Sara Carbonero, un filón publicitario (y más desde que vive en Oporto)

"Que tu cara ocupe una lona de 40 metros de ancho por 30 de alto y otras cosas a tachar de la lista de 'deseos con poca probabilidad de hacerse realidad pero que alguna vez imaginamos". A veces, ni la propia Sara Carbonero se cree su propio personaje. La periodista escribió esto después de que El Corte Inglés colgara un anuncio de maquillaje de L'Oréal Paris en la fachada de uno de sus centros comerciales en Madrid. Su cara en trescientas dimensiones. Carbonero sigue cultivando esa sensación de asombro perpetuo, pese a que lleva desde el año 2010 siendo personaje imprescindible para los medios.

Periodista, influencer, diseñadora, escritora, marcadora de tendencias y protagonista de los medios de comunicación por su matrimonio con el portero del Porto, Iker Casillas. Sara Carbonero reúne todas esas cualidades de cara al público, lo que la hace "mediáticamente muy interesante para los medios", tal y como explican en Personality Media.

La consultora realiza una macroencuesta cada seis meses para valorar el potencial de los famosos como prescriptores publicitarios, en base a diversas variables. Según ellos, ese interés por Sara deriva de que es "la mujer de alguien muy relevante en el mundo del deporte en España". Pero también "por haberse dado a conocer desde un inicio como periodista y presentadora, lo que le ayudó a tener un mejor crecimiento a nivel de imagen. De hecho, no existe en España una mujer de ningún otro deportista tan conocida como ella".

En la actualidad, Carbonero presta su imagen a la citada L'Oréal Paris, a los calzados Popa y a Calzedonia. Además, ha diseñado colecciones de gafas de sol para Polaroid, de joyas para Agatha Paris, colabora con Unicef, escribe ocasionalmente en 'Elle' y ha vuelto al trabajo en Deportes Cuatro. También sigue adelante la web multimarca que tiene a medias con Isabel Jiménez, Slow Love.

La decisión de acompañar a Iker Casillas a Portugal sacrificando su propia carrera en el periodismo deportivo no fue una decisión especialmente estratégica. Y sin embargo, le ha beneficiado, según los datos que maneja la consultora. "El interés por ella ha aumentado en cuanto hemos dejado de tener tantas referencias o noticias de la pareja al vivir fuera del país. De ahí que cada vez que ha vuelto a aparecer públicamente ha generado más interés del habitual".

La consultora insiste en este punto: "Desaparecer de la presión mediática al salir al extranjero y el hecho de que buena parte de las noticias que llegan sobre ella estén centradas en su entorno familiar le han ayudado a mejorar mucho su imagen estos últimos años". A pesar de llevar varios años fuera del 'prime time' de la pequeña pantalla, "goza de un 93% de conocimiento, lo que la sitúa como la décima presentadora de televisión" más popular del país.

Dentro de ese sector, el de las presentadoras de televisión, la consultora explica que es la número uno en "marcar tendencia", la sexta en "atractivo" y la séptima en "elegancia". "Sin duda esta imagen es muy afín a todo el entorno de moda publicitaria". Lo sabe y lo ha explotado a lo largo del tiempo.

Carbonero cuida su imagen, que es su modus vivendi. A lo largo de los años, la ha prestado a la firma portuguesa de pantalones vaqueros Salsa, a Johnson's, los autobronceadores Piz Buin, los vinos Protos, los champús y acondicionadores de Pantene, las sandalias de Ipanema, Women'Secret, chocolates Valor, las marcas de coches Ford y Subaru, los relojes Lotus y hasta los cereales Special K.

Todas estas colaboraciones las canaliza a través de su empresa Recuerdos de Sudáfrica SL, constituida precisamente en el año 2010, tras su explosión mediática. En 2017 declaró unas ventas en el Registro Mercantil de medio millón de euros, aunque aún no están disponibles los datos de 2018.

Sara es, y seguirá siendo en cuanto se recupere, un filón publicitario.