Gina Lollobrigida cumple 91 años en plena batalla judicial con su hijo
La justicia italiana embarga algunos bienes de la Lollo, administrados por su controvertido joven asistente, al que la familia acusa de manipulador
El conflicto que mantienen desde hace cuatro años Gina Lollobrigida, su único hijo, Milko Skofic Jr., y su nieto, Dimitri, se agudiza cada día más. Ellos dicen que la diva italiana, quien cumple 91 años hoy, 4 de julio, ha perdido la razón, engañada por un joven arribista. Ella lo niega y se defiende. “Estoy absolutamente lúcida y con mi dinero hago lo que quiero”, ha vuelvo a afirmar Lollobrigida, en una entrevista difundida por la prensa italiana el pasado 25 de mayo. Pero finalmente los jueces italianos han empezado a dudar de la versión de la famosa actriz.
El enredado asunto judicial se remonta a principios de marzo de 2014. En esa fecha, Skofic, nacido en 1957 de la unión con el médico esloveno Milko Skofic, acudió ante la justicia italiana para demostrar que su madre ya no estaba en facultades para administrar sola su enorme fortuna, valorada en 36 millones de euros. La razón: la omnipresencia al lado de la Lollo de Andrea Piazzolla, un joven asistente que entró en la vida de la actriz hace siete años. Es decir, cuando ella tenía 83 y él 23.
"Mi madre necesita un administrador"
Desde entonces, Piazzolla, un desconocido hasta que se conoció su relación con Lollobrigida, se ganó poco a poco la confianza de la actriz, hasta entrar en su círculo más íntimo. Así, según la familia, el joven italiano habría logrado tener acceso a la millonaria fortuna de Lollobrigida.
“Mi madre necesita un administrador. Temo que ya no sea capaz de administrar sus asuntos por sí sola”, ha dicho reiteradamente Milko Skofic Jr. Unas acusaciones a las que, en el último año, se han añadido también las de Javier Rigau, el exmarido catalán de Lollobrigida, quien también acusa a Piazzolla. “Yo la amo desde siempre (…) Y ahora con el hijo y el nieto hemos decidido protegerla. Yo mismo fui apartado cuando Piazzolla ganó poder”, ha dicho Rigau, en una reciente entrevista.
Bienes embargados
Dicho y hecho. Los tres, asistidos por el abogado Michele Gentiloni Silverij —primo del antiguo primer ministro italiano, Paolo Gentiloni—, presentaron una nueva denuncia ante el tribunal de Roma. Una denuncia que finalmente ha llevado, en mayo, al embargo preventivo de algunas sociedades de Lollobrigida. Entre estas también está la sociedad Vissi d’Arte Srl., que administra gran parte de la fortuna de la anciana actriz y que, en los últimos años, gestionaba Piazzolla, según ha publicado el diario italiano 'Il Corriere della Sera', la principal cabecera del país.
La razón es, según la acusación, que Piazzolla es sospechoso de haber engañado a la actriz, manipulándola para que vendiese algunas de sus propiedades, en algunas operaciones que le habrían provocado un significativo daño económico. Sin embargo, una anterior demanda, presentada por el hijo y el nieto de Lollobrigida, fue desestimada por la justicia italiana en julio de 2014.
“Piazzolla llegó en 2009. Sin embargo, cuando yo estaba con ella, él desaparecía. Las cosas cambiaron cuando él la acompañó en un viaje a Estados Unidos en 2011. Después de ese viaje, [Gina Lollobrigida] empezó a distanciarse de Milko, luego se distanció de su histórica asistenta, del jardinero, todas personas queridas... El último fue su nieto”, ha contado Rigau, refiriéndose al desalojo de Dimitri en 2016 de una casa de propiedad de la actriz en la vía Appia Antica de Roma, en la que nació.
En verdad, la decisión del tribunal italiano también se ha producido después de una pericia médica, difundida en noviembre pasado por la acusación y según la cual Lollobrigida es “sana”, aunque sus comportamientos son “influenciables”. Otros exámenes, en la misma línea, la han calificado como una mujer que padece de un trastorno narcisista. Algo que, sin embargo, va en dirección opuesta al parte médico presentado por los abogados de Piazzolla, según el cual se excluye que la actriz sufra de demencia senil.
¿El enamorado catalán?
Los hechos tienen como trasfondo también el ‘feuilleton’ del presunto matrimonio de Rigau y Lollobrigida, una de las historias más sonadas de la prensa rosa en los últimos años. Todo empezó en noviembre de 2010, cuando Gina Lollobrigida y el empresario Javier Rigau contrajeron matrimonio en una ceremonia religiosa celebrada en la iglesia de San Vicente del barrio barcelonés de Sarrià.
Pero Lollobrigida no estaba y la boda se celebró con un poder firmado por ella ante un notario. Algo que acabó con una demanda presentada por la diva por estafa y falsedad documental contra Rigau, que finalmente se ha resuelto con la absolución de él en marzo de 2017. “[Casarse a través de un poder] fue una idea de Gina, para evitar a la prensa”, se ha defendido Rigau.
Según la versión del empresario catalán, la relación con su amada empezó a torcerse a finales de 2012. “En diciembre de 2012, estábamos yo y ella solos en casa cuando llegaron Piazzolla y su madre y me preguntaron si yo estaba de acuerdo en confirmar que Mirko (el hijo) la maltrataba. Les dije que todo eso era falso”, ha contado Rigau. “Poco después, tras las Navidades, [Lollobrigida] me denunció por estafa alegando que se había casado conmigo sin saberlo”, ha añadido Rigau, al sugerir que Piazzolla sería el responsable de su separación con Lollobrigida.
La respuesta
Sin embargo, la actriz, nacida en Subiaco (en las cercanías de Roma) el 4 de julio de 1927 y cuya salud ha sufrido en los últimos años, no ha cedido a la presión de su familia y se ha desligado del retrato que hacen de ella. Tanto así que, en una entrevista el año pasado —concedida al canal Canale 5 de Mediaset—, incluso acudió acompañada por Piazzolla. “Rigau me engañó. No estoy casada con él”, dijo durante ese programa de televisión, en el que habló más Piazzolla que ella.
“No es Andrea (Piazzola) quien mantiene alejado a mi hijo, sino yo. Conmigo está Andrea porque Milko no está”, dijo la Lollo, en otra ocasión. “Mi relación con mi hijo se deterioró desde hace años y no por culpa mía (…). Nunca ha aceptado trabajar conmigo. Cuando he ido a América, le he pedido que me acompañara y me ayudara porque habla idiomas y nunca ha sucedido. Siempre me ha dejado sola”, ha afirmado.
Y sobre el nuevo administrador de su patrimonio, ha dicho: “No permito que nadie ponga en discusión mis decisiones sobre la gestión de mis negocios”, afirmó, al añadir que se fía de Piazzola “como en el pasado me he fiado de otros contables”. “Llevaré al tribunal los testimonios de personas importantes que demuestran que llevo una vida activa. Salgo cuando quiero”, ha dicho. “Si hace buen tiempo, tomo el helicóptero y me voy a Cerdeña o a Ravello”, ha argumentado en una entrevista por teléfono que se interrumpió por un malestar de la actriz.
Se escribe así otro capítulo —quizá el más amargo— de la vida de este icono de la belleza mediterránea, que compartió la época de oro del cine italiano con Sophia Loren o Claudia Cardinale. Una de las protagonistas de algunas de las más conocidas película de la época, los clásicos del calado de 'Pan, amor y fantasía' (1953), 'Salomón y la reina de Saba' (1959), 'La Romana' (1954) y 'Cuando llegue septiembre' (1961).
El conflicto que mantienen desde hace cuatro años Gina Lollobrigida, su único hijo, Milko Skofic Jr., y su nieto, Dimitri, se agudiza cada día más. Ellos dicen que la diva italiana, quien cumple 91 años hoy, 4 de julio, ha perdido la razón, engañada por un joven arribista. Ella lo niega y se defiende. “Estoy absolutamente lúcida y con mi dinero hago lo que quiero”, ha vuelvo a afirmar Lollobrigida, en una entrevista difundida por la prensa italiana el pasado 25 de mayo. Pero finalmente los jueces italianos han empezado a dudar de la versión de la famosa actriz.