10 años sin Augusto Algueró: sus amigos famosos nos hablan sobre el genio músico
Genio, virtuoso, galán, coqueto, atractivo... Amigos de distintas generaciones, como Concha Velasco, Massiel o Ramoncín, destacan la figura de un hombre que les marcó
Tal día como hoy, hace diez años, decíamos adiós a Augusto Algueró, no solo uno de los compositores y arreglistas más prolíficos de nuestro país, sino el responsable de cientos de conocidísimas canciones que se han convertido en eternas, presentes hoy en la memoria de todos.
Su talento se apagó para siempre pero quedó impregnado en multitud de piezas que han dejado patente que fue un genio. A él le debemos canciones como ‘Penélope’, ‘Te quiero, te quiero’, ‘Noelia’, ‘Tómbola’, ‘Chica ye-yé’, ‘Estando contigo’, ‘Chiquitina’, entre muchas otras, ya que de su mano nacieron más de 500 canciones y cerca de 200 bandas sonoras para el cine y la televisión.
No cabe duda de que fue "una de las figuras más importantes de la música popular de todos los tiempos", tal y como rezaba el comunicado que la Sociedad General de Autores y Editores emitió en el momento de su fallecimiento.
"La música es el lenguaje más universal que existe y a ella le he entregado mi vida entera", declaró en 2005 al recibir el Premio de Honor de la Academia en reconocimiento "a su brillante trayectoria”.
Algueró se convirtió en el músico de referencia de las grandes estrellas del momento. Nino Bravo, Marisol, Mari Trini, Raphael, Serrat, Ana Belén, Concha Velasco... todos sabían que una canción de Algueró en sus voces era garantía de éxito.
Concha Velasco, en concreto, fue la artista para la que más partituras compuso Algueró, algo de lo que presume con gran orgullo. Su relación fue más que estrecha. Concha afirma que Algueró ha sido una de las personas más importantes de su vida: "Yo conocí a Augusto Algueró en el conservatorio de la calle San Bernardo cuando vine a vivir a Madrid, porque yo estudiaba allí ballet clásico, español y solfeo. Él estudiaba piano. Era un virtuoso. Fuimos amigos desde entonces, desde que yo tenía 14 o 15 años. Augusto Algueró ha escrito para mí más que para nadie. Ha sido para mí tan importante en mi vida o más que mi familia. Me ha compuesto todas las canciones: 'Mamá quiero ser artista', todo lo que yo he hecho con Navarrete en TVE, todos los fines de año en TVE, 'Viva 85', 'Viva 86', 'Viva 87'... Ha escrito para mí más partituras que para todas las demás. Nos queríamos tanto... Era tan culto, tan inteligente, tan gran músico...", afirma a este medio.
"Augusto para mí era el Cole Porter español, el músico más importante de España, pero creo que entre su vida privada y que políticamente tampoco fue muy entendido y querido, yo creo que no ha sido tan bien tratado como se merecía. A mí me llamó Fernando Navarrete para hacer un programa en TVE y yo dije que tenía que ser con Augusto Algueró. Me dijeron que Algueró estaba prohibido y yo le dije que si no era con él, no lo hacía. Así trabajó conmigo en 'Viva el espectáculo'. Creo que aún no se le ha hecho el homenaje que se merece", añade.
Massiel fue otra de las artistas que lo conoció y admiró: “El padre de Augusto Algueró, que también era músico y guapo como un galán de cine, tenía una editorial en la calle Carmen. Allí empecé yo con un pianista a ensayar canciones cuando era muy pequeña. Ahí fue donde yo conocí a Augusto Algueró junior, el que luego se convirtió en marido de Carmen Sevilla. Fue un músico excepcional y un gran compositor. Por actos sociales de la época, yo trataba mucho a personas como él o como Carmen, por mi padre”, recuerda.
Si codearse con todos los grandes artistas y contar con un gran prestigio lo convirtió en una figura muy presente en el papel cuché, con su boda en 1961 con la popular Carmen Sevilla, la atracción mediática creció aún más.
“En la época en la que gané Eurovisión, Carmen Sevilla era muy fan y me llamaba siempre. Era muy cercana. Madrid era más pequeño en aquella época. Los artistas no eran los famosos de ahora que salen por la tele sino que se relacionaban unos con otros. Por las amistades que tenía mi padre, yo tenía trato con personas más mayores que yo pero de las que aprendí mucho”, nos cuenta Massiel.
El matrimonio entre Carmen Sevilla y Augusto Algueró acabó diez años después de la boda. A él se le achacaba una larga lista de conquistas extramatrimoniales. La pareja se desgastó pero fruto de ella nació su hijo Augusto Algueró, que fue apadrinado por Marisol y el Cordobés.
Algunos conocidos de la pareja hablan de los celos de Carmen Sevilla ante la actitud mujeriega de su marido. Cierto o no, lo que sí es seguro es que con Concha Velasco nunca tuvo motivos para enfadarse, según nos aclara esta última: "Como hombre no me gustaba. Era admiración y cariño mutuo. Éramos como hermanos. Cuando estábamos en el estudio que tenía en Madrid, entraba Carmen, que era muy celosa, y yo le tenía que decir que no, que no, que no pasaba nada. Y era verdad. Augusto y yo nunca tuvimos nada. Fuimos muy grandes amigos. El día antes de casarse con Carmen cenamos juntos los dos porque teníamos una grandísima amistad. Yo le dije que no debía casarse con Carmen porque yo sabía que tenía otras novias. Pero él me dijo que estaba enamoradísimo de Carmen. "La quiero tanto que me voy a casar con ella", me dijo. Era muy coqueto, pero jamás lo fue conmigo. Por el siento la admiración más profunda. Nos hemos ayudado mutuamente. Para mí es una de las personas más importantes de mi vida. Yo le presenté a su segunda mujer, Nacha, en un programa de Hermida en las mañanas de TVE 1. Ella era una gran periodista y muy amiga mía. Yo estaba con Augusto porque él siempre me ha acompañado con el piano. Se enamoraron y ya no se separaron nunca. Hasta el último momento de su vida estuvo con Nacha"..
Massiel nos confiesa que “cuando Carmen se separó de Augusto, ella lo pasó muy mal. Íbamos a muchos sitios juntas, porque hubo un momento que coincidimos con un manager, el primero que tuvo Julio Iglesias, que era Enrique Herreros junior. Algueró era un músico excepcional y un pianista estupendo. Era muy simpático. También era un hombre con mucho atractivo. Tenía mucho éxito con las mujeres. Eso te lo podría contar mejor su segunda mujer, su viuda, Natividad Benito (Nacha), un encanto de persona. Carmen Sevilla también lo supo bien. Era un galán y un conquistador, además de un musicazo”.
Nacido el 23 de febrero de 1934 en Barcelona, Algueró perdió la vida en su casa de Torremolinos, mientras dormía. Tenía 76 años. Su legado es uno de los tesoros más preciados que hoy puede tener el mundo de la música. Marcó a varias generaciones y sigue presente en las nuevas.
Ramoncín es la prueba de que el talento de Algueró le marcó siendo pequeño y su admiración hacia él perduró toda la vida: "Yo, como una gran parte de los españoles de mi generación, conocí a Augusto Algueró en la televisión de aquellos tiempos. Era habitual en ella, dirigía las orquestas y no solo eso, sino que actuaba muchas veces como arreglista o como compositor de las partes sinfónicas de los temas de grupos y de solistas que nos interesaban. Con el tiempo nos conocimos personalmente. Compartimos algunas reuniones en la Sociedad de Autores y nos llevábamos muy bien. Augusto y yo tuvimos una conexión estupenda, nos entendimos perfectamente, dos personas de distintas generaciones. Yo le decía: "Augusto, yo te veía cuando era un crío", recuerda el cantante en declaraciones a este medio.
"Era muy curioso para mí tener una relación con alguien a quien había visto y admirado tanto porque era un excelente compositor y director de orquesta extraordinario. Un autor muy importante. Luego pasé de recordarlo como aquel señor que veía en la tele en blanco y negro a recordarle como el amigo en el que se convirtió durante unos cuantos años en los que nos vimos con bastante asiduidad. Se le echa de menos", ñade Ramoncín.
El legado de Algueró es inmenso, pero parece que incluso, después de su muerte, dejó proyectos en el tintero, como el que Concha Velasco recuerda: "El día que murió, habíamos quedado en vernos porque yo le había pedido que me escribiera una nueva función. Él estaba escribiendo un Don Juan Tenorio musical y yo le había pedido la partitura. Yo creo que la partitura la debe tener su hijo".
Tal día como hoy, hace diez años, decíamos adiós a Augusto Algueró, no solo uno de los compositores y arreglistas más prolíficos de nuestro país, sino el responsable de cientos de conocidísimas canciones que se han convertido en eternas, presentes hoy en la memoria de todos.
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