio de Salamanca
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Natalia Palacios: la cuñada de Lequio que pone flores al barrio de Salamanca

Dejó su trabajo en un importante despacho de abogados para hacer realidad su sueño de montar Muscari, una floristería que hace las delicias de los habitantes del barrio y de clientes internacionales

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atalia Palacios recibe a Vanitatis en Muscari, la floristería que abrió en septiembre del año pasado en pleno corazón del barrio de Salamanca de Madrid. Un local coqueto decorado con espectaculares papeles pintados y un mobiliario ultimado cuidadosamente a mano por su creativa propietaria. “Me encanta que vengan a la floristería clientes que no saben lo que quieren y que salgan encantados con lo que les aconsejo. También reconozco que tengo la suerte de tener clientes muy educados y bastante parecidos a mí”.

placeholder Natalia en su mesa de trabajo preparando un ramo de flores con hortensias, su flor preferida.
Natalia en su mesa de trabajo preparando un ramo de flores con hortensias, su flor preferida.

Natalia pertenece a la familia Palacios Milla. Sus padres son Julio Palacios, un empresario automovilístico primo de la desaparecida Charo Palacios, condesa de Montarco, y Pina Milla. Tiene tres hermanos: María, casada con Alessandro Lequio, Carla y Borja. Los Palacios Milla siempre han sido una familia extremadamente discreta nada dada a aparecer en el papel cuché, al menos voluntariamente. “Somos una familia normal, muy piña. Hacemos muchísimas cosas juntos, entre ellas pasar los veranos juntos en Galicia desde niños”, cuenta Natalia con naturalidad. Reconoce que su relación con su hermana María es muy buena de siempre: “Como hermana mayor siempre ha sido muy protectora, cuando éramos pequeños estaba siempre muy pendiente de nosotros”. Aunque también, añade riendo, que siendo adolescentes tuvieron el típico roce por la ropa: “María siempre tenía más ropa, más cuidada y más bonita. Yo siempre trataba de quitársela y ¡ella no lo soportaba!”.

Mi sobrina Ginevra es simpatiquísima y no puede estar más espabilada. No sé si María y Alessandro aumentarán la familia, pero a mí me encantaría

Ahora que las dos se han convertido en madres de niños de edades parecidas (María es madre de Ginevra Lequio, que cumplirá dos años este verano, y Natalia tiene tres hijos, la pequeña de tan solo tres meses) están más unidas si cabe: “Somos muy cómplices, nos contamos todo. Y como madres hacemos muchas cosas juntas”. Natalia no puede ocultar su predilección por su sobrina Ginevra: “Es una muñeca, simpatiquísima y no puede estar más espabilada”. Le preguntamos si cree que su hermana y Alessandro ampliarán la familia y cómo es Lequio como cuñado. “A mí me encantaría que tuvieran algún hijo más, pero depende de ellos (risas). Nosotros somos cuatro hermanos… Alessandro como cuñado es genial, un tío estupendo y muy divertido. Toda la familia nos llevamos fenomenal con él”.

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Natalia dejó el año pasado un trabajo estable en un importante despacho de abogados porque sentía la necesidad de hacer un profundo cambio en su vida. Empezó a formarse como florista con varios cursos y abrió Muscari. Para una familia tan clásica como la suya, esto supuso un gran shock. “En un primer momento mi familia se asustó. No entendían cómo iba a dejar un trabajo fijo como abogada, estaban encantados de que lo fuera, y habiendo estudiado Derecho dedicarme a las flores. Pero luego cuando han visto lo feliz que soy, están encantados”. Una felicidad y plenitud que demuestra durante la entrevista atendiendo pedidos al teléfono con la mejor de sus sonrisas o hablando con proveedores para que le repongan género. “Trabajo mucho más que antes, pero me encanta y estoy ilusionadísima. No tengo mucho más tiempo para los niños que cuando estaba en el despacho, pero tengo la suerte de que la floristería está cerca de casa y me puedo escapar a verlos si no hay mucho lío. A ellos les encanta venir a verme, pero intento que vengan poco porque son muy movidos”.

placeholder Natalia Palacios en el interior del local decorado por ella misma con un exquisito gusto.
Natalia Palacios en el interior del local decorado por ella misma con un exquisito gusto.

Un agradable recuerdo

Las flores para Natalia son un recuerdo que la transporta a su infancia, al recuerdo de su familia unida y su padre transmitiéndole a ella y a sus hermanos su pasión por la naturaleza. La hortensia es su flor favorita, por los veraneos en Galicia, donde desde niñas jugaban con ellas. También recuerda con cariño el día de su pedida de mano, los nervios porque el timbre no dejaba de sonar con ramos y centros de flores y el olor grabado en su memoria de su casa ese día 

Entre sus clientes destacan habitantes y trabajadores del barrio de Salamanca, además de restaurantes, oficinas, tiendas o clínicas con los que realiza un contrato para proporcionarles flores de manera regular. También ha recibido encargos internacionales gracias al boca a boca de sus fieles clientes desde Londres, Nueva York, Chile o Dubái. “Es una satisfacción que un cliente repita y se fíe de nuestro criterio a la hora de hacer un regalo”. Sus productos más demandados son regalos para pedidas o para nacimientos, aunque ahora comienza también con ilusión a hacer bodas. “El momento más especial que he vivido fue cuando una persona me propuso que me encargara de su boda, sin haber visto ninguna boda nuestra previamente porque todavía no habíamos hecho. El hecho de que confiara en mí a ciegas para un día tan especial fue increíble”.

Dos encargos de coronas de flores preparadas para entregar a sus clientes sobre una mesa pintada a mano por la propia Natalia.

Mi familia no entendía cómo iba a dejar un trabajo fijo como abogada. Pero luego cuando han visto lo feliz que soy, están encantados

A pesar de la buena acogida que está teniendo su negocio, Natalia mantiene los pies en el suelo. Por el momento no prevé abrir más locales porque considera que su presencia es fundamental para mantener el estilo y la calidad que caracterizan a Muscari.

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Fotos: Olga Moreno

atalia Palacios recibe a Vanitatis en Muscari, la floristería que abrió en septiembre del año pasado en pleno corazón del barrio de Salamanca de Madrid. Un local coqueto decorado con espectaculares papeles pintados y un mobiliario ultimado cuidadosamente a mano por su creativa propietaria. “Me encanta que vengan a la floristería clientes que no saben lo que quieren y que salgan encantados con lo que les aconsejo. También reconozco que tengo la suerte de tener clientes muy educados y bastante parecidos a mí”.

Alessandro Lequio
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