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Teria Yabar, de licenciada en la Sorbona a vestir a Mariló Montero y Ana Obregón
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persiguiendo un sueño

Teria Yabar, de licenciada en la Sorbona a vestir a Mariló Montero y Ana Obregón

Estudió en la universidad de París y fue traductora y agregada de cátedra, pero prefirió cumplir su sueño y dedicarse al diseño de ropa y complementos

Foto:  Teria Yabar. (Foto: Olga Moreno)
Teria Yabar. (Foto: Olga Moreno)

Teria Yabar nunca imaginó que su ropa acabaría formando parte del armario de mujeres como Naty Abascal, Carmen Posadas, Ana Obregón, Marta Robles, Luján Arguelles, Isabel Gemio, Pastora Vega, Sandra Ibarra y Mariló Montero, entre otras mujeres conocidas. Hasta la infanta Elena recibió en uno de sus últimos cumpleaños unos pendientes comprados en su tienda del madrileño barrio de Salamanca. Por ahora, la reina Letizia no se ha puesto públicamente ninguno de los diseños que Yabar envía a Zarzuela. “A doña Sofía le mandamos unos pantalones muy bonitos, anchos, que se los ha puesto”, nos comenta.

Su ropa también la eligen mujeres emprendedoras no conocidas que utilizan sus diseños por el abanico tan amplio que ofrece. “Empecé con la bisutería porque nunca encontraba lo que me gustaba. Compraba las piezas y las mezclaba para hacerme pendientes, collares y adornos para mi ropa. Al principio solo eran las amistades porque aún tenía a mis hijos muy pequeños, y poco a poco fueron creciendo los pedidos. Me di cuenta de que era un mercado que estaba poco desarrollado y me lancé. Mis comienzos fueron abriendo una tiendita en Santander”.

placeholder  Teria Yabar. (Foto: Olga Moreno)
Teria Yabar. (Foto: Olga Moreno)

El siguiente paso tuvo que ver con una petición soberana y sobre todo con su imagen. Las clientas que le compraban sus piezas también le preguntaban por la ropa que llevaba puesta: “Me decían que dónde la compraba y al explicarles que eran cosas que yo encargaba, me empezaron a hacer pedidos”. Reconoce que su éxito puede radicar precisamente en que hay mucho surtido para las mujeres que tienen medidas reales.

El negocio va creciendo

Con el tiempo, el pequeño local se convirtió en uno más grande donde clientas que vivían en Madrid y veraneaban en el norte compraban para ellas, sus hijas y amigas. Y siempre la misma cuestión y la misma demanda. “Me decían que por qué no tenía tienda en Madrid, y llegó un momento en que me lancé y me dije: ¿y por qué no?”. Y a partir de ese momento su nombre empezó a sonar. Los estilistas y periodistas de moda se fijaron en ella y en su ropa, que además compaginaba calidad y precios razonables.

placeholder Teria Yabar. (Foto: Olga Moreno)
Teria Yabar. (Foto: Olga Moreno)

Y tuvo la idea de crear vestidos de fiesta para puestas de largo, bodas y celebraciones dirigidos a un sector joven con muy pocas alternativas en el mercado textil. “O costaban un dineral o iban todas iguales. Me preocupé por buscar telas diferentes y patrones y colores que sentaran bien. A veces un diseño muy simple llama la atención por los adornos que le coloques y por la tonalidad que elijas. Soy totalmente autodidacta. Siempre me gustó hacer cosas diferentes, que era lo que también hacía mi madre. Ella cosía y tenía mucho gusto y sensibilidad estética. De pequeñas, nosotras íbamos muy bien vestidas y nuestros disfraces eran los mejores. Mis padres emigraron a Francia en busca de una vida mejor en los años sesenta. Yo tenía cinco años cuando dejamos Santander y nos instalamos en París, donde tuve acceso a la educación pública. Me eduqué con Rousseau y Voltaire. Yo sé lo que significa ser emigrante y no ser francés como le sucedía a mis padres. Los españoles tenemos la memoria muy corta”.

Sus estudios en la Sorbona

Al terminar sus estudios secundarios quiso matricularse en una escuela de diseño, pero en aquel momento no se consideraba nada serio. Hizo caso a sus padres y empezó en la Sorbona, la universidad más prestigiosa de París. Se licenció en Lenguas Extranjeras Aplicadas. Volvió a España para presentarse a las oposiciones de agregada de cátedra y a la vez obtener el título de traductora oficial. Al ser hija de emigrantes españoles le convalidaron los estudios, pero necesitaba hacer una tesis: “Mi trabajo versó sobre la Maragatería. Vivía en León, con mi novio, y me pareció un tema original”.

Ya no volvió a París y se quedó en España por amor. Se casó, tuvo a su hija, después llegó el hijo y al tener la plaza de agregada la destinaron primero a Almadén y después a León.

placeholder Recuerdos y fotografías en casa de Teria Yabar. (Foto: Olga Moreno)
Recuerdos y fotografías en casa de Teria Yabar. (Foto: Olga Moreno)

Su historia académica se complicó por cuestiones burocráticas: “Mientras se solucionaba (que se solucionó), no me podía quedar parada y abrí una tienda. Compraba la ropa en París y la vendía en León. En aquel momento, yo no diseñaba y tuve un éxito tremendo con los trajes de chaqueta, que no era una prenda habitual en los años 80”. Con dos oposiciones ganadas, se dio cuenta de que no quería pasarse toda la vida dando clases.

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Teria Yabar. (Foto: Olga Moreno)

Su punto de inflexión fue al abrir su tienda en el barrio de Salamanca. Los estilistas empezaron a contactar con ella para pedirle sus cosas. Los periodistas de moda se percataron de su presencia y el nombre de Teria Yabar fue poco a poco escalando en los medios especializados y después en los generalistas. Marcó tendencia con los collares XXL que encargaba a China y que hicieron furor entre sus clientas: “Fueron mi talismán”, explica esta empresaria diseñadora que tiene setenta nóminas fijas todos los meses más un listado importante de proveedores y colaboradores. Precisamente pensar que puede llegar otra crisis como la de años pasados le quita el sueño. Tiene tiendas propias en Santander, Coruña, Bilbao, Vitoria, León, Malaga, Valencia, Sevilla, Córdoba, Zaragoza, Valladolid y franquicias en otras siete provincias y en Italia.

Teria Yabar, licenciada en la Sorbona, traductora, agregada de cátedra, con dos oposiciones ganadas, prefirió cumplir su sueño y dedicarse al diseño de ropa y complementos.

Teria Yabar nunca imaginó que su ropa acabaría formando parte del armario de mujeres como Naty Abascal, Carmen Posadas, Ana Obregón, Marta Robles, Luján Arguelles, Isabel Gemio, Pastora Vega, Sandra Ibarra y Mariló Montero, entre otras mujeres conocidas. Hasta la infanta Elena recibió en uno de sus últimos cumpleaños unos pendientes comprados en su tienda del madrileño barrio de Salamanca. Por ahora, la reina Letizia no se ha puesto públicamente ninguno de los diseños que Yabar envía a Zarzuela. “A doña Sofía le mandamos unos pantalones muy bonitos, anchos, que se los ha puesto”, nos comenta.

Ana Obregón Mariló Montero