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Un año sin Julio Anguita: discotecas, María Teresa Campos y la tragedia de su vida
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MURIÓ A LOS 78 AÑOS

Un año sin Julio Anguita: discotecas, María Teresa Campos y la tragedia de su vida

Reconocía que era un 'bailón' y lo daba todo en las pistas de las discotecas. Con María Teresa Campos protagonizó un inolvidable pasodoble

Foto: Julio Anguita. (EFE)
Julio Anguita. (EFE)

Este domingo 16 de mayo se cumple un año de la muerte de Julio Anguita, quien perdió la vida tras no poder superar la parada cardiorespiratoria que sufrió días antes y por la que permaneció ingresado en la UCi del Hospital Reina Sofía.

Fue un político atípico tanto en su condición de diputado en Madrid y Sevilla como ejerciendo de alcalde en Córdoba.

Decía, y así lo repetía cuando le entrevistaban, que él era un funcionario que tenía de jefes a todos los españoles, le votaran o no, y por lo tanto tenía que trabajar para que esos empleadores le renovaran el contrato.

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Cuando no fue así, volvió a su profesión de docente, que era lo que más le gustaba. Renunció a la pensión de jubilación como diputado y vivió de la retribución de educador. Dejó la política activa y volvió a sus clases, a sus reuniones literarias y a su vida lúdica con sus amigos y su familia.

Le gustaba salir al campo y sobre todo bailar. Más de una vez los clientes de discotecas de Madrid o Córdoba se quedaban impresionados cuando reconocían al “califa” (que así le llamaban) en medio de la pista.

placeholder Julio Anguita atiende a la prensa en una imagen de archivo, en 2016. (EFE)
Julio Anguita atiende a la prensa en una imagen de archivo, en 2016. (EFE)

Él mismo lo reconocía en las entrevistas más personales: “Soy un ‘bailón’. Pertenezco a la era del pick-up y lo mismo me muevo con Travolta, que con el Dúo Dinámico o con el rock de Miguel Ríos. Los que no me conocen se sorprenden cuando me ven en una discoteca. Nunca me he ocultado. Me va la juerga”.Efectivamente, era habitual de los conciertos tanto de los clásicos, tipo Serrat y compañía, como de grupos alternativos.

El Anguita televisivo

No ponía pegas para las entrevistas y acudió en varias ocasiones al programa matinal ‘Día a Día’ que dirigía María Teresa Campos. Había un espacio que se llamaba 'Su señoría es persona' donde se mostraba el aspecto más humano con fotos e imágenes cedidas por el personaje. Una de las veces se marcó un pasodoble en directo con Teresa Campos. Fue uno de los días memorables, igual que cuando Alfonso Guerra se liquidó una tableta de chocolate también en directo.

En una ocasión llevó de regalo al plató una caja de dulces caseros que se llamaban ‘Manoletes’. Los hacía una vecina ya mayor y decía que era una manera de darle vidilla a la abuela.

placeholder María Teresa Campos. (Movistar)
María Teresa Campos. (Movistar)

Cada vez que se le llamaba para un tema de actualidad solía responder aunque no tuviera que ver totalmente con el mundo de la política. El único problema era que al tener en su ADN el gen del docente se explayaba durante más tiempo del previsto.

Anguita llegaba solo a la cadena, sin la parafernalia de jefes de prensa, asesores y escoltas. Sí que le acompañaba el chofer y mientras fue alcalde viajó en el coche oficial con banderín para actos oficiales.

Contaba en las entrevistas que tuvo muchos problemas con los responsables del ministerio del Interior porque no quería llevar escolta. Le parecía que no podía tener a unas personas pendientes de su ocio. “Cada vez que quiero salir, ir a un bar, al campo, a la casa de amigos, me tiene que acompañar un policía y dije que no. Uno puede entregar parte de su vida a una ideología, a una causa, pero la libertad personal no tiene precio”.

placeholder Julio Anguita en una imagen de archivo. (EFE)
Julio Anguita en una imagen de archivo. (EFE)

El acuerdo fue llevar un revolver que solo tuvo que sacar en una ocasión, cuando unos ultras le pararon en la calle Goya una semana antes del 23-F para que cantara el Cara al Sol.

Su familia y la tragedia de su vida

El que fuera secretario general del PCE quiso ser militar como su padre. Se preparó durante unos meses para ingresar en la Academia pero no entró. Fue entonces cuando estudió magisterio y se hizo maestro, su verdadera vocación. Lo dejó en abril de 1979 para tomar posesión como alcalde y volvió en el 2003 al abandonar la política para dar clases de Historia en el instituto Blas Infante de Córdoba.

Allí conoció a la que sería su segunda mujer, Agustina Martín. El exalcalde tenía 66 años y la novia 53 cuando decidieron casarse. Lo hicieron en el salón de plenos del Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo, de donde era Agustina.

La gran tragedia de su vida fue la muerte de su hijo. Julio A. Parrado cubría la información de la guerra de Irak para el periódico El Mundo. Un misil acabó con su vida.

placeholder Julio Anguita durante la entrega del Premio Internacional de Periodismo 'Julio Anguita Parrado'. (EFE)
Julio Anguita durante la entrega del Premio Internacional de Periodismo 'Julio Anguita Parrado'. (EFE)

Cuando recibió la noticia, Anguita tenía previsto intervenir al día siguiente de la tragedia en un acto organizado por la Unidad Cívica Republicana en Getafe (Madrid). El padre emocionado y destrozado tras confirmarse la noticia se dirigió al público: "Mi hijo mayor, de 32 años, acaba de morir cumpliendo sus obligaciones de corresponsal de guerra. Hace 20 días estuvo conmigo y me dijo que quería ir a la primera línea. Los que han leído sus crónicas saben que era un hombre muy abierto y buen periodista. Ha cumplido con su deber y yo por tanto voy a dirigir la palabra para cumplir con el mío".

Este domingo 16 de mayo se cumple un año de la muerte de Julio Anguita, quien perdió la vida tras no poder superar la parada cardiorespiratoria que sufrió días antes y por la que permaneció ingresado en la UCi del Hospital Reina Sofía.

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