Arantxa Sánchez Vicario quiere saldar cuentas: pide perdón a su hermano Javier

Ha tenido que pasar un año para que Arantxa Sánchez Vicario pida disculpas públicas a parte de su familia y entorno. Era Javier Sánchez Vicario, uno de sus hermanos, quien más ofendido estaba por la falta de contacto con la tenista cuando estalló la noticia de su divorcio de Josep Santacana. A él le había acusado de haberse apropiado de parte de su fortuna y a él le había demandado ante los tribunales por este motivo. También su abogado desde niña, Bonaventura Castellanos, fue una de las ‘víctimas colaterales’ del duro enfrentamiento que inició la campeona con su familia.

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Tras sufrir el abandono de Santacana, Sánchez Vicario volvió a casa, cual hijo pródigo, y fue acogida por su hermano Emilio y por su madre. Pero las relaciones con Javier y con Castellanos siguieron en una especie de 'stand by'. Esperaban una disculpa pública que nunca llegaba. Hasta que Arantxa ha dado una entrevista en ‘¡Hola!’ y ha dicho lo que querían oír desde hace tiempo.

¿Qué ha dicho?

“Aprovecho la pregunta para explicar que lo que le hice a mi hermano Javier, influenciada por gente de mi alrededor, no tiene nombre”, ha declarado la tenista. “Es normal que no quisiese saber nada. Le hice mucho daño públicamente y, desde aquí, aprovecho para pedirle disculpas. Ojalá que le dejen tranquilo y no le nombren más cuando hablen de mí. No se lo merece. También aprovecho para disculparme con Bonaventura Castellanos, al que también acusé y ahora me doy cuenta del error que cometí”.

Son muchas las cuentas que quiere y debe saldar Arantxa y la entrevista en ‘¡Hola!’ es un primer paso. “Por fin”, dicen a Vanitatis algunos de los afectados, quienes aparecían además en un artículo publicado por este medio en el que se señalaban los nombres de las personas con quienes la tenista nunca había logrado hacer las paces.

No ha habido llamada

Ahora, con las cosas claras sobre su relación con Santacana, parece que ha emprendido un camino de no retorno y que, al final, logrará el perdón de todos. Aunque una llamada de teléfono, incluso una reunión cara a cara, sería lo más apropiado para ellos.

Hay que tener en cuenta que el enfrentamiento entre Arantxa, su hermano Javier y su abogado Castellanos, quien ejerció como un segundo padre para la tenista, especialmente en todo el ámbito legal (y tuvo varias cuestiones peliagudas antes de llegar a la actual situación), llegó a los tribunales.

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En 2015, cuando la tenista cerraba su guerra judicial con sus padres a través de un acuerdo privado, se olvidó de la querella que había presentado contra su hermano y su abogado. Pero ellos no olvidaron tan fácilmente. Ante este lapsus, Castellanos demandó a la tenista para intentar restablecer su honor.

Ahora, tras los “duros golpes” a los que se ha enfrentado la extenista, parece que vuelve a mirar a casa con perspectiva. Ha necesitado un año, decíamos, pero finalmente ha pedido el perdón largamente esperado.