Arantxa Sánchez Vicario, en crisis económica: encuentra un trabajo en la India
La tenista se ha declarado arruinada en varias ocasiones y no puede vivir solo de dar clases de tenis. Hace unos días fue anunciada como asesora de una carrera en Bengaluru
Arantxa Sánchez Vicario está en crisis personal y económica. Quería que la Justicia americana fuera la encargada de dirimir las condiciones de su divorcio porque considera que su todavía marido, Josep Santacana, se ha quedado con su patrimonio. Empresas, propiedades, acciones… Además, en EEUU no se tendrían en cuenta las capitulaciones matrimoniales que firmaron antes y después de casarse, por las que ambos renuncian a pedir contraprestaciones económicas a la otra parte.
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Pero la corte de Miami se ha declarado incompetente, por lo que las aspiraciones de la extenista han quedado en saco roto. Un mal momento económico, otro, que la obliga a ponerse las pilas para lograr más ingresos. En este escenario, la campeona ha encontrado un nuevo trabajo.
Además de dar clases de tenis en un club de la ciudad americana en la que reside y de ser comentarista en algunas televisiones, es desde hace unos días asesora de una empresa asociada a la IAAF (International Association of Athletics Federations). El trabajo de la extenista consistirá en contar su historia deportiva a los participantes de una carrera de 10 kilómetros en Bengalaru, India, para animarles y darles impulso.
"Es muy emocionante"
“Correr ha jugado siempre un papel muy importante en mi carrera -declaró la tenista al recibir el encargo- y creo que es la mejor manera para mantener el cuerpo y la mente en solfa. El deporte tiene la ventaja de que conecta a diferentes comunidades más allá del espíritu competitivo, de implementar un sentido del orgullo a todos y de celebrar los logros”. Para Sánchez Vicario, este nuevo trabajo “es muy emocionante”. Su relación con la India empieza con este primer paso, aunque espera que sean más. “Estoy muy contenta de poder estar allí con todos los corredores, en primera línea, y contagiarme de su energía”.
“Su presencia inspirará a los corredores, es un gran orgullo tenerla entre nosotros”, dijo Vivek Singh, director de Procam International y Tata Gold Label, empresas indias para las que trabaja ahora la tenista y que cuentan con el apoyo de la IAAF, la Federación Internacional de Atletismo. La carrera en la que Sánchez Vicario estará presente se celebra el 19 de mayo en esta ciudad india y será la primera de otras muchas, según dicen desde la organización.
Desde que se retiró, la extenista ha vivido un calvario judicial, primero con sus padres y después con su marido, lo que ha minado su patrimonio. Cuando se casó, realizó un repaso de sus bienes y en el documento que se elaboró entonces se contaron 30 millones de euros entre propiedades y dinero. Pero poco a poco se fue desprendiendo de sus propiedades y en 2012 se declaró arruinada. Culpó entonces a su padre, a quien responsabilizó de gestionar mal su patrimonio.
Batallas judiciales
Ahora, en pleno proceso de divorcio de Santacana, es a él a quien culpa de la desaparición de sus bienes. Sea como sea, la extenista tiene pendiente el proceso judicial más duro de su vida contra el Banco de Luxemburgo, entidad que presentó una querella contra ella y su marido por una deuda de más de siete millones de euros. El banco la acusa además de alzamiento de bienes por vender sus propiedades en pleno proceso judicial.
Su marido la responsabiliza a ella y asegura que tiene que pagarle hasta las letras de coche, además de la manutención de los dos hijos que tienen en común y de sus seguros médicos privados (muy caros en EEUU).
En estos momentos, la situación de Arantxa preocupa a su familia. La ven “perdida, sola y lejos”, según dicen a Vanitatis desde su entorno. La ganadora de 14 Grand Slam es ahora una mujer que tiene que dar clases de tenis a niños para poder costearse su vida y que busca salidas económicas a su laberinto financiero. Por ejemplo, como asesora de una carrera de 10 kilómetros en la India.
Arantxa Sánchez Vicario está en crisis personal y económica. Quería que la Justicia americana fuera la encargada de dirimir las condiciones de su divorcio porque considera que su todavía marido, Josep Santacana, se ha quedado con su patrimonio. Empresas, propiedades, acciones… Además, en EEUU no se tendrían en cuenta las capitulaciones matrimoniales que firmaron antes y después de casarse, por las que ambos renuncian a pedir contraprestaciones económicas a la otra parte.