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La triste herencia que deja el marqués de Urquijo a sus hijos
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La triste herencia que deja el marqués de Urquijo a sus hijos

Juan Urquijo de la Sierra, hijo menor de los nobles asesinados en 1980 mientras dormían en su casa de Somosaguas, en Madrid, nunca pudo vender el chalé en el que sucedieron los hechos

Foto: Juan Urquijo y su hermana Myriam, en el juicio por el asesinato de sus padres.  (EFE)
Juan Urquijo y su hermana Myriam, en el juicio por el asesinato de sus padres. (EFE)

"María Lourdes de Urquijo Morenés y Manuel de la Sierra y Torres, marqueses de Urquijo, de 45 y 55 años, respectivamente, fueron asesinados a tiros ayer, de madrugada, en su residencia de Somosaguas. La marquesa presentaba dos impactos de bala, en boca y cuello, y el marqués consorte, uno en la nuca. La hipótesis que se consideraba más probable en las horas que siguieron al suceso era la del crimen por encargo: un reducido número de sicarios, dos tal vez, se encargarían de ejecutar la represalia, que les hubiese encomendado una tercera persona. Al menos no hay indicios de que el móvil haya sido el robo de la mansión ni de la exagerada violencia que distingue los crímenes pasionales directos".

Así comenzaba la crónica de 'El País' de aquel 2 de agosto de 1980. El asesinato de los dos aristócratas acribillados en su exclusivo chalé de Somosaguas aquella madrugada de verano se convirtió en historia de España. Las imágenes de sus cadáveres ilustraron las páginas de los periódicos durante años y el misterio que rodeó aquel acontecimiento aún perdura cuatro décadas después. Sus hijos, Myriam de la Sierra y Juan Urquijo, quedaron marcados para siempre y se convirtieron en personajes por sí mismos, una faceta que Myriam asimiló mucho mejor que su hermano menor.

Juan Manuel Urquijo, que heredó el título de su padre, vivía de forma prácticamente anónima hasta que su fallecimiento a los 63 años ha vuelto a sacarle en los papeles. La justicia resolvió años después que el autor material de los hechos había sido Rafael Escobedo, que cometió el crimen “solo o en compañía de otros”. Rafi era el exyerno de los aristócratas fallecidos y el móvil fue, presuntamente, la venganza. Escobedo culpaba a sus suegros de su fracaso matrimonial, concluyó el juez.

Sin embargo, en la historia que rodea el crimen de los marqueses de Urquijo hay tantas lagunas como fallos hubo en el procedimiento que se llevó a cabo para esclarecer lo ocurrido. El lavado de los cadáveres antes de que llegase la policía, la desaparición del arma homicida o el supuesto suicidio de Rafi Escobedo en la cárcel cuando estaba a punto de confesar todo lo que ocurrió esa aciaga noche del 1 de agosto de 1980 hacen que la teoría de la conspiración haya tomado fuerza con los años. Aún hoy, el abogado Marcos García Montes trata de limpiar la imagen de Escobedo con una nueva estrategia judicial.

Los hijos quisieron distanciarse del doble asesinato, aunque no siempre lo consiguieron. El chalé donde sucedieron los hechos fue heredado por Juan Urquijo, que trató de venderlo en varias ocasiones aunque en la fecha de su muerte aún no lo había conseguido. Una inmobiliaria de lujo se ocupó durante un tiempo de la venta pero tuvo que renunciar con el tiempo porque la casa estaba 'demasiado' marcada. El marqués intentó rentabilizarla durante un tiempo alquilándola para rodajes, pero finalmente, tras una temporada viviendo en Panamá, siguió usándola como residencia.

placeholder Myriam de la Sierra, con su libro '¿Por qué me pasó a mí?'. (EFE)
Myriam de la Sierra, con su libro '¿Por qué me pasó a mí?'. (EFE)

Desde que murieron sus padres y ya convertido en VI marqués de Urquijo, Juan siempre quiso huir del ruido mediático y nunca terminó de perdonar el daño que le hicieron las especulaciones de la época. Apenas hay imágenes públicas suyas de sus últimos tiempos. Ejecutivo de éxito, vivió a caballo entre Madrid y Panamá durante buena parte de su carrera. La última vez que protagonizó las noticias del cuore fue cuando Vanitatis hizo pública su crisis matrimonial con Rocío Caruncho, en el año 2017.

La de Juan y Rocío fue una boda mediática. Se casaron en octubre del año 2000 en la iglesia de los Jerónimos de Madrid, en una ceremonia muy emotiva marcada por la ausencia de los padres del novio y que en vano trató de llenar Myriam de la Sierra, hermana de Juan, en el papel de madrina. Después de la misa, los novios convidaron a los suyos en la finca de Las Jarillas, comprada en 1901 por el segundo marqués de Urquijo.

En el mismo chalé

El destino ha querido que los últimos meses de la vida del marqués de Urquijo hayan transcurrido precisamente en el chalé de Somosaguas que se hizo famoso tras el asesinato de sus padres. El hijo menor de los marqueses fue quien se quedó con la casa tras el reparto de la herencia. Contaba Myriam de la Sierra en su libro '¿Por qué me pasó a mí?' que desde la tragedia de sus padres ella no volvió nunca más a subir al piso de arriba, donde tuvo lugar el asesinato, y de ahí que en el reparto fuera Juan quien se quedase con esa casa: “Ahora cuando está en Madrid, Juan vive en el chalé de mis padres. Yo, sin embargo, no he podido volver a subir esas escaleras. En cuanto lo intento, nada más poner el pie en el primer peldaño, el olor a sangre vuelve a apoderarse de mí. Siempre me voy de esa casa sin pasar de la planta de abajo”.

Cuando murieron los marqueses, los dos hermanos se convirtieron en los dueños de las propiedades de sus padres: la casa de Somosaguas, la de Sotogrande y la de Banyeres, en Tarragona. Primero quisieron venderlas, pero luego determinaron que Juan se quedaría con el chalé de Madrid y Myriam con el resto. A Juan le fue bien económicamente tras la tragedia, pero Myriam vivió algún fracaso empresarial.

El chalé de Somosaguas, con unos 1.000 metros cuadrados construidos sobre una parcela de cerca de 4.400 m², se puso a nombre de la sociedad Bimagen S.A., una de las empresas de Juan Urquijo en la que él figura como administrador único y Rocío Caruncho como socia. A través de esta entidad, la familia gestionó eventualmente el alquiler de la propiedad. En el último ejercicio presentado al Registro Mercantil, Bimagen apenas facturó 1.300 euros.

Urquijo era también administrador de otras empresas en España, como 3D Technologies SL, Compañía General de Animación y Franquicia de Restauración Europea SA. Caruncho, por su parte, lanzó en diciembre de 2020 una marca de ropa deportiva de calidad, Mellvar.

"María Lourdes de Urquijo Morenés y Manuel de la Sierra y Torres, marqueses de Urquijo, de 45 y 55 años, respectivamente, fueron asesinados a tiros ayer, de madrugada, en su residencia de Somosaguas. La marquesa presentaba dos impactos de bala, en boca y cuello, y el marqués consorte, uno en la nuca. La hipótesis que se consideraba más probable en las horas que siguieron al suceso era la del crimen por encargo: un reducido número de sicarios, dos tal vez, se encargarían de ejecutar la represalia, que les hubiese encomendado una tercera persona. Al menos no hay indicios de que el móvil haya sido el robo de la mansión ni de la exagerada violencia que distingue los crímenes pasionales directos".

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