Un rincón con vistas a la sierra: la casa donde Dani Rovira se ha recuperado
El actor ha retomado su vida profesional tras superar el linfoma de Hodgkin que le fue diagnosticado, un reto que ha vivido desde un pueblo de la sierra de Guadarrama de poco más de 7.000 habitantes
No es fácil en estos tiempos bipolares en que todo se lee en blanco o negro encontrar un personaje público que caiga bien a todo el mundo. Esa empatía generalizada la ha conseguido el actor malagueño Dani Rovira, uno de esos profesionales de la interpretación a los que todo el mundo quiere tener cerca. El cómico está preparando estos días su vuelta oficial al trabajo tras el parón por su enfermedad y por el coronavirus. En septiembre tiene previsto empezar el rodaje de 'Mediterráneo', de Marcel Barrena, en la que se narrará la historia real de los inicios de la ONG Open Arms y cómo los voluntarios dejaron sus respectivos trabajos para ayudar a los inmigrantes de Siria y África. Él interpretará a Oscar Camps, el fundador de la organización, en un proyecto que le tiene especialmente motivado. Aunque es verdad que en este tiempo Rovira no ha parado del todo, y ha seguido dando pinceladas de su trabajo en Podium Podcast y en Instagram.
"Hace una semana que me lo han diagnosticado, aunque llevaba ya meses arrastrando cierto cansancio y malestar. Si decido hacer esto público es porque, para lo bueno y para lo malo, soy un personaje público. Y antes de que comience el circo de especulaciones y sensacionalismo en cierta prensa y en redes sociales, prefiero ser yo la fuente principal de información. Tengo cáncer. Ya tiene nombre y apellidos: Linfoma de Hodgkin. Hoy es mi primer día de quimio y por delante una larga lucha contra el 'bicho'. No tengo miedo". El pasado 25 de marzo, en pleno confinamiento por la pandemia, el actor hizo público este mensaje en sus redes sociales. Ahora, acaba de confirmar que está recuperado.
El actor ha vivido esta travesía vital en su casa de la sierra, un refugio que adquirió (según una información de 'El País') hace un año para pasar el tiempo libre que le dejaba su trabajo y que se ha convertido en su lugar en el mundo. El pueblo donde vive apenas supera los 7.000 habitantes y forma parte de la red de municipios que se encuentran dentro del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. A los pies de La Maliciosa, una de las cumbres más míticas del montañismo madrileño, Rovira ha compartido con sus seguidores los atardeceres, las caídas de sol y los paisajes de un lugar privilegiado donde ha podido pasar casi desapercibido. Solo un fotógrafo de una agencia pudo captarle a él y a la actriz Clara Lago al principio de la pandemia, acumulando víveres para aprovisionar su casa.
La casa no es muy grande, cuenta con una zona verde para los perros de Rovira y un horizonte despejado. Chimenea, suelos rústicos, un sofá a prueba de canes y mucha tranquilidad. Junto a él ha estado buena parte del tiempo Clara Lago, aunque ella sí ha salido por motivos laborales y para hacer alguna escapada de verano. Rovira no ha querido arriesgar y ha permanecido en la sierra madrileña también estos días.
El actor malagueño cuenta con otra casa en la capital, una buhardilla en la zona de Embajadores donde el confinamiento hubiera sido mucho menos llevadero y no hubiera podido aplaudirle a las vacas (como sí hizo con sentido del humor en el pueblo guadarrameño). Su rutina en la montaña ha incluido muchos paseos por las dehesas de encina con sus perros y mucho deporte para sobrellevar el tratamiento, mejor al caer el sol. De todo ello ha dado fe en las redes sociales, donde siempre ha mostrado una honestidad con su enfermedad muy poco habitual en un actor que hasta la fecha no había querido hablar demasiado de su vida privada.
"Hoy es el primer día del resto de mi vida. ¡Estoy curado! Todo acaba y todo empieza hoy. Seis meses de subida a una de las montañas más duras a las que me he enfrentado, pero al fin llegué a la cima y, creedme, las vistas desde aquí son preciosas y reveladoras. Nunca terminaré de agradecer a todas las personas (familia, personal sanitario, amigos, conocidos y desconocidos) que, de una manera u otra, han aliviado y ayudado en mi subida a esta gran escarpada. El ser humano es, de raíz, maravilloso y he podido comprobarlo. Gracias, compañera, por compartir el peso de la mochila, los avituallamientos y por estas irrepetibles vistas. Gracias por la luz en la noche y la silla en el camino. Y por no soltarme... Va por todos los que siguen subiendo cordilleras, y por todos los que, a pesar de darlo todo, no lo consiguieron. Estoy enamorado de la vida. No soy mejor que nadie pero de lo que estoy seguro es de que el Dani que ha llegado a la cima es infinitamente mejor que el que hace un año andurreaba por llanuras sin importancia. Y va por ti, querido amigo, héroe y profeta. Gracias por guiarme, Pablo. Tu mensaje y tu lucha sigue más presente que nunca". Quién mejor que él para describir el 'subidón' tras las buenas noticias, una alegría compartida por tanta gente cuyo respeto se ha ganado para siempre.
No es fácil en estos tiempos bipolares en que todo se lee en blanco o negro encontrar un personaje público que caiga bien a todo el mundo. Esa empatía generalizada la ha conseguido el actor malagueño Dani Rovira, uno de esos profesionales de la interpretación a los que todo el mundo quiere tener cerca. El cómico está preparando estos días su vuelta oficial al trabajo tras el parón por su enfermedad y por el coronavirus. En septiembre tiene previsto empezar el rodaje de 'Mediterráneo', de Marcel Barrena, en la que se narrará la historia real de los inicios de la ONG Open Arms y cómo los voluntarios dejaron sus respectivos trabajos para ayudar a los inmigrantes de Siria y África. Él interpretará a Oscar Camps, el fundador de la organización, en un proyecto que le tiene especialmente motivado. Aunque es verdad que en este tiempo Rovira no ha parado del todo, y ha seguido dando pinceladas de su trabajo en Podium Podcast y en Instagram.