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La amiga española de Vivien Leigh nos habla de su subasta y el misterio de su joya perdida
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ESTA TARDE

La amiga española de Vivien Leigh nos habla de su subasta y el misterio de su joya perdida

Se llama Elvira Clara Bonet, vive en Barcelona y vio a la estrella de 'Lo que el viento se llevó' en dos ocasiones. Su relación epistolar le hizo acumular una infinidad de objetos que ahora ha puesto a subasta

Foto: Vivien Leigh. (CP)
Vivien Leigh. (CP)

19 de febrero de 1965. Vivien Leigh acaba de regresar a su casa de Londres tras el rodaje de ‘El barco de los locos’, que ha tenido lugar en Estados Unidos. Una apacible y fría tarde de ese mes, una joven barcelonesa, que previamente se ha carteado con ella, la visita en su domicilio. Para la joven Elvira Clara Bonet (así se llama la veinteañera), que apenas habla inglés entonces y acude con una amiga que hace las veces de traductora, ese es uno de los momentos más importantes de su vida. La cortesía, el té y un regalo muy especial marcan la velada.

A partir de esa jornada, Miss Bonet (así la llamará la inolvidable Escarlata O’Hara) y Vivien Leigh inician una amistad que seguirá con los años a través de la familia de la actriz, una vez que esta muera en 1967.

placeholder Elvira Clara Bonet. (YouTube)
Elvira Clara Bonet. (YouTube)

Este miércoles, la casa Setdart subasta una colección de objetos personales de la actriz, pertenencias acumuladas por Elvira durante años. Porque, más que una fan, supuso una especie de amiga en la distancia para una actriz que vivió las consecuencias de una bipolaridad mal diagnosticada, la tuberculosis (que se la llevó a la tumba con apenas 53 años) y una belleza maldita. En esa lista de objetos están desde la agenda que Leigh utilizó el año de su muerte, con anotaciones en tinta azul de su propia mano como "cumpleaños de mamá" o "cena con Bill', así como entradas que dan información acerca del último año de su vida. También una serie de fotografías personales de la actriz junto a su gran amor, Laurence Olivier, con el que estuvo veinte años casada. En algunas de ellas se puede ver a la pareja nadando desnuda.

placeholder Encendedor que perteneció a Vivien Leigh. (Setdart)
Encendedor que perteneció a Vivien Leigh. (Setdart)

La propia Elvira cuenta a Vanitatis que le sorprende mucho que esos desnudos hayan sido los objetos más cotizados (su valor está estimado en unos 7.500 euros) de toda la colección que ha puesto a subasta. “Lo que más me intrigó es que algunos medios publicaran, a toda página, diciendo ‘Vivien Leigh al desnudo’. Esto me dolió en el alma, enseguida llamé a la casa de subastas. Ellos se curaron en salud y dijeron que tenían la obligación de mandarlo a todos los medios de comunicación”, asegura. La admiradora y amiga reconoce que se ha desprendido de objetos “muy queridos” y “por necesidad” tras la lesión de un brazo que provocó que tuviese que recurrir a pagar a personas que la cuidasen en su hogar. “Muchas personas no han comprendido por qué me desprendía de estos objetos, pero la verdad es que he pasado un año muy difícil”, señala.

placeholder Vivien Leigh, en 'Lo que el viento se llevó'.
Vivien Leigh, en 'Lo que el viento se llevó'.

“Yo la quise muchísimo porque la llegué a conocer. Conocí a su madre, a su hija, a sus nietos y hasta tataranietas, que ya las tendría de estar viva. Son hijas de Rupert, el nieto con el que yo tengo más amistad”, manifiesta acerca de aquella relación epistolar que después siguió con los descendientes de la estrella de ‘Un tranvía llamado deseo’. Todos aquellos que han pujado durante días, a través de la página de Sedtart, pueden conseguir este miércoles todo tipo de reliquias, desde el encendedor personal de Leigh (valorado en unos 150 euros) a una sombrilla que formó parte del atrezo de una de las secuencias eliminadas de ‘Lo que el viento se llevó’ (valorada en unos 3.000 euros).

Un medallón desaparecido

Elvira ya se ha desprendido de objetos y recuerdos que formaban parte de un museo personal que, durante años, ha sido protagonista de numerosos reportajes de prensa y televisión. Lo que más le preocupa estos días tiene que ver con uno de los obsequios que ella misma entregó a Leigh en la primera de las dos visitas que le hizo. “Querría saber dónde está el medallón de oro macizo, de la casa Tomás Colomer, que yo le regalé y ella me dijo que usaría de pendentif. Me dijo que si alguien le preguntaba por él, diría que era de una amiga admiradora de Barcelona. Se lo regalé por el 25 aniversario de ‘Lo que el viento se llevó’ y en él ponía ‘Gone with the wind’, 1939-1964’, y al dorso, ‘Tu Scarlett O’Hara from E.C. Bonet. Yo no lo quiero recuperar para mí, pero si alguien lo tiene me gustaría que lo cuidase con cariño y se pusiera en contacto conmigo. Ni siquiera la familia sabe lo que ocurrió con este medallón. Yo lo entregaría al Victoria and Albert de Londres”, nos cuenta.

Lo cierto es que la memoria de aquella tarde en la que conoció al mito sigue muy presente en Elvira, que recuerda cada mínimo detalle de Leigh. Le pareció “menudita” y algo distinta a la estrella que había visto en la gran pantalla, aunque eso no mermó su admiración hacia ella. La catalana incluso preparó una carta para que le fuese leída a la actriz. La protagonista de ‘Lo que el viento se llevó’ se acabó conmoviendo por tantos años de leal admiración. “Vivien insistía en hablarme despacio para que yo la entendiese. Se emocionó y vi en sus ojos que iba tragando saliva para no llorar. Esa carta que le leyó mi amiga en inglés está en el Victoria and Albert”.

placeholder Sombrilla que formó parte del atrezo de 'Lo que el viento se llevó'. (Sedtart)
Sombrilla que formó parte del atrezo de 'Lo que el viento se llevó'. (Sedtart)

Elvira incluso tuvo la fortuna de ser invitada, por la propia familia de la imborrable Escarlata, al memorial que se celebró en su homenaje el 15 de agosto de 1967, poco tiempo después de fallecer. “Yo la vi en dos ocasiones y cuando murió fui invitada a su funeral en San Martin in the Fields. Yo había recibido su última carta el 7 de julio del 67. Ella me contaba que tenía que permanecer tres meses en cama, pero que tan pronto como estuviese bien haría una nueva obra de teatro, una adaptación de ‘Un delicado equilibrio’. Ella no hablaba español pero sí el francés, el alemán y el italiano. Era una persona única, con gran talento y una cortesía infinita. Yo la llevaré siempre en mi corazón”, afirma Elvira emocionada.

placeholder Junto a Robert Taylor en 'El puente de Waterloo'. (CP)
Junto a Robert Taylor en 'El puente de Waterloo'. (CP)

Por eso, esta subasta supone algo tan personal para Bonet, que se recupera en su hogar de Barcelona de un año “muy difícil” y espera que, tras la subasta, se siga teniendo en cuenta que ha sido, durante décadas, la conservadora de gran parte de la memoria sentimental de un gran mito de la historia del cine. También quiere que se sepa qué ocurrió con aquel medallón que, pasados los años, se ha convertido en un tesoro perdido, en el último recuerdo de aquellas cartas y aquellas dos visitas a Londres que marcaron su vida para siempre. Unos recuerdos que ni siquiera el viento se podrá llevar jamás.

19 de febrero de 1965. Vivien Leigh acaba de regresar a su casa de Londres tras el rodaje de ‘El barco de los locos’, que ha tenido lugar en Estados Unidos. Una apacible y fría tarde de ese mes, una joven barcelonesa, que previamente se ha carteado con ella, la visita en su domicilio. Para la joven Elvira Clara Bonet (así se llama la veinteañera), que apenas habla inglés entonces y acude con una amiga que hace las veces de traductora, ese es uno de los momentos más importantes de su vida. La cortesía, el té y un regalo muy especial marcan la velada.

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