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Marta Ortega, entre sus dos bodas: de joven escurridiza a mujer espléndida
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LA BODA DEL AÑO

Marta Ortega, entre sus dos bodas: de joven escurridiza a mujer espléndida

La hija de Amancio Ortega se casó en 2012 ante 400 invitados entre los que no había casi nadie mediático. Ahora sonríe ante la prensa, se muestra feliz y sus invitados son famosos

Foto: Marta Ortega.
Marta Ortega.

Dicen que la juventud da arrogancia. Puede ser. Lo que es seguro es que los años suman experiencia y eso da seguridad. Se nota en los gestos. Miren si no la cara de Marta Ortega en su primera boda y en la segunda. Esa carita de niña, de sonrisa ilusionada, casi inocente, asustada incluso, que mostraba en su boda con Sergio Álvarez nada tiene que ver con el gesto de satisfacción y seguridad que ofrece en las imágenes de su enlace con Carlos Torretta.

La hija de Amancio Ortega está espléndida, más guapa que nunca y desprende una luz especial. Ese cambio se dilucida también en la ropa, la pose, incluso en la lista de invitados. ¿Cómo era y cómo es Marta Ortega? ¿En qué ha cambiado?

placeholder Marta Ortega y Sergio Álvarez poco antes de casarse, en 2012. (EFE)
Marta Ortega y Sergio Álvarez poco antes de casarse, en 2012. (EFE)

La heredera de Inditex, hija pequeña de Amancio Ortega, uno de los hombres más ricos del mundo, parecía tímida y reservada en 2012, cuando celebró su primera boda. Se casó ante unos 400 invitados y casi ninguno formaba parte del show business, ni de la prensa rosa, ni siquiera del mundo de la moda. Eran personajes cercanos a la familia y a la pareja, caras casi desconocidas. En la segunda boda ha habido una lista casi interminable de caras famosas, amigos ahora de la novia y el novio.

placeholder Carlos Torretta y Marta Ortega vestida de novia por Valentino y fotografiada por Peter Lindbergh.
Carlos Torretta y Marta Ortega vestida de novia por Valentino y fotografiada por Peter Lindbergh.

En 2012, la millonaria llegó en coche con su padre vestida con un traje firmado por Narciso Rodriguez pero confeccionado por Zara, un diseño muy clásico que acompañó con un maquillaje algo recargado, un moñito y un ramo. Nada que ver con la imagen que hemos visto estos días: un vestido de novia firmado por Valentino, rosa con bolsillos. ¡Con bolsillos! Eso es seguridad. Ha conquistado a todos. Y no solo por el vestido, también por su pose y sobre todo por su mirada. Aquí estoy yo y soy feliz, parece que nos esté diciendo. No era asi hace unos años.

placeholder Marta Ortega vestida de novia por Valentino y fotografiada por Peter Lindberg.
Marta Ortega vestida de novia por Valentino y fotografiada por Peter Lindberg.

Marta Ortega era escurridiza, casi antipática. No aparecía en ningún sarao mediático, escapaba de la prensa como gato del agua y se enfurruñaba si se daba cuenta de que le habían hecho una foto. Desde pequeña ha mamado ese perfil que su padre, a sus 82 años, todavía mantiene: muy bajo. Hubo décadas en que era difícil incluso lograr una fotografía del fundador de Inditex. Pero las cosas se fueron relajando. Los años...

placeholder Marta Ortega y Carlos Torretta. (EFE)
Marta Ortega y Carlos Torretta. (EFE)

Llegado el divorcio, sonado y complejo, Marta Ortega llegó a un momento de tranquilidad que traspasaba su mirada. Empezó a aparecer en desfiles, se la veía en citas internacionales, reía, hablaba con todos. No da entrevistas, como su padre - hasta aquí hemos llegado-, pero se deja hacer fotos y hasta sonríe a los paparazzi. Marta Ortega es ahora un icono de estilo que arrasa cada vez que aparece con un nuevo look. Y mientras no toquen a su hijo, el pequeño Amancio, todo estará en orden.

placeholder  Amancio Ortega a su llegada al Real Club Náutico de A Coruña, donde se celebra el cóctel de la boda de Marta Ortega y Carlos Torretta. (EFE)
Amancio Ortega a su llegada al Real Club Náutico de A Coruña, donde se celebra el cóctel de la boda de Marta Ortega y Carlos Torretta. (EFE)

Decíamos que todo ha cambiado, pero hay algo que siempre ha estado allí y que se puede comprobar en las imágenes de las dos bodas: el padre de la novia. Allí está siempre, entregado, emocionado, feliz y sonriente. Siempre siempre mira a su hija con amor devoto.

Dicen que la juventud da arrogancia. Puede ser. Lo que es seguro es que los años suman experiencia y eso da seguridad. Se nota en los gestos. Miren si no la cara de Marta Ortega en su primera boda y en la segunda. Esa carita de niña, de sonrisa ilusionada, casi inocente, asustada incluso, que mostraba en su boda con Sergio Álvarez nada tiene que ver con el gesto de satisfacción y seguridad que ofrece en las imágenes de su enlace con Carlos Torretta.

Boda de Marta Ortega y Carlos Torretta Amancio Ortega Carlos Torretta